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Historia del Campo Evangelístico #28
==Inauguración del campo==
===Fecha y condiciones de la locación===
23 de Mayo del 2011, este fue el día en el que inicio todo, con solo 6 personas, un auto pequeño y un lugar rentado. Fue así como el Pastor Horacio Emmanuel Ramírez Pérez, junto con su familia y un par de hermanos que le apoyaban iniciaron. Siendo ungido junto con su familia por Josué Mendoza quien era obispo en este entonces, y el hermano Noé de la Toba quien estaba como encargado de Evangelismo.
23 de Mayo del 2011, este fue el día en el que inicio todo, con solo 6 personas, un auto pequeño y un lugar rentado. Fue así como el Pastor Horacio Emmanuel Ramírez Pérez, junto con su familia y un par de hermanos que le apoyaban iniciaron. Siendo ungido junto con su familia por Josué Mendoza quien era obispo en este entonces, y el hermano Noé de la Toba quien estaba como encargado de Evangelismo.
Así se inició la carrera en un local en la calle principal de la Colonia El Tecolote, un lugar donde cabían poco menos de 40 personas sentadas en la parte de adentro, con una cocina pequeña y un baño bastante reducido. Éste lugar se encontraba construido sobre un patio muy grande y unas habitaciones sin servicios bien puestos, así que era algo difícil vivir ahí.  
Así se inició la carrera en un local en la calle principal de la Colonia El Tecolote, un lugar donde cabían poco menos de 40 personas sentadas en la parte de adentro, con una cocina pequeña y un baño bastante reducido. Éste lugar se encontraba construido sobre un patio muy grande y unas habitaciones sin servicios bien puestos, así que era algo difícil vivir ahí.  
Una anécdota curiosa de este patio es que estaba infestado de pulgas y alimañas por causa de un perro que vigilaba el lugar, un dálmata de edad adulta llamado “Manchas”, que pertenecía a una vecina local. La iglesia batallo con esta plaga durante meses, pues se fumigaba y lavaba el patio de manera constante y la plaga parecía no querer desaparecer. Ya después que se logró que tanto Manchas como el patio quedaran limpios y agradables para visitar.  
Una anécdota curiosa de este patio es que estaba infestado de pulgas y alimañas por causa de un perro que vigilaba el lugar, un dálmata de edad adulta llamado “Manchas”, que pertenecía a una vecina local. La iglesia batallo con esta plaga durante meses, pues se fumigaba y lavaba el patio de manera constante y la plaga parecía no querer desaparecer. Ya después que se logró que tanto Manchas como el patio quedaran limpios y agradables para visitar.  
El patio y las habitaciones se usaban como patio y salones para los niños e intermedios que fuesen llegando al campo. Como no había suficientes sillas, se tenían que bajar del templo cada vez que había actividades, y cada vez que se iba a comer, las sillas debían ser movidas a la cocina, y así estar moviendo el inmueble constantemente del templo a los lugares en donde se fueran ocupando.


Dentro del templo no había sonido o instrumentos de primer nivel, o al menos de segundo. Se contaba con un gran piano de madera que pertenecía al pastor, un Karaoke prestado con entrada para dos micrófonos. No había músicos o ministros, ayudas ministeriales, ujieres o hermanos que pudieran encargarse de las necesidades del templo, todas estas las suplía el pastor junto con su familia.
Muchas veces tocaron cultos en los que una hora antes, manejando casi media ciudad o más, en un auto en el que ya muy viejo, con la carrocería muy maltratada. Aun con todos estos detalles, cuentan los hermanos que llegaron a caber hasta 13 personas dentro de este pequeño auto de 4 puertas y 4 cilindros. La familia pastoral llegaba a limpiar el recinto y así estar listos para que el pastor iniciara tocando el piano, y entonar algunas alabanzas junto con su esposa, la hermana Jimera Saavedra de Ramírez, e iniciar el sermón teniendo como oyentes a veces solo a su madre, la hermana Rosaura Pérez Gaona, y a sus tres hijos; Isaac, Enoc y Tabita Ramírez Saavedra.
Incluso había ocasiones en las que si, el carrito tenía algún problema para avanzar, el hermano Horacio se iba en la moto, limpiaba, cantaba, tocaba y predicaba. Nunca faltando a ningún culto ni siquiera aunque estuviera muy enfermo. Siempre predicaba con las puertas del local abiertas de par en par, predicándoles a las personas que pasaban, a las que llegaban a veces de paso, y a veces para quedarse.
Junio del 2011.
En este mes se inició la primera escuelita de verano del campo, en donde tuvimos el apoyo de muchos hermanos externos al campo, a donde asistían niños de los alrededores. Al principio el pastor junto con su esposa e hijos recorrían la colonia invitando a los niños para que fueran a dicha escuelita, que tenía por tema “Jesús es mi súper héroe”. Poco a poco la iglesia iba siendo llenada por niños, las primeras 3 o 4 hileras de sillas estaban siempre ocupadas por niños y algunos intermedios. Considerando que como máximo se podían pones 6 o 7 hileras de sillas a lo largo del templo, era un número considerable. Había muchos niños e intermedios entusiastas, listos para aprender, con sed de algo nuevo, jugar, divertirse y alabar a Dios junto a otros que tuvieran el mismo deseo. La escuelita tuvo una duración de 6 días, en los cuales los niños cantaban, hacían manualidades, recibían enseñanzas acerca de Jesús.
Al culminar la escuelita de verano, se les hizo una clausura durante el culto del domingo a principios del mes de julio, el día domingo 3. Se festejó la escuela dominical y el culto de celebración teniendo los niños una participación especial, entonando una alabanza titulada “Jesús es mi súper héroe”. En la cual un niño se disfrazó de Jesús y se paseaba entre los niños que alegremente y con voz fuerte entonaban el canto con júbilo y regocijo.


