Diferencia entre revisiones de «San Ignacio Río Muerto, Sonora»

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En los encuentros que iniciaron con el anterior pastor Cesar Gastélum y en virtud de la satisfacción que se vivió, hubo la necesidad de  entrenar a algunos miembros locales para desarrollar los diferentes temas y las dinámicas aplicadas. Para mantener este ministerio se hacían contribuciones y trabajos para sufragar los costos y requerimientos,  cada célula tenía la oportunidad de traer a sus visitas.  Muchos coinciden que gracias a Dios  los encuentros locales  han venido a ser de gran  bendición  en el crecimiento espiritual de la iglesia.  Los  hermanos consultados expresan que fue en esta época  en la que la mayoría de los miembros que asistieron a un encuentro  experimentaban  una renovación espiritual motivante para continuar  compartiendo el reino de Dios en la Tierra.  Quienes han participado  de un encuentro en sus diferentes acciones refieren que les fue un privilegio asistir y  otros también un privilegio  y bendición poderlo sostener  para que otros vivan y experimente un verdadero encuentro con el Señor Jesucristo. Los hermanos que participaban en los  encuentros como expositores de los temas a desarrollar eran Víctor Manjarrez (pastor local), el pastor de Bahía de Lobos Margarito Moreno, Francisco Lujan y su esposa Lupita Miranda, Beatriz Neyoy (esposa del pastor),  Ana Díaz,  Noemí Esquivel, Abigail Álvarez Matuz, Sari Duarte; Adiel Díaz, David Román,  Edgar González, Angélica Urquídez y María Marta Duarte. En esos encuentros con Dios, además de entender sus propósitos y promesas, resurgía el espíritu de niñez en los adultos. Eran  encuentros que propiciaban  vidas diferentes,  vidas llenas de gozo, de paz, de santidad, donde se encontraron con un Dios que recuerda  sus promesas. De esos  encuentros dan testimonio quienes lo disfrutaron y según expresiones de quienes experimentaron la satisfacción de vivirlo, que Dios revelaba a la vida de todo asistente una experiencia de comunión con Dios. Según  versiones de los propios asistentes argumentan  que conocer de Dios de una forma personal e íntima fue  experimentar todas aquellas cosas de las cuales oímos y sabemos. En uno de los temas se expuso que la respuesta de la persona a ese Dios amoroso que  cautiva es  la adoración y no sólo es cantarle cosas bellas; sino que va más allá, es decir es una vida de compromiso en todas las áreas de vida para con él. De esos encuentro algunas visitas comentaron que ellas tenían un concepto muy diferente de la iglesia, pero con esta experiencia vivida en esta actividad  cambió  su forma de pensar y sobre todo hacia Dios. Después del encuentro por algún tiempo se escuchaban exclamaciones  de las experiencia durante el encuentro y sin dar muchos detalles se  dejaba entrever cómo se vivió la presencia de Dios con alegría y  compartiendo con los demás que hay alguien que  llama a un encuentro con Jesucristo. Uno de los propósitos del encuentro fue  propiciar  un cambio permanente en la vida de todos los asistentes,  ese cambio implicaba dejar de pensar en la bendición para pensar en el que da la bendición, dejar de ser uno más que espera recibir para ser un elegido por él para ser digno de bendición. Cuando se asimiló este aspecto  los rostros  de las visitas y hermanos se vieron manifestados  no solamente la alegría de una experiencia vivida sino el ánimo por buscar más la santidad de Dios; ya casi para terminar la actividad  se señaló  que  la verdadera adoración es sólo para aquél que pagó nuestro recate (Jesucristo). Esos  encuentros extraordinarios Dios renovaba  fuerzas, mismas que servían para establecer compromisos a servir al Dios que lo dio todo. Los  entrevistados  dicen tener el recuerdo que al término del encuentro se escuchaban  frases  verbales opinando  que  “Siempre será bueno recordar quienes éramos y quienes somos en el presente por la misericordia de aquel que pagó el precio por ello (Dios). La algaravilla que se vivió en el encuentro reafirmó el sentido de muchos en las cosas de Dios, otros abrazaron la gracia de saberse amados de Dios, ofreciendo  todo a Dios y alimentando así  su vida espiritual.  
En los encuentros que iniciaron con el anterior pastor Cesar Gastélum y en virtud de la satisfacción que se vivió, hubo la necesidad de  entrenar a algunos miembros locales para desarrollar los diferentes temas y las dinámicas aplicadas. Para mantener este ministerio se hacían contribuciones y trabajos para sufragar los costos y requerimientos,  cada célula tenía la oportunidad de traer a sus visitas.  Muchos coinciden que gracias a Dios  los encuentros locales  han venido a ser de gran  bendición  en el crecimiento espiritual de la iglesia.  Los  hermanos consultados expresan que fue en esta época  en la que la mayoría de los miembros que asistieron a un encuentro  experimentaban  una renovación espiritual motivante para continuar  compartiendo el reino de Dios en la Tierra.  Quienes han participado  de un encuentro en sus diferentes acciones refieren que les fue un privilegio asistir y  otros también un privilegio  y bendición poderlo sostener  para que otros vivan y experimente un verdadero encuentro con el Señor Jesucristo.  


