Diferencia entre revisiones de «1a Guerrero Negro, Baja California»

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==PIONEROS==
==PIONEROS==
Posteriormente, en una confraternidad presbiterial que reunía a iglesias de La Laguna (hoy poblado L.E.A.), Santa Rosalía, Mulegé y Loreto, el hermano José Arellano extendió una invitación para trabajar en la obra evangelística en Guerrero Negro. Solicitó un matrimonio que deseara establecerse como evangelistas voluntarios. Un hermano llamado Ramón Sarabia y su esposa Isabel levantaron la mano. Después de orar y recolectar una ofrenda para ellos, los encomendaron a nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Sin embargo, a los quince días de estar en Guerrero Negro, Ramón e Isabel regresaron a Villa Alberto Alvarado Aramburo. Se presentaron ante el hermano José Arellano y le entregaron la responsabilidad que habían aceptado voluntariamente, argumentando que la situación era muy complicada y difícil, pues apenas había hermanos en el lugar; solo un matrimonio, Jesús Medina y su esposa Bernardina Zambrano, con su familia. Citando un dicho popular: "mejor que digan que aquí corrió y no que aquí se quedó", el hermano Ramón Sarabia y su esposa Isabel regresaron a su hogar. Así concluyó el primer intento de establecer la obra apostólica en Guerrero Negro.
Cabe mencionar que años antes, el hermano Carmelo Ramírez también intentó establecerse como evangelista en dicho pueblo, pero nunca se concretó por diversas situaciones que solo Dios conoce.
A pesar de los desafíos, el hermano José Arellano no quitó el dedo del renglón. Continuó buscando y anhelando que Dios proveyera los medios para encontrar a un "valiente" que dejara su tierra y su parentela para venir a hacer obra evangelística en el sur de la península, específicamente en Guerrero Negro. Gracias a Dios y a su gran misericordia, Él tocó el corazón de un varón de una de las iglesias apostólicas de Tijuana, quien respondió positivamente a la invitación del hermano José Arellano. Este hermano se trasladó a Guerrero Negro junto con su esposa, dando comienzo a la obra apostólica de manera permanente. Su nombre es el hermano Enrique Ramos.
A pesar de los desafíos, el hermano José Arellano no quitó el dedo del renglón. Continuó buscando y anhelando que Dios proveyera los medios para encontrar a un "valiente" que dejara su tierra y su parentela para venir a hacer obra evangelística en el sur de la península, específicamente en Guerrero Negro. Gracias a Dios y a su gran misericordia, Él tocó el corazón de un varón de una de las iglesias apostólicas de Tijuana, quien respondió positivamente a la invitación del hermano José Arellano. Este hermano se trasladó a Guerrero Negro junto con su esposa, dando comienzo a la obra apostólica de manera permanente. Su nombre es el hermano Enrique Ramos.


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