Al finalizar el culto se les hizo a los niños una pequeña bolsa donde llevaban dulces y las manualidades y actividades que habían hecho a lo largo de la escuelita de verano, muchos niños siguieron asistiendo a partir de esta escuelita. Entre ellos podemos contar a los hermanos Abraham y Ruth Tirado Velderrain, que en aquel entonces eran unos niños con una sed de Dios inmensa, con  inquietud y deseo de ayudar, Kevin y Jaqueline Torres, Josué y Marlene Rodríguez, hijos de una hermana llamada Soledad, que asistía con regularidad, Sara Torres, a quien llevaba su abuela, una hermana llamada Ofelia quien también empezaba a congregarse junto con sus dos hijos mayores; Juan, a quien todos llamábamos “Juanito” y José. Y así, aunque fuera en números pequeños, el campo crecía, en pasos cortos pero seguros. Este evento fue característico de la historia del campo, ya que, fue por este que el campo se dio a notar a los alrededores. La gente veía a la familia pastoral llevando y trayendo niños de aquí a allá.  
El patio y las habitaciones se usaban como patio y salones para los niños e intermedios que fuesen llegando al campo. Como no había suficientes sillas, se tenían que bajar del templo cada vez que había actividades, y cada vez que se iba a comer, las sillas debían ser movidas a la cocina, y así estar moviendo el inmueble constantemente del templo a los lugares en donde se fueran ocupando.


Empezaban a escucharse los cantos más fuertes, se veía más gente, las personas empezaban a sentir deseos de venir, ya sea por curiosidad o por ese amor tan fraternal que presentaban las personas que allí se congregaban.  Para el mes de agosto las cosas empezaban a verse distintas. Aun cuando no fueran muchos hermanos, o muy poderosos los cultos, la calidez del lugar siempre tenía algo  que a las personas les llamaba la atención. En ese lugar nunca se sentía mucho frío, ya que el lugar era pequeño y la gente empezaba a ser más, el frío se veía disipado ante el calor de los hermanos, el amor de Dios reflejado en ellos para con las personas que llegaba a pararse allí. Después los cultos de los miércoles dejaron de verse vacíos, los cultos de los domingos empezaron a tomar un aire distinto.
La familia pastoral ya no se sentía tan sola. Por supuesto, Dios siempre estuvo con ellos, pero no fue hasta este entonces donde empezaron a ver como poco a poco Dios iba manifestando su mano con un pequeño crecimiento. Regularmente se ponía una lona afuera del local los domingos, las personas se detenían a veces y escuchaban lo que adentro se predicaba, o a la hora de los cantos algunos de detenían a escuchar. Aun cuando no se quedaban a veces, algunos volvían, algunos se quedaban con esa curiosidad y preguntaban después, otros preguntaban a la gente de alrededor quiénes éramos.
Poco tiempo después se abrió una célula de multiplicación, en casa de dos hermanos de la tercera edad. Nuestro hermano Florencio, “Lencho” le decíamos todos, y su esposa la hermana Félix, quienes tenían un espíritu fervoroso por servir al Señor como les fuera posible. Un miércoles de culto, al pastor se le dificulto el pasar por los hermanos por razones externas a él, como ambos hermanos eran ya muy ancianos, estaban en esa edad en la que hasta caminar es un esfuerzo realmente grande. Ese culto los extrañamos, ya que regularmente el hermano Lencho solía entonar alabanzas en el tiempo de agradecimiento, con una voz fuerte y entre cortos llantos, conmovía a la congregación con cantos del himnario y, algunos de su composición. Al finalizar el culto de ese miércoles, varios hermanos nos quedamos afuera del templo conversando, y a lo lejos vimos dos figuras, tomados del brazo uno del otro, a paso muy lento ¡eran los el hermano Lencho y la hermana Félix! Rápidamente un hermano se apresuró a alcanzarlos, y tras de él los hermanos que estábamos para ayudarles a finalizar con el transcurso. Les preguntamos porque habían caminado tanto ellos solos y ya tan avanzada la noche, a lo que respondieron que como veían que los hermanos no pasaban por ellos, se decidieron a ir al culto caminando ¡no querían perderse de esa bendición!
El tercer domingo del mes de agosto festejamos a nuestros hermanos de la tercera edad, en donde tomamos nuestra primera foto como congregación, donde honramos a nuestros queridos hermanos conforme a como se acostumbre. Se les reconoció durante el culto y al finalizar se les hizo una pequeña comida. Este mismo mes tuvimos nuestro primer campamento infantil, donde los niños se gozaron durante 2 días consecutivos.
Aun siendo un número pequeño de hermanos, siempre fueron muy activos, trabajadores y esforzados por tratar de agradar a Dios en toda palabra y acción, sirviendo siempre unos a otros, a fin de hacerlo todo por y para el Señor Jesucristo.


A finales del mes de agosto se tuvo la primera campaña evangelística titulada “El rey te mando llamar”, teniendo como invitado especial al hermano Daniel Medina, pastor de la 9na iglesia de Tijuana, quien además trajo a algunos de sus muchachos para ministrar en la alabanza durante estos días, también los intermedios locales participaron con una dramatización de la alabanza “El Rey te mando llamar” En el transcurso de estos días los amigos y personas que fueron invitados pudieron ver y sentir la presencia de Dios, el cual nos ministro de una forma hermosa a todos y cada uno de los que estuvimos presentes. Antes de finalizar la campaña se hizo el llamamiento a aquellos que quisieran salir de Lodebar y habitar juntamente con el Rey de Reyes, comer de su mesa y vestir con sus ropas, y una persona respondió a ese llamado, quien se bautizó poco después de que la campaña se haya llevado a cabo, a principios del mes de septiembre del 2011.
Dentro del templo no había sonido o instrumentos de primer nivel, o al menos de segundo. Se contaba con un gran piano de madera que pertenecía al pastor, un Karaoke prestado con entrada para dos micrófonos. No había músicos o ministros, ayudas ministeriales, ujieres o hermanos que pudieran encargarse de las necesidades del templo, todas estas las suplía el pastor junto con su familia.




Muchas veces tocaron cultos en los que una hora antes, manejando casi media ciudad o más, en un auto en el que ya muy viejo, con la carrocería muy maltratada. Aun con todos estos detalles, cuentan los hermanos que llegaron a caber hasta 13 personas dentro de este pequeño auto de 4 puertas y 4 cilindros. La familia pastoral llegaba a limpiar el recinto y así estar listos para que el pastor iniciara tocando el piano, y entonar algunas alabanzas junto con su esposa, la hermana Jimera Saavedra de Ramírez, e iniciar el sermón teniendo como oyentes a veces solo a su madre, la hermana Rosaura Pérez Gaona, y a sus tres hijos; Isaac, Enoc y Tabita Ramírez Saavedra.