[[Archivo:Archivo:38 Pasando a otro aspecto de la historia apostólica en el periodo del hermano Víctor Manjarrez, se continuó con los encuentros que iniciaron con el anterior pastor Cesar Gastélum.jpg|400px|thumb|center|]]


Por otra parte del ministerio de alabanza, se registra que los  instrumentos musicales utilizados en la alabanza para manifestar la gloria de Dios se encontraba  el  joven José Navarro  (hermano de Beatriz  Neyoy), quien tenía habilidades y destrezas musicales para tocar la batería,  en el bajo  tocaba Arnulfo Zamorano y la guitarra Adiel Díaz, quienes ya tenían años en este ministerio musical. Las vocalistas eran Orfa Lidia Escalante y Abigail Villegas. Algunos miembros vistos para la narración de la vida y desarrollo de la IAFCJ/SIRM  describen que en esta época la música que se tocaba era una alabanza sentida. Relatan que en este pastoral  las  predicaciones  principalmente la de domingo estaban basadas en los temas de la serie que se estaba viendo en las células y los cantos estaban acordes a los temas; por ello, el grupo de alabanza  tenía sumo cuidado en acoplarse  al mensaje. En algunas ocasiones el mensaje era traer consolación en los momentos difíciles, otras el traer sanidad, libertad y nuevas fuerzas de vida. Dijeron también que la música congregacional especialmente en este periodo era como el espacio  en donde pudieron estar en intimidad con Dios. Dan fe de que  la letra de los cantos los llevaba a reconocer a Dios de manera permanente, añaden que el grupo de alabanza  ayudaba a mantenerlos dentro de la presencia de Dios. En Colonia Militar las hermanas entrevistadas recuerdan esos momentos de alabanza como fiesta de declaración de júbilo, gozo y regocijo. Igualmente se continuó con la oportunidad a quienes deseaban cantarle a nuestro Dios con alabanzas. Por otra parte hubo hermanos que pasaban a cantar, entre los más recordados que cantaban están los hermanos Arnoldo Pérez con su esposa Chelo Barraza, la hermana Aviel Pérez quien en algunas ocasiones se  acompañaba de la hermana Isabel Nolasco, el hermano Román AragónEfraín Fontes Antonio Amparano, etc.
Los hermanos que participaban en los  encuentros como expositores de los temas a desarrollar eran Víctor Manjarrez (pastor local), el pastor de Bahía de Lobos Margarito Moreno, Francisco Lujan y su esposa Lupita Miranda, Beatriz Neyoy (esposa del pastor)Ana DíazNoemí Esquivel, Abigail Álvarez Matuz, Sari Duarte; Adiel Díaz, David Román,  Edgar González, Angélica Urquídez y María Marta Duarte.  


