Ameca, Jalisco

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EL PROPÓSITO PRINCIPAL DE ESTE LIBRO ES DAR A CONOCER LAS VIVENCIAS Y ACONTECIMIENTOS RELACIONADOS CON LA EXISTENCIA DE LA MISIÓN DE AMECA, JALISCO; POR ESO SE AGRUPAN EN CAPÍTULOS QUE ABARCAN LOS PRINCIPALES EPISODIOS HISTÓRICOS DE NUESTRO PASADO RECIENTE COMO MISIÓN DE LA IGLESIA APOSTÓLICA DE LA FE EN CRISTO JESÚS EN ESTE MUNICIPIO. ESTÁ CLASIFICADO EN CAPÍTULOS, EN CADA UNO DE LOS CUALES ENCONTRARÁS LA EXPLICACIÓN DE LOS PRINCIPALES ACONTECIMIENTOS; Y LOS SUCESOS NARRADOS. SE HAYAN LOS MOVIMIENTOS QUE HAN DADO FUERZA Y GRANDEZA A NUESTRA IDENTIDAD COMO CRISTIANOS Y UN SENTIDO AL PASADO Y AL PRESENTE DE NUESTRA IGLESIA.

CAPÍTULO 1. OBEDECIENDO AL LLAMADO DE DIOS.

La voz de Dios es como un dulce llamado que cautiva, no se piensa en las consecuencias, únicamente se quiere seguir a Dios, a pesar de situaciones adversas y conflictos familiares; le paso al siervo Abraham, basto un ‘”sal de tu tierra y de tu parentela…” , al apóstol Pedro, quien dejándolo todo le siguió. Este llamado sigue latente tocando a hombres y mujeres ; hace veintitrés años estando radicando en los Estados Unidos nuestro Hermano Jerónimo Becerra León recibió este llamado de dejar su comodidad, su trabajo y su casa, para regresar a la ciudad de Ameca, Jalisco y predicar las buenas nuevas de salvación. Al compartir con su familia esta inquietud, el hermano Becerra recibió completo apoyo, de esta forma su esposa la Becerra Flores, partieron obedeciendo el mandato de Dios. Tras instalarse en esta ciudad los hermanos enfrentaron importantes desafíos: idolatría y santería, abundancia de prostitución, alcohólicos y cada vez más adictos a las drogas; observándose por sus calles demasiado conformismo y una vida rutinaria e insípida. Además de estos retos se vieron ante la falta de recursos económicos, siendo un obstáculo para la fundación de la misión. Establecer las bases fue posible gracias al apoyo del Espíritu Santo y determinación y valentía de nuestros hermanos. El fuego de Dios ardía en el corazón del decidido hermano y el deseo de predicar la Palabra lo impulsaba día con día. Él fue bautizado en el nombre Jesucristo por el hermano Zacarías Andrade en el mes de febrero del año de mil novecientos setenta y nueve en la ciudad de San José, California. Debido a que vivió una infancia difícil en la comunidad donde el creció, experimento en carne propia la vida de esclavitud, la cual se terminó en su generación, esta fue la principal razón para entender a la perfección la importancia de la libertad para el ser humano, sabiendo que únicamente la ofrece Jesucristo y no se haya en otro lugar.

Una vez que el hermano Becerra arribo al municipio, fue recibido por el pastor de la primera Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús en Zapopan, Jalisco, hermano Jesús Sarabia Meraz, en el mes de noviembre de mil novecientos ochenta y siete quedando así formalizado el inicio del trabajo evangelístico y pastoral, recibió al hermano José Tico, quien había sido bautizado en la 1ª Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús en Guadalajara, Jalisco. En medio de muchas luchas, pero con un propósito bien definido nuestros hermanos experimentaban día a día las bendiciones de Dios de diversas formas. Teniendo en mente el propósito de hacer crecer el trabajo iniciado y vendiendo dos camionetas el hermano Jerónimo adquirió un terreno con el propósito de establecer ahí la iglesia. Impulsado por la adquisición del predio, procedieron a construir una improvisada vivienda con los materiales que se pudieron adquirir y sin contar con las condiciones adecuadas vivieron en el lugar, además celebraban reuniones de culto y escuela dominical. En este ambiente de muchas dificultades y bendiciones el grupo crecía y la gracia de Dios abundaba. Nuevos creyentes se integraron a las filas de los redimidos; hermanos como la familia Pérez Torres a quienes no les importaba la distancia siempre estaban en las actividades