Se bautizó el día 23 de septiembre en el patio de la iglesia en una alberca, ya que no se tenía pila bautismal. Después de un culto de agradecimiento a Dios por su misericordia y gracia, la iglesia bajó al patio para celebrar la invocación del nombre de nuestro Señor Jesucristo en su vida. Nuestro hermano Enrique fue bautizado ese día por nuestro pastor Horacio Emmanuel Ramírez Pérez. La iglesia se gozó por el acontecimiento y después de la ceremonia se hizo una fiesta en casa de nuestro ahora hermano en la fe.


A principios del mes de octubre del 2011, se celebró un devocional infantil, en donde niños e intermedios dirigieron la liturgia y la alabanza por primera vez. Iniciando dicho devocional Josué Rodríguez y en la alabanza Ruth Tirado y Sara Torres, quienes eran los intermedios más constantes en ese entonces y habían mostrado ese entusiasmo por querer servir a Dios en esos ministerios. Después en el mismo devocional los niños participaron con un canto todos juntos y fervorosos. Este devocional sirvió como ensayo a lo que sería la primera fiesta del amigo en el campo, dirigido especialmente a los amigos que nos visitaban en la célula. Se proyectaron videos y se les interpreto una dramatización con el canto “El Rey te mando llamar” por parte de los intermedios.
Incluso había ocasiones en las que si, el carrito tenía algún problema para avanzar, el hermano Horacio se iba en la moto, limpiaba, cantaba, tocaba y predicaba. Nunca faltando a ningún culto ni siquiera aunque estuviera muy enfermo. Siempre predicaba con las puertas del local abiertas de par en par, predicándoles a las personas que pasaban, a las que llegaban a veces de paso, y a veces para quedarse.




==Año del 2011==
En este mes se inició la primera escuelita de verano del campo, en donde tuvimos el apoyo de muchos hermanos externos al campo, a donde asistían niños de los alrededores. Al principio el pastor junto con su esposa e hijos recorrían la colonia invitando a los niños para que fueran a dicha escuelita, que tenía por tema “Jesús es mi súper héroe”. Poco a poco la iglesia iba siendo llenada por niños, las primeras 3 o 4 hileras de sillas estaban siempre ocupadas por niños y algunos intermedios. Considerando que como máximo se podían pones 6 o 7 hileras de sillas a lo largo del templo, era un número considerable. Había muchos niños e intermedios entusiastas, listos para aprender, con sed de algo nuevo, jugar, divertirse y alabar a Dios junto a otros que tuvieran el mismo deseo. La escuelita tuvo una duración de 6 días, en los cuales los niños cantaban, hacían manualidades, recibían enseñanzas acerca de Jesús.




Al culminar la escuelita de verano, se les hizo una clausura durante el culto del domingo a principios del mes de julio, el día domingo 3. Se festejó la escuela dominical y el culto de celebración teniendo los niños una participación especial, entonando una alabanza titulada “Jesús es mi súper héroe”. En la cual un niño se disfrazó de Jesús y se paseaba entre los niños que alegremente y con voz fuerte entonaban el canto con júbilo y regocijo.




Al finalizar el culto se les hizo a los niños una pequeña bolsa donde llevaban dulces y las manualidades y actividades que habían hecho a lo largo de la escuelita de verano, muchos niños siguieron asistiendo a partir de esta escuelita. Entre ellos podemos contar a los hermanos Abraham y Ruth Tirado Velderrain, que en aquel entonces eran unos niños con una sed de Dios inmensa, con  inquietud y deseo de ayudar, Kevin y Jaqueline Torres, Josué y Marlene Rodríguez, hijos de una hermana llamada Soledad, que asistía con regularidad, Sara Torres, a quien llevaba su abuela, una hermana llamada Ofelia quien también empezaba a congregarse junto con sus dos hijos mayores; Juan, a quien todos llamábamos “Juanito” y José. Y así, aunque fuera en números pequeños, el campo crecía, en pasos cortos pero seguros. Este evento fue característico de la historia del campo, ya que, fue por este que el campo se dio a notar a los alrededores. La gente veía a la familia pastoral llevando y trayendo niños de aquí a allá. Empezaban a escucharse los cantos más fuertes, se veía más gente, las personas empezaban a sentir deseos de venir, ya sea por curiosidad o por ese amor tan fraternal que presentaban las personas que allí se congregaban. 




Para el mes de agosto las cosas empezaban a verse distintas. Aun cuando no fueran muchos hermanos, o muy poderosos los cultos, la calidez del lugar siempre tenía algo  que a las personas les llamaba la atención. En ese lugar nunca se sentía mucho frío, ya que el lugar era pequeño y la gente empezaba a ser más, el frío se veía disipado ante el calor de los hermanos, el amor de Dios reflejado en ellos para con las personas que llegaba a pararse allí. Después los cultos de los miércoles dejaron de verse vacíos, los cultos de los domingos empezaron a tomar un aire distinto.
La familia pastoral ya no se sentía tan sola. Por supuesto, Dios siempre estuvo con ellos, pero no fue hasta este entonces donde empezaron a ver como poco a poco Dios iba manifestando su mano con un pequeño crecimiento. Regularmente se ponía una lona afuera del local los domingos, las personas se detenían a veces y escuchaban lo que adentro se predicaba, o a la hora de los cantos algunos de detenían a escuchar. Aun cuando no se quedaban a veces, algunos volvían, algunos se quedaban con esa curiosidad y preguntaban después, otros preguntaban a la gente de alrededor quiénes éramos.




Poco tiempo después se abrió una célula de multiplicación, en casa de dos hermanos de la tercera edad. Nuestro hermano Florencio, “Lencho” le decíamos todos, y su esposa la hermana Félix, quienes tenían un espíritu fervoroso por servir al Señor como les fuera posible. Un miércoles de culto, al pastor se le dificulto el pasar por los hermanos por razones externas a él, como ambos hermanos eran ya muy ancianos, estaban en esa edad en la que hasta caminar es un esfuerzo realmente grande. Ese culto los extrañamos, ya que regularmente el hermano Lencho solía entonar alabanzas en el tiempo de agradecimiento, con una voz fuerte y entre cortos llantos, conmovía a la congregación con cantos del himnario y, algunos de su composición. Al finalizar el culto de ese miércoles, varios hermanos nos quedamos afuera del templo conversando, y a lo lejos vimos dos figuras, tomados del brazo uno del otro, a paso muy lento ¡eran los el hermano Lencho y la hermana Félix! Rápidamente un hermano se apresuró a alcanzarlos, y tras de él los hermanos que estábamos para ayudarles a finalizar con el transcurso. Les preguntamos porque habían caminado tanto ellos solos y ya tan avanzada la noche, a lo que respondieron que como veían que los hermanos no pasaban por ellos, se decidieron a ir al culto caminando ¡no querían perderse de esa bendición!