[[Archivo:Archivo:39 En ese encuentro con Dios, además de entender sus propósitos y promesas, resurgió el espíritu de niñez. Fue un encuentro que propició vidas diferentes.jpg|400px|thumb|center|]]


Otras acciones que se hicieron fueron la presentación de Obras de teatro cristianas, las cuales  ayudaban con el evangelismo  en la iglesia y fuera de ella, las obras de teatro ayudan a reflexionar  a los asistentes sobre la importancia del evangelismo, otras obras de teatro reflexivas que se presentaron fueron relacionadas al  trabajo misionero. Entre los talentos actorales que participaron se recuerda a los hermanos Blanca Escobar, Efraín Fontes, Gabriela zamorano, Lupita Miranda, Margarita Esquivel, etc. también se presentaron pequeños  sketch con el objeto de interpretar o presentar el pasaje de la escritura correspondiente al mensaje de ese día , otros  para hablar sobre los problemas cotidianos de las familias como introducción  a la predicación y de como Dios  habla a través de los acontecimientos de la vida y por medio de quienes están a nuestro alrededor. La  iglesia continuó  su marcha, dando su mejor esfuerzo y siendo testigo de las maravillas de Dios que hacía en aquellos que decidían entregar sus vidas a Cristo, como en la concentración que se llevó a cabo junto con los hermanos de Bahía de Lobos. Reunidas ambas iglesias en aquel lugar, para ser precisas donde inicia la escollera, porque allí  había mucha agua tranquila. Allí  se fue testigo de un quebrantamiento de esquemas religiosos. La liberación se manifestó y algunas de ellas rompieron con ataduras; como es el caso de un matrimonio de la Tribu Yaqui los hermanos Paz y Rosa de Colonia Militar. Junto con los hermanos Paz Flores y su esposa  Rosa Buitimea Valencia, se bautizaron también los hermanos Lupita esposa de Wilson, Chary Miranda, Edgar González, Efraín Fontes y su esposa Rosario Cruz, Víctor Dojáquez y Carlos Corona esposo de la hermana Albita Esquer. Los bautismos en el pastorado de Víctor Manjarrez fueron de los hermanos: María Clementina Moroyoqui Montes, Francisca Alicia Espinoza Aboytes,  Nohemí Esquivel Reyes, María del Rosario Miranda Lugo, Dora Alicia Palomares Escobar, María Belén Álvarez Buitimea, Gabriela Soto Díaz, Efraín Fontes Pérez, Rosa Isela Valenzuela Moroyoqui, Noel Alberto Quiroz Corrales, Rosario Cruz Javalera, Marcelino López Corona, Cecilia Elizabeth Méndez Estrada, Francisca Amparano, Viviana Guadalupe Matus Barreto, Ana Gabriela Zamorano Escobar, Margarita Cruz Javalera, Guillermo Abisaí Díaz Osorio, María de Lourdes Salazar, Lupita  de Wilson, Isabel Valenzuela Moroyoqui, Carlos Augusto Salas Flores,  Juana Lizbeth Barrios Estrada, María del Carmen Corona González.Tabién ofició varias ceremonias de bodas, quinceañeras, presentaciones de niños, etc.
En esos encuentros con Dios, además de entender sus propósitos y promesas, resurgía el espíritu de niñez en los adultos. Eran  encuentros que propiciaban  vidas diferentes,  vidas llenas de gozo, de paz, de santidad, donde se encontraron con un Dios que recuerda  sus promesas.
 
[[Archivo:40_Ese__encuentro_el_cual_Dios_mismo_preparó_según_expresiones_de_quienes_experimentaron_la_satisfacción_de_vivirlo.jpg|400px|thumb|center|]]
 
De esos  encuentros dan testimonio quienes lo disfrutaron y según expresiones de quienes experimentaron la satisfacción de vivirlo, que Dios revelaba a la vida de todo asistente una experiencia de comunión con Dios.
 
[[Archivo:41_Una__de_las_consultadas_argumenta_que_conocer_de_Dios_de_una_forma_personal_e_íntima_fue__experimentar_todas_aquellas_cosas_de_las_cuales_oímos_y_sabemos_(según_versiones_de_los_propios_asistentes).jpg|400px|thumb|center|]]
 
Según  versiones de los propios asistentes argumentan  que conocer de Dios de una forma personal e íntima fue  experimentar todas aquellas cosas de las cuales oímos y sabemos.
 
[[Archivo:42_En_una_de_los_temas_se_expuso_que_la_respuesta_de_nosotros_a_ese_Dios_amoroso_que_nos_ha_cautivado_es__la_adoración_y_no_sólo_es_cantarle_cosas_bellas;_si_no_va_más_allá.jpg|400px|thumb|center|]]
 
En uno de los temas se expuso que la respuesta de la persona a ese Dios amoroso que  cautiva es  la adoración y no sólo es cantarle cosas bellas; sino que va más allá, es decir es una vida de compromiso en todas las áreas de vida para con él.
 