En la primera foto de la segunda hilera, podemos apreciar a nuestro hermano Lencho y a su esposa, la hermana Félix, sentados juntos en la primera fila, quienes con gusto prestaban su casa para que la célula se llevara a cabo en su hogar y recibir no solo a nuestros hermanos, sino a los amigos que buscaban conocer un poco más de Jesús. Siempre fueron ejemplo a seguir y personas admirables en medio de la congregación del campo.
El tercer domingo del mes de agosto festejamos a nuestros hermanos de la tercera edad, en donde tomamos nuestra primera foto como congregación, donde honramos a nuestros queridos hermanos conforme a como se acostumbre. Se les reconoció durante el culto y al finalizar se les hizo una pequeña comida. Este mismo mes tuvimos nuestro primer campamento infantil, donde los niños se gozaron durante 2 días consecutivos.
Aun siendo un número pequeño de hermanos, siempre fueron muy activos, trabajadores y esforzados por tratar de agradar a Dios en toda palabra y acción, sirviendo siempre unos a otros, a fin de hacerlo todo por y para el Señor Jesucristo.


El número de los intermedios estaba creciendo y los grupos de niños e intermedios ya no se podían quedar en una sola clase, así que se separaron dos grupos, frente al grupo de los niños estaba la hermana Jimena Saavedra y frente a los intermedios como maestro estaba el hermano Juan Castillo, a quien todos llamábamos de cariño “Juanito”, y al grupo de intermedios se nos conocía en aquel entonces como Embajadores del Rey.
A finales del mes de agosto se tuvo la primera campaña evangelística titulada “El rey te mando llamar”, teniendo como invitado especial al hermano Daniel Medina, pastor de la 9na iglesia de Tijuana, quien además trajo a algunos de sus muchachos para ministrar en la alabanza durante estos días, también los intermedios locales participaron con una dramatización de la alabanza “El Rey te mando llamar” En el transcurso de estos días los amigos y personas que fueron invitados pudieron ver y sentir la presencia de Dios, el cual nos ministro de una forma hermosa a todos y cada uno de los que estuvimos presentes. Antes de finalizar la campaña se hizo el llamamiento a aquellos que quisieran salir de Lodebar y habitar juntamente con el Rey de Reyes, comer de su mesa y vestir con sus ropas, y una persona respondió a ese llamado, quien se bautizó poco después de que la campaña se haya llevado a cabo, a principios del mes de septiembre del 2011.
El 11 de noviembre se tuvo un devocional de intermedios en el cual los chicos que se juntaban de la célula y los que se congregaban en la iglesia se juntaban para conocerse, convivir y seguir aprendiendo del Señor Jesucristo.
El mismo mes, se llevó a cabo el primer encuentro del campo, organizado y realizado por los hermanos locales, al cual asistieron 3 amigos. Esos días llovió bastante y algunos hermanos se quedaron en el templo con los amigos, y las hermanas se llevaron a las amigas a la casa de la familia pastoral. Cuentan los hermanos que se quedaron a dormir en el templo esa noche que la lluvia se escuchaba muy fuerte y los autos que pasaban hacían que dormir se convirtiera en algo muy difícil. Durmieron con muchas cobijas en el suelo, y a mitad de la noche escucharon que un ratón andaba correteando por ahí cerca, entonces los hermanos se levantaron y durmieron sentados en una silla con los pies puestos en una segunda silla, por el miedo de que el ratón les fuera a correr por los pies, o peor aún, encima de la cabeza. Gracias a Dios y a la altura de las sillas en las que durmieron, eso nunca sucedió.
 
Después de las lluvias de ese noviembre, diciembre nos sonrió con un brillante sol y se vinieron los convivios de las diferentes redes. A los intermedios se les llevo al parque Morelos y se les organizo un rally con  la ayuda de algunos hermanos de la 10ma iglesia. Los intermedios jugaron, pusieron en práctica sus conocimientos bíblicos, convivieron y se divirtieron a lo grande.
 
 
Durante enero y febrero del 2012 se trabajó arduamente en las células y se abrieron dos hogares para evangelizar y compartir la sagrada palabra de Dios. Uno de ellos fue en un hogar cerca de la casa de nuestro hermano Lencho, solo que en este caso era una célula solo de intermedios y niños, ya que habíamos llegado a tal cantidad que ya no cabíamos en la casa de nuestro hermano y se abrió esta otra célula en casa de uno de los intermedios que asistía a la célula, y de ahí se fueron congregando varios intermedios más.
Al frente de la célula de los niños e intermedios iba nuestra hermana Jimena Saavedra, y como su asistente Ruth Tirado, una de las intermedios que había estado apoyando ya desde hace un tiempo  y que ahora le apoyaba con los niños más pequeños.
La segunda célula se abrió en casa de nuestro hermano Ángel, quien se bautizó ahí con el campo el mes de marzo del 2012. Esta célula era liderada por nuestro pastor, el hermano Horacio Ramírez y tenía como asistente a nuestro hermano Juanito. Donde varias personas de los alrededores empezaban a interesarse en escuchar el mensaje de salvación. Se reunían de varias partes de la colonia en la que se encontraba la célula, venían incluso personas de lejos a escuchar la palabra.
 
También nuestra escuelita dominical se consolido por completo y se iniciaron escuelas de maduración.  Nuestros maestros oficiales eran el pastor Horacio Ramírez, su esposa la hermana Jimena Saavedra y el hermano Juanito Castillo, quienes se esmeraban planeando y organizando cada clase para el crecimiento doctrinal, intelectual y espiritual de la iglesia. Para este entonces se nos unió la familia Ramírez Martínez, la cual estaba constituida por el hermano Job Ramírez, María Fernanda Martínez a quien todos llamábamos como “Marifer” y sus dos hijos Emily y Eliu Ramírez. Ya para el mes de mayo tanto la escuelita bíblica como el cuerpo de ayudas ministeriales estaba tomando más forma.
 
 
 
 
 
 
El mes de junio se celebraron los XV años de una de las intermedios del campo, Ruth Tirado, quien había estado constante en el campo y en su obra para el Señor. Este evento fue característico ya que fe el primero en su clase en el campo y toda la congregación puso un poco de su esfuerzo. La jovencita cuenta que ella esperaba una ceremonia sencilla y una comida con los hermanos en la iglesia, pero al final de los mismos hermanos de la congregación empezaron a salir padrinos para ramo, para peinado, video, entre otras cosas. Y al final se armó todo un festejo. Desde muy temprano se vieron muchos hermanos limpiando, cocinando, inflando globos, entre otra cosa. La mayor característica del campo, que es el amor tan fraternal de los hermanos de unos hacia otros se hizo muy notorio ese día. Entre lágrimas de alegría y muchas sonrisas y amor se festejó este acontecimiento.
 
Para los meses de junio, julio y agosto estuvieron los campamentos de niños e intermedios. El campamento de los niños se llevó a cabo en el Cuma, durante dos días los niños se vieron envueltos por la presencia de Dios, además de diferentes competencias, juegos, actividades y convivencias con niños de otras iglesias. Uno de nuestros niños participo en carreras de relevos y gano el tercer lugar y se llevó una medalla a casa. En el caso de los intermedios fue un tiempo de auto conocimiento. Los muchachos fueron por primera vez a un campamento y empezaron a ver cómo era convivir con muchachos que creían en las mismas cosas que ellos, viendo que las cosas son muy diferentes a como las conocían y a como creían que era seguir a Dios. Que no todo era ser serio y recatado, sino que en Cristo existe la libertad de adorar de muchas maneras diferentes. Ambos grupos salieron con grandes aprendizajes de sus diferentes campamentos.
 
 
 
 
 
 
 
En el mes de octubre del 2012 se realizó la primera fiesta del amigo dedicada únicamente para los niños de las diferentes células. Con ayuda de unos jóvenes de la 9na iglesia, el apoyo de las diferentes células, el hermano Othoniel Saavedra y Yolanda Loya se les hizo una maravillosa fiesta del amiguito llena de juegos, ejemplos, comieron pizza y pasaron ratos muy divertidos junto con otros niños y los muchachos de la 9na iglesia.
 
 
Ya para los meses de noviembre y diciembre recibimos a 4 familias a quedarse con nosotros para apoyar en la ardua labor de la obra de Dios. Una de ellas era la familia Barrón Valenzuela, conformada por el hermano Ramón Barrón, su esposa la hermana Sandra Alicia Valenzuela y su hija Jazmín Barrón, quienes llegaron con muchas ganas de servir al Señor en su obra. Una semana después llego la familia Quintana Apodaca conformada por nuestro hermano Paulino Quintana, nuestra hermana Idalia Quintana con sus hijos Sabdi e Isaí. También la familia Olvera Lorenzo, que era conformada por nuestros hermanos Valentín Olvera y su esposa Maura Lorenzo. Y por último la familia Saavedra Loya, conformada por nuestros hermanos Othoniel Saavedra y Yolanda Loya. Junto con ellos planeamos los trabajos que se llevarían a cabo para el 2013.
Durante el año 2012 así como tuvimos bastantes victorias también muchos amigos que se congregaban con nosotros dejaron de asistir, pero les seguíamos llamando y esperando a que en algún momento volvieran al Señor. LA obra del Señor es muchas veces así, y cuando uno sabe y esta consiente que el cambio y la obra en la gente no la hacemos nosotros, sino Él como Dios Todopoderoso. Podemos estar confiados en que todo lo que obra con los hijos de Dios es para su bien.
Durante inicios del año 2013 se administraron los trabajos en las células quedando frente a la célula en casa del hermano Lencho nuestro pastor. La célula que se encontraba en San Martin se cambió de locación en la misma colonia, y en esta ocasión estaría al frente del liderazgo de ella el hermano Ramón Barrón, la célula ahora se encontraría en casa de Azucena Ortiz, amiga del campo y candidata a ser bautizada ese mismo mes de enero. Apoyándonos en la célula de los niños e intermedios la hermana Merary Saavedra, quien estaría con nosotros temporalmente apoyando en esa área, poco tiempo después de que nuestra hermana Merary entregara la célula se volvió a hacer una sola célula en El Tecolote.
 
 
Para marzo del 2013 tuvimos nuestra primera fiesta del amigo del año a la cual asistieron las dos células, con participaciones de la congregación. Se les hizo una rica comida después del servicio y unos juegos para amenizar y convivir un rato con ellos. Dios siempre bueno, nos permitió tener un buen número de amigos nuevos, entre ellos algunos de los hijos mayores de varios de los nuevos hermanos que habían venido a apoyar en el campo, los cuales parecían estar contentos en el campo y empezaron a asistir con mayor regularidad.
En el mes de abril no se llevó a cabo encuentro, dado que ningún amigo tuvo la posibilidad de apuntarse, ya que todos trabajaban. Pero en este mismo periodo, aun sin encuentro un alma decidió tomar el paso para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Ruth Tirado, un pequeño fruto que el campo vio crecer poco a poco al fin estaba listo para la fiesta de la cosecha, y antes de cumplir la edad de 16 años, decidió entregar su vida a Cristo. Su bautismo se llevó a cabo después de un matutino en la playa La Misión, a donde toda la iglesia y amigos se trasladaron para así bautizar por primera vez a una jovencita. En dicho evento se tomó la segunda foto de la iglesia como congregación, en la cual se notó buen crecimiento después de la última que fue tomada en el 2011.
En el mes de mayo se les se hicieron cambios en células para continuar con  trabajos del próximo ciclo y reacomodar las células y empezar a trabajar en el Ejido Lázaro Cárdenas en el hogar de nuestro hermano Paulino Quintana y nuestra hermana Idalia Apodaca.
En este mes también se les hizo el culto de celebración a los adultos mayores en el campo, donde participo toda la congregación. Durante el culto participó la hermana Jimena Saavedra entonando un canto, la hermana Ruth Tirado haciendo una pantomima y los niños del campo entonando una alabanza para honrar a nuestros hermanos de la tercera edad. Los intermedios y algunos otros hermanos ayudaron a prepararles la comida mientras otros les servían después del culto y convivían con ellos. También se les festejo el día de las madres a las hermanas de la congregación, se le regalo una rosa a cada una y algunos de sus hijos estuvieron presidiendo el culto y dedicándoles algunas palabras. Ya para este año empezaron a formalizarse algunas de las festividades dedicadas a padres, madres, niños e incluso jóvenes, ya que la membresía era más grande y las redes podían organizarse mejor. Ya estaban más consolidados más ministerios como templo, evangelismo, misión y envió y educación.
 