 
[[Archivo:43_De_este_encuentro_algunas_de_las_visitas_comentaban_que_ellas_tenían_un_concepto_muy_diferente_de_la_iglesia,_pero_con_esta_experiencia_vivida_en_esta_actividad__cambió__su_forma_de_pensar_y_sobre_todo_hacia_Dios.jpg|400px|thumb|center|]]
 
De esos encuentro algunas visitas comentaron que ellas tenían un concepto muy diferente de la iglesia, pero con esta experiencia vivida en esta actividad  cambió  su forma de pensar y sobre todo hacia Dios. Después del encuentro por algún tiempo se escuchaban exclamaciones  de las experiencia durante el encuentro y sin dar muchos detalles se  dejaba entrever cómo se vivió la presencia de Dios con alegría y  compartiendo con los demás que hay alguien que  llama a un encuentro con Jesucristo.
 
 
[[Archivo:46_Uno_de_los_propósitos_del_encuentro_fue___propiciar__un_cambio_permanente_en_la_vida_de_todos_los_asistentes.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
Uno de los propósitos del encuentro fue  propiciar  un cambio permanente en la vida de todos los asistentes,  ese cambio implicaba dejar de pensar en la bendición para pensar en el que da la bendición, dejar de ser uno más que espera recibir para ser un elegido por él para ser digno de bendición.
 
 
[[Archivo:44_Algunas_de_las_imágenes_captadas_que_se_muestran_dan_fe_de_que_el_Señor_llamó_a__la_puerta_de_muchos_de_los_corazones_allí_presentes.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
Cuando se asimiló este aspecto  los rostros  de las visitas y hermanos se vieron manifestados  no solamente la alegría de una experiencia vivida sino el ánimo por buscar más la santidad de Dios;
 
 
[[Archivo:47_Ya_casi_para_terminar_la_actividad__se_puntualizó__que__la_verdadera_adoración_es_sólo_para_aquél_que_pagó_nuestro_recate_(Jesucristo.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
ya casi para terminar la actividad  se señaló  que  la verdadera adoración es sólo para aquél que pagó nuestro recate (Jesucristo).
 
 
[[Archivo:48_En_ese_encuentro_extraordinario_Dios_renovó__fuerzas_para_establecer_compromisos_a_servir_al_Dios_que_lo_dio_todo..jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
Esos  encuentros extraordinarios Dios renovaba  fuerzas, mismas que servían para establecer compromisos a servir al Dios que lo dio todo. Los  entrevistados  dicen tener el recuerdo que al término del encuentro se escuchaban  frases  verbales opinando  que  “Siempre será bueno recordar quienes éramos y quienes somos en el presente por la misericordia de aquel que pagó el precio por ello (Dios).
 
 
[[Archivo:49_La_algaravilla_que_se_vivió_en_el_encuentro_reafirmó_el_sentido_de_muchos_en_las_cosas_de_Dios.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
La algaravilla que se vivió en el encuentro reafirmó el sentido de muchos en las cosas de Dios, otros abrazaron la gracia de saberse amados de Dios, ofreciendo  todo a Dios y alimentando así  su vida espiritual.
 
 
Por otra parte del ministerio de alabanza, se registra que los  instrumentos musicales utilizados en la alabanza para manifestar la gloria de Dios se encontraba  el  joven José Navarro  (hermano de Beatriz  Neyoy), quien tenía habilidades y destrezas musicales para tocar la batería,  en el bajo  tocaba Arnulfo Zamorano y la guitarra Adiel Díaz, quienes ya tenían años en este ministerio musical. Las vocalistas eran Orfa Lidia Escalante y Abigail Villegas. Algunos miembros vistos para la narración de la vida y desarrollo de la IAFCJ/SIRM  describen que en esta época la música que se tocaba era una alabanza sentida. Relatan que en este pastoral  las  predicaciones  principalmente la de domingo estaban basadas en los temas de la serie que se estaba viendo en las células y los cantos estaban acordes a los temas; por ello, el grupo de alabanza  tenía sumo cuidado en acoplarse  al mensaje. En algunas ocasiones el mensaje era traer consolación en los momentos difíciles, otras el traer sanidad, libertad y nuevas fuerzas de vida. Dijeron también que la  música congregacional especialmente en este periodo era como el espacio  en donde pudieron estar en intimidad con Dios. Dan fe de que  la letra de los cantos los llevaba a reconocer a Dios de manera permanente, añaden que el grupo de alabanza  ayudaba a mantenerlos dentro de la presencia de Dios. En Colonia Militar las hermanas entrevistadas recuerdan esos momentos de alabanza como fiesta de  declaración de júbilo, gozo y regocijo. Igualmente se continuó con la oportunidad a quienes deseaban cantarle a nuestro Dios con alabanzas. Por otra parte hubo hermanos que pasaban a cantar, entre los más recordados que cantaban están los hermanos
 