Ya para el mes de junio se les festejo su día a los padres del campo haciendo un culto dirigido por los intermedios e hijos de algunos hermanos, se les dedicaron algunas palabras y detalles festejando su labor no solo como cabezas de familia sino también como varones de Dios.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
También para esta época del 2013 se llevó a cabo la fiesta del amigo en la que todos los ministerios ya consolidados y los que apenas empezaban a desarrollarse participaron y dieron lo mejor para nuestros amigos y para el alcance de nuestros amigos. Se organizó el orden del culto por parte de nuestros hermanos de la célula del tecolote, y el servicio a nuestros amigos durante el convivio por las células de San Martin y del Ejido. Participaron nuestras hermanas Jimena Saavedra, Ruth Tirado y nuestra primer panderista, Jazmín Barrón.
 
 
 
 
 
Poco después, como ya la membresía era un poco más grande y a veces no hay tiempo suficiente para saludar o presentarnos entre todos para conocernos a fondo, como familia en Cristo que somos, nos decidimos a hacer un pequeño paseo al parque Morelos, para compartir los alimentos juntos, pasar tiempo de calidad los unos con los otros, saliendo del ámbito religioso para más que ser solo parte de una iglesia conformar la hermosa familia en Cristo que somos.
 
 
 
 
 
 
Para el mes de julio nuestra hermana Azucena Ortiz decidió presentar a sus hijos y consagrarlos a Dios y guiarlos por su camino.
 
 
 
 
 
 
 
 
La congregación llego a un crecimiento considerable. Llego el punto en el que ya no cabíamos en el lugar en el que estábamos y, aunque los recursos no eran los suficientes como para lanzarnos a comprar un lugar más grande, nos lanzamos con la fe de que Dios nos ayudaría y supliría lo necesario para su obra. Se empezó a buscar un terreno para poder empezar a construir el templo que se tenía contemplado, donde se pudiera expandir según las necesidades de la congregación, ya que el lugar en donde estábamos era rentado y no teníamos permitido ampliar aunque la gente ya no cabía dentro durante los servicios. Para el mes de septiembre encontramos dos terrenos cerca de nuestra locación, le hacía falta mucho trabajo al lugar pero nos decidimos a tomar ese reto, el mismo mes se hizo el trato y se empezó a trabajar en el lugar.
 
 
 
 
 
Primero se empezó a cavar y sacar tierra para emparejar. Se le delego el trabajo de construcción al hermano Paulino Quintana, quien era la persona que dirigía los trabajos en el terreno. Se trabajaba día y noche en el terreno, todos ponían su granito de arena. Algunos hermanos cavando, las hermanas y jóvenes cocinaban e incluso ayudaban a mover tierra. Los niños también ayudaban a cavar mientras los hermanos descansaban y comían, incluso se llegó a trabajar mientras llovía. Para finales del mes de septiembre ya empezábamos a hacer cultos los domingos en el lugar, aunque aún no teníamos techo ni piso, pero empezábamos a hacer presencia en el nuevo lugar de congregación.  Después de que las paredes hubiesen quedado levantadas la parte del altar quedara con techo empezamos a movilizarnos cada domingo al templo, y el local que rentábamos se utilizaba como almacén y para hacer los cultos los miércoles. Todos los domingos movíamos las sillas hasta el terreno hasta que llegamos al día de la inauguración.
 
 
 
 
 
 
El 25 de Septiembre del 2013 se hizo el culto de consagración, al que nos acompañó nuestros hermanos Fernando Martínez, Noé de la Toba y Josué Mendoza para inaugurar nuestro nuevo templo y poner el primer bloque, también a este culto nos acompañó nuestro hermano David Loya quien no había estado apoyando en otros eventos de la iglesia con anterioridad.
 
Poco tiempo después, se siguieron haciendo trabajos en el terreno ya que se necesitaba sacar más tierra que nos quitaba espacio. Se contrató una excavadora pagada por el distrito para quitar la tierra que hacía falta por mover.
 
 
 
 
Y el día 30 de septiembre hicimos nuestro primer culto oficial en el nuevo templo, en el cual haríamos los cultos de ese día en delante, y usaríamos el local solamente como almacén en lo que asegurábamos la puerta y terminábamos de poner el techo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ya para los meses restantes del año estuvimos trabajando para que el templo quedara terminado, y se pudieran dejar las cosas en él y ya no trasladarlas todo el tiempo para evitar dañar el inmueble del templo. Se continuo excavando y aplanando lo más posible y se empezó a trabajar para comprar hojas de yeso para poner en el interior del templo para más adelante enyesar y pintar, también se empezó a proyectar poner el piso.
Iniciamos el año 2014 con mucho entusiasmo, listos para seguir con los trabajos en la construcción del templo, de la cual quedo a cargo nuestro hermano Paulino Quintana con ayuda de nuestro hermano Othoniel Saavedra. La congregación estaba muy contenta ya que tendríamos un lugar propio, aunque esto implicara mucho trabajo. Continuábamos guardando las cosas en el local en lo que el mes de la renta llegaba a su final, pero antes de que eso sucediera, un domingo por la mañana al ir a recoger las sillas, instrumentos y sonido, el hermano que iba a recoger las cosas nos notificó que el local había sido vaciado. No dejaron absolutamente nada.
Nos habían robado en veces anteriores, se habían llevado minas de gas, algunas sillas y otras cosas, ya que antes batallábamos mucho para tener bienes como sonido e instrumentos. Aquel domingo no hubo sonido de guitarra o piano o batería, pero si el de las voces de cada uno de los miembros de la iglesia entonando cantos al Señor, el pastor que a todo pulmón predicaba el sermón, ya que con bienes o sin ellos, el nombre de Nuestro Señor Jesucristo debía ser glorificado.
Las semanas siguientes tratamos de encontrar las cosas que se nos habían sido quitadas, pero nunca tuvimos éxito, con mucho trabajo conseguimos una bocina y unos micrófonos de baja calidad para continuar con la obra, pero teníamos fe en que el Señor no nos dejaba en ningún momento y que todo lo veríamos mejor en  algún momento.
A mediados del mes de enero se presentaron a las ayudas ministeriales que estarían presidiendo y predicando durante ese año. Nuestros hermanos Abraham Tirado, Isaac Ramírez, Ramón Barrón, Job Ramírez, Paulino Quintana y Valentín Olvera.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
También a finales del mes de enero se festejamos nuestro culto de las primicias en las que los hermanos dedicaron aquello que habían dispuesto en su corazón como la primicia para el Señor Jesús. En este culto nuestros hermanos pasaron por familias para dedicar su primicia y trajeron además un artículo de la despensa básica la cual sería donada a nuestros hermanos Lencho y Félix como ancianos de la iglesia.
 