[[Archivo:50_Arnoldo_Pérez_con_su_esposa_Chelo_Barraza,_la_hermana_Aviel_Pérez_quien_en_algunas_ocasiones_se__acompañaba.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
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Arnoldo Pérez con su esposa Chelo Barraza, la hermana Aviel Pérez quien en algunas ocasiones se  acompañaba de la hermana Isabel Nolasco, el hermano Román Aragón,  Efraín Fontes Antonio Amparano, etc.
 
 
Otras acciones que se hicieron fueron la presentación de Obras de teatro cristianas, las cuales  ayudaban con el evangelismo  en la iglesia y fuera de ella, las obras de teatro ayudan a reflexionar  a los asistentes sobre la importancia del evangelismo, otras obras de teatro reflexivas que se presentaron fueron relacionadas al  trabajo misionero. Entre los talentos actorales que participaron se recuerda a los hermanos Blanca Escobar, Efraín Fontes, Gabriela zamorano, Lupita Miranda, Margarita Esquivel, etc. también se presentaron pequeños  sketch con el objeto de interpretar o presentar el pasaje de la escritura correspondiente al mensaje de ese día , otros  para hablar sobre los problemas cotidianos de las familias como introducción  a la predicación y de como Dios  habla a través de los acontecimientos de la vida y por medio de quienes están a nuestro alrededor. La  iglesia continuó  su marcha, dando su mejor esfuerzo y siendo testigo de las maravillas de Dios que hacía en aquellos que decidían entregar sus vidas a Cristo, como en la concentración que se llevó a cabo junto con los hermanos de Bahía de Lobos. Reunidas ambas iglesias en aquel lugar, para ser precisas donde inicia la escollera, porque allí  había mucha agua tranquila. Allí  se fue testigo de un quebrantamiento de esquemas religiosos. La liberación se manifestó y algunas de ellas rompieron con ataduras; como es el caso de un matrimonio de la Tribu Yaqui los hermanos Paz y Rosa de Colonia Militar.
 
 
[[Archivo:53_La__iglesia_continuaba__su_marcha,_dando_su_mejor_esfuerzo_y_siendo_testigo_de_las_maravillas_que_nuestro_Dios_hacía_en_aquellos_que_decidían_entregar_sus_vidas_a_Cristo.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
[[Archivo:54_Junto_con_los_hermanos_Paz_Flores_y_su_esposa__Rosa_Buitimea_Valencia,_se_bautizaron_también_los_hermanos_Lupita_esposa_de_Wilson,_Chary_Miranda,_Edgar_González,_Efraín_Fontes_y_su_esposa_Rosario_Cruz,_Víctor_Dojáquez.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
[[Archivo:55.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
Junto con los hermanos Paz Flores y su esposa  Rosa Buitimea Valencia, se bautizaron también los hermanos Lupita esposa de Wilson, Chary Miranda, Edgar González, Efraín Fontes y su esposa Rosario Cruz, Víctor Dojáquez y Carlos Corona esposo de la hermana Albita Esquer. Los bautismos en el pastorado de Víctor Manjarrez fueron de los hermanos: María Clementina Moroyoqui Montes, Francisca Alicia Espinoza Aboytes,  Nohemí Esquivel Reyes, María del Rosario Miranda Lugo, Dora Alicia Palomares Escobar, María Belén Álvarez Buitimea, Gabriela Soto Díaz, Efraín Fontes Pérez, Rosa Isela Valenzuela Moroyoqui, Noel Alberto Quiroz Corrales, Rosario Cruz Javalera, Marcelino López Corona, Cecilia Elizabeth Méndez Estrada, Francisca Amparano, Viviana Guadalupe Matus Barreto, Ana Gabriela Zamorano Escobar, Margarita Cruz Javalera, Guillermo Abisaí Díaz Osorio, María de Lourdes Salazar, Lupita  de Wilson, Isabel Valenzuela Moroyoqui, Carlos Augusto Salas Flores,  Juana Lizbeth Barrios Estrada, María del Carmen Corona González.
 