 
 
 
 
 
En el mes de marzo tuvimos un evami de damas en el que tuvimos el apoyo de nuestros en el ministerio de la alabanza por parte de los hermanos de la misión de San Martin, nuestras hermanas pusieron mucho de su parte para que el evento se llevara a cabo de la mejor manera posible y fue de gran bendición para todos aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir.
 
 
 
 
 
 
 
Durante ya algún tiempo había nacido en el corazón de nuestro hermano Valentín Olvera el deseo de ayudar a los niños de su comunidad con respecto a su alimentación, y se diseñó el plan para abrir un desayunador en su casa primeramente para atraer a los niños de su colonia para la obra del Señor y después trasladar el desayunador a la iglesia para que los niños no solo recibieran un alimento físico sino también un alimento espiritual. A finales del mes de marzo se instaló el desayunador.
 
 
 
 
 
 
En el año del 2014 uno de los acontecimientos más resaltantes fue el campamento de los niños, ya que en esta ocasión los niños del campo participaron en la competencia de futbol, compitiendo contra iglesias grandes, poca gente creía que realmente fueran a llegar a algo, pero poco a poco fueron venciendo incluso a los equipos más temidos, escalando poco a poco hasta llegar a la final, por azares del arbitraje y nerviosismos no pudieron ganar el primer lugar, pero dejaron realmente impresionados a los demás equipos, ya que no se habían presentado jamás a jugar y la mayoría de los niños que participaron no habían competido en los campamentos jamás. También uno de nuestros niños gano el primer lugar en las competencias de relevos.
 
En el mes de mayo también se presentó al bebé de nuestros hermanos José Olvera y Judith García, el pequeño Kevin, quien fue dedicado a Dios.

Revisión del 16:12 31 ene 2018

Inauguración del campo

Fecha y condiciones de la locación

23 de Mayo del 2011, este fue el día en el que inicio todo, con solo 6 personas, un auto pequeño y un lugar rentado. Fue así como el Pastor Horacio Emmanuel Ramírez Pérez, junto con su familia y un par de hermanos que le apoyaban iniciaron. Siendo ungido junto con su familia por Josué Mendoza quien era obispo en este entonces, y el hermano Noé de la Toba quien estaba como encargado de Evangelismo.


Así se inició la carrera en un local en la calle principal de la Colonia El Tecolote, un lugar donde cabían poco menos de 40 personas sentadas en la parte de adentro, con una cocina pequeña y un baño bastante reducido. Éste lugar se encontraba construido sobre un patio muy grande y unas habitaciones sin servicios bien puestos, así que era algo difícil vivir ahí. Una anécdota curiosa de este patio es que estaba infestado de pulgas y alimañas por causa de un perro que vigilaba el lugar, un dálmata de edad adulta llamado “Manchas”, que pertenecía a una vecina local. La iglesia batallo con esta plaga durante meses, pues se fumigaba y lavaba el patio de manera constante y la plaga parecía no querer desaparecer. Ya después que se logró que tanto Manchas como el patio quedaran limpios y agradables para visitar.


El patio y las habitaciones se usaban como patio y salones para los niños e intermedios que fuesen llegando al campo. Como no había suficientes sillas, se tenían que bajar del templo cada vez que había actividades, y cada vez que se iba a comer, las sillas debían ser movidas a la cocina, y así estar moviendo el inmueble constantemente del templo a los lugares en donde se fueran ocupando.


Dentro del templo no había sonido o instrumentos de primer nivel, o al menos de segundo. Se contaba con un gran piano de madera que pertenecía al pastor, un Karaoke prestado con entrada para dos micrófonos. No había músicos o ministros, ayudas ministeriales, ujieres o hermanos que pudieran encargarse de las necesidades del templo, todas estas las suplía el pastor junto con su familia.


Muchas veces tocaron cultos en los que una hora antes, manejando casi media ciudad o más, en un auto en el que ya muy viejo, con la carrocería muy maltratada. Aun con todos estos detalles, cuentan los hermanos que llegaron a caber hasta 13 personas dentro de este pequeño auto de 4 puertas y 4 cilindros. La familia pastoral llegaba a limpiar el recinto y así estar listos para que el pastor iniciara tocando el piano, y entonar algunas alabanzas junto con su esposa, la hermana Jimera Saavedra de Ramírez, e iniciar el sermón teniendo como oyentes a veces solo a su madre, la hermana Rosaura Pérez Gaona, y a sus tres hijos; Isaac, Enoc y Tabita Ramírez Saavedra.


Incluso había ocasiones en las que si, el carrito tenía algún problema para avanzar, el hermano Horacio se iba en la moto, limpiaba, cantaba, tocaba y predicaba. Nunca faltando a ningún culto ni siquiera aunque estuviera muy enfermo. Siempre predicaba con las puertas del local abiertas de par en par, predicándoles a las personas que pasaban, a las que llegaban a veces de paso, y a veces para quedarse.