 
[[Archivo:56_Como_todo_ministros__al_servicio_de_Dios,_ofició_varias_ceremonias_de_bodas,_quinceañeras,_presentaciones_de_niños,_etc.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
También ofició varias ceremonias de bodas, quinceañeras, presentaciones de niños, etc.




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Debido al éxito que se tenía en las ventas de pizzas, la hermana María Marta Duarte se dio a la tarea de obtener un horno industrial para abastecer los pedidos que se hacían. Tiempo  después por iniciativa del pastor se vendió el horno a la iglesia del campo 60. Se compró una estufa y un  congelador para la cocina de la iglesia, mismos que fueron usados por los equipos de trabajo que semanalmente e daban a la tarea de preparar sus vendimias. La venta de los tradicionales tamales con el sabor y la sazón de las hermanas siempre han sido reconocidos por la comunidad y eso ha dado pie a ser recomendados  facilitando así su venta.  De este pastorado  se recuerda la preparación de tamales cada vez en aumento su número para hacerlos. A  raíz de la prosperidad en los tamales  nació la iniciativa  de  tomarse como única fuente de trabajo  para subsanar las diferentes necesidades de la iglesia. Se  tiene  memoria del acuerdo de hacer cada quincena de 400 a 500 tamales, con el compromiso de que también  se financiarían  gastos de construcción entre otros gastos.  La  cultura de servicio y la visión por la mejora de la iglesia, llevo a sus miembros a un arduo trabajo que se convirtió en una creciente e importante fuente de recursos para solventar los futuros planes de trabajo. En  esa dinámica de trabajo estaba la iglesia trabajando  cuando en 2008  le notifican al pastor Víctor Manjarrez su  cambio a la Ciudad de  Empalme Sonora, en su lugar mandan al hermano Genaro Berumen Ceceña, quien estaba pastoreando  un pueblito llamado la Cuadrita en Guaymas, Sonora.
Debido al éxito que se tenía en las ventas de pizzas, la hermana María Marta Duarte se dio a la tarea de obtener un horno industrial para abastecer los pedidos que se hacían. Tiempo  después por iniciativa del pastor se vendió el horno a la iglesia del campo 60. Se compró una estufa y un  congelador para la cocina de la iglesia, mismos que fueron usados por los equipos de trabajo que semanalmente e daban a la tarea de preparar sus vendimias. La venta de los tradicionales tamales con el sabor y la sazón de las hermanas siempre han sido reconocidos por la comunidad y eso ha dado pie a ser recomendados  facilitando así su venta.  De este pastorado  se recuerda la preparación de tamales cada vez en aumento su número para hacerlos. A  raíz de la prosperidad en los tamales  nació la iniciativa  de  tomarse como única fuente de trabajo  para subsanar las diferentes necesidades de la iglesia. Se  tiene  memoria del acuerdo de hacer cada quincena de 400 a 500 tamales, con el compromiso de que también  se financiarían  gastos de construcción entre otros gastos.  La  cultura de servicio y la visión por la mejora de la iglesia, llevo a sus miembros a un arduo trabajo que se convirtió en una creciente e importante fuente de recursos para solventar los futuros planes de trabajo. En  esa dinámica de trabajo estaba la iglesia trabajando   
 
[[Archivo:57_en_2008__le_notifican_al_pastor_Víctor_Manjarrez_su__cambio_a_la_Ciudad_de__Empalme_Sonora,_en_su_lugar_mandan_al_hermano_Genaro_Berumen_Ceceña.jpg|400px|thumb|center|]]
 
 
cuando en 2008  le notifican al pastor Víctor Manjarrez su  cambio a la Ciudad de  Empalme Sonora, en su lugar mandan al hermano Genaro Berumen Ceceña, quien estaba pastoreando  un pueblito llamado la Cuadrita en Guaymas, Sonora.


==GENARO BERUMEN CECEÑA==
==GENARO BERUMEN CECEÑA==
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