Año del 2011

En este mes se inició la primera escuelita de verano del campo, en donde tuvimos el apoyo de muchos hermanos externos al campo, a donde asistían niños de los alrededores. Al principio el pastor junto con su esposa e hijos recorrían la colonia invitando a los niños para que fueran a dicha escuelita, que tenía por tema “Jesús es mi súper héroe”. Poco a poco la iglesia iba siendo llenada por niños, las primeras 3 o 4 hileras de sillas estaban siempre ocupadas por niños y algunos intermedios. Considerando que como máximo se podían pones 6 o 7 hileras de sillas a lo largo del templo, era un número considerable. Había muchos niños e intermedios entusiastas, listos para aprender, con sed de algo nuevo, jugar, divertirse y alabar a Dios junto a otros que tuvieran el mismo deseo. La escuelita tuvo una duración de 6 días, en los cuales los niños cantaban, hacían manualidades, recibían enseñanzas acerca de Jesús.


Al culminar la escuelita de verano, se les hizo una clausura durante el culto del domingo a principios del mes de julio, el día domingo 3. Se festejó la escuela dominical y el culto de celebración teniendo los niños una participación especial, entonando una alabanza titulada “Jesús es mi súper héroe”. En la cual un niño se disfrazó de Jesús y se paseaba entre los niños que alegremente y con voz fuerte entonaban el canto con júbilo y regocijo.


Al finalizar el culto se les hizo a los niños una pequeña bolsa donde llevaban dulces y las manualidades y actividades que habían hecho a lo largo de la escuelita de verano, muchos niños siguieron asistiendo a partir de esta escuelita. Entre ellos podemos contar a los hermanos Abraham y Ruth Tirado Velderrain, que en aquel entonces eran unos niños con una sed de Dios inmensa, con inquietud y deseo de ayudar, Kevin y Jaqueline Torres, Josué y Marlene Rodríguez, hijos de una hermana llamada Soledad, que asistía con regularidad, Sara Torres, a quien llevaba su abuela, una hermana llamada Ofelia quien también empezaba a congregarse junto con sus dos hijos mayores; Juan, a quien todos llamábamos “Juanito” y José. Y así, aunque fuera en números pequeños, el campo crecía, en pasos cortos pero seguros. Este evento fue característico de la historia del campo, ya que, fue por este que el campo se dio a notar a los alrededores. La gente veía a la familia pastoral llevando y trayendo niños de aquí a allá. Empezaban a escucharse los cantos más fuertes, se veía más gente, las personas empezaban a sentir deseos de venir, ya sea por curiosidad o por ese amor tan fraternal que presentaban las personas que allí se congregaban.


Para el mes de agosto las cosas empezaban a verse distintas. Aun cuando no fueran muchos hermanos, o muy poderosos los cultos, la calidez del lugar siempre tenía algo que a las personas les llamaba la atención. En ese lugar nunca se sentía mucho frío, ya que el lugar era pequeño y la gente empezaba a ser más, el frío se veía disipado ante el calor de los hermanos, el amor de Dios reflejado en ellos para con las personas que llegaba a pararse allí. Después los cultos de los miércoles dejaron de verse vacíos, los cultos de los domingos empezaron a tomar un aire distinto. La familia pastoral ya no se sentía tan sola. Por supuesto, Dios siempre estuvo con ellos, pero no fue hasta este entonces donde empezaron a ver como poco a poco Dios iba manifestando su mano con un pequeño crecimiento. Regularmente se ponía una lona afuera del local los domingos, las personas se detenían a veces y escuchaban lo que adentro se predicaba, o a la hora de los cantos algunos de detenían a escuchar. Aun cuando no se quedaban a veces, algunos volvían, algunos se quedaban con esa curiosidad y preguntaban después, otros preguntaban a la gente de alrededor quiénes éramos.


Poco tiempo después se abrió una célula de multiplicación, en casa de dos hermanos de la tercera edad. Nuestro hermano Florencio, “Lencho” le decíamos todos, y su esposa la hermana Félix, quienes tenían un espíritu fervoroso por servir al Señor como les fuera posible. Un miércoles de culto, al pastor se le dificulto el pasar por los hermanos por razones externas a él, como ambos hermanos eran ya muy ancianos, estaban en esa edad en la que hasta caminar es un esfuerzo realmente grande. Ese culto los extrañamos, ya que regularmente el hermano Lencho solía entonar alabanzas en el tiempo de agradecimiento, con una voz fuerte y entre cortos llantos, conmovía a la congregación con cantos del himnario y, algunos de su composición. Al finalizar el culto de ese miércoles, varios hermanos nos quedamos afuera del templo conversando, y a lo lejos vimos dos figuras, tomados del brazo uno del otro, a paso muy lento ¡eran los el hermano Lencho y la hermana Félix! Rápidamente un hermano se apresuró a alcanzarlos, y tras de él los hermanos que estábamos para ayudarles a finalizar con el transcurso. Les preguntamos porque habían caminado tanto ellos solos y ya tan avanzada la noche, a lo que respondieron que como veían que los hermanos no pasaban por ellos, se decidieron a ir al culto caminando ¡no querían perderse de esa bendición!


El tercer domingo del mes de agosto festejamos a nuestros hermanos de la tercera edad, en donde tomamos nuestra primera foto como congregación, donde honramos a nuestros queridos hermanos conforme a como se acostumbre. Se les reconoció durante el culto y al finalizar se les hizo una pequeña comida. Este mismo mes tuvimos nuestro primer campamento infantil, donde los niños se gozaron durante 2 días consecutivos. Aun siendo un número pequeño de hermanos, siempre fueron muy activos, trabajadores y esforzados por tratar de agradar a Dios en toda palabra y acción, sirviendo siempre unos a otros, a fin de hacerlo todo por y para el Señor Jesucristo.

A finales del mes de agosto se tuvo la primera campaña evangelística titulada “El rey te mando llamar”, teniendo como invitado especial al hermano Daniel Medina, pastor de la 9na iglesia de Tijuana, quien además trajo a algunos de sus muchachos para ministrar en la alabanza durante estos días, también los intermedios locales participaron con una dramatización de la alabanza “El Rey te mando llamar” En el transcurso de estos días los amigos y personas que fueron invitados pudieron ver y sentir la presencia de Dios, el cual nos ministro de una forma hermosa a todos y cada uno de los que estuvimos presentes. Antes de finalizar la campaña se hizo el llamamiento a aquellos que quisieran salir de Lodebar y habitar juntamente con el Rey de Reyes, comer de su mesa y vestir con sus ropas, y una persona respondió a ese llamado, quien se bautizó poco después de que la campaña se haya llevado a cabo, a principios del mes de septiembre del 2011.