Isidro Pérez Ramírez

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El Hno. Ysidro Pérez Ramírez nació en La Brecha, Sinaloa, en 1924, fue el cuarto obispo presidente de la iglesia Apostólica. Tanto el hermano Pérez como el hermano Gaxiola crecieron en la iglesia. Su padre fue pionero del evangelio en la Sierra Madre de Durango. Fue bautizado por el hermano Ignacio Mariscal el 12 de marzo de 1939. Desde antes de bautizarse fue lleno del Espíritu Santo el 10 de abril de 1936.

Se convirtió al evangelio en el poblado de Quebrada Honda, situado en la Sierra Madre de Durango. Siendo todavía un joven, sus padres fueron a establecerse en la Comarca Lagunera del estado de Coahuila, para luego internarse por un tiempo en Estados Unidos, donde el joven Ysidro aprendió el idioma inglés. Cuando regresaron a la comarca decidieron establecerse en Torreón, y ahí el joven Ysidro se cultivó en el ambiente de la Iglesia Apostólica

Fue iniciado al ministerio el 31 de octubre de 1944 en la ciudad de Torreón, Coahuila, y el 31 de octubre de 1946 fue ordenado. Trabajó como diácono, asistente de pastor, maestro de escuela dominical, presidente de la sociedad juvenil y presidente de la federación de jóvenes en la 1ª. Iglesia de Torreón, Coahuila.

Después se trasladó a la ciudad de México para cursar estudios y prestar servicio como maestro en el Instituto Teológico Apostólico Internacional (ITAI). Más tarde fue enviado a estudiar al Colegio Bíblico Apostólico de Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos de Norteamérica. En ese colegio estuvo como encargado del departamento de español y allí cursó la secundaria y el bachillerato en teología, también tomó dos años más de “colegio” a nivel universitario..

Al estar en el Colegio Bíblico de Tulsa, fue el medio que Dios usó para que se iniciara la obra misionera. Al finalizar tres años de estudio en el colegio, regresó a la ciudad de México, donde trabajó como asistente de pastor en la 1ª. Iglesia y maestro del Instituto. Después ocupó el cargo de rector del ITAI y pastor de la 1ª. Iglesia de México durante los años 1950 a 1952.

Contrajo matrimonio con la hermana Yolanda L. Gómez Rivas, de cuyo matrimonio procrearon a Yolanda, Rebeca, Elizabeth, Judith, Sara, Esther y Raquel, quienes han sido abarcadas por la salvación en Cristo. Sus hijas que se han casado; lo han hecho con hombres cristianos y serviciales. La Hna. Yolanda fue la cuarta presidenta de la Confederación Femenil Dorcas en México, y fue fiel colaboradora con su esposo en los menesteres para con la iglesia y su familia. Después pastoreó la 1ª Iglesia de Torreón, Coahuila, por dos años, tocándole a él parte de la construcción del templo y edificios de la que entonces era la sede de la iglesia. Enseguida ocupó el pastorado de la 1ª Iglesia de Chihuahua, Chih. por cuatro años y medio. Durante ese pastorado fue electo miembro de la honorable mesa directiva de la iglesia en el cargo de Secretario de Educación Cristiana y en esas funciones viajó al extranjero a impartir enseñanza al cuerpo ministerial en Nicaragua y El Salvador, C.A.

Fundó un instituto ambulante que se llamó “Instituto Apostólico Popular” que operaba en diferentes partes del país. En ese instituto se impartían cursos intensivos de dos semanas. Después pastoreó la 2ª Iglesia de Ciudad Juárez, Chihuahua, por tres meses.

Como se acordó trasladar el Instituto Teológico Apostólico Internacional (ITAI) que estaba en México a Tepic, Nayarit, el hermano Pérez fue comisionado para encargarse del proyecto de construcción. También desempeñó los cargos de rector, tesorero y maestro del ITAI. En Tepic, Nayarit pastoreó la 2ª. Iglesia de esa ciudad por doce años consecutivos. Simultáneamente, viajó por diferentes partes del país y del extranjero para impartir enseñanzas bíblicas.

Fue electo secretario general de la iglesia por ocho años. Más tarde, obispo del Distrito del Pacífico y después obispo presidente, razón por la que tuvo que trasladarse a la ciudad de México, donde aparte de desempeñar sus funciones como obispo presidente, pastoreó la 3ª. Iglesia de la capital. Después pastoreo la 1ª. Iglesia de la Ciudad de México. En ese pastorado logró que se fundaran la 7ª. Y 8ª. Iglesias de la capital y la Iglesia de Pachuca, Hidalgo.

En sus gestiones de obispo presidente, dirigió la construcción del edificio de las residencias oficiales de la honorable mesa directiva de la iglesia.

Fue uno de los iniciadores de la obra misionera en Centroamérica. Escribió una tesis sobre la fe apostólica en Nicaragua y el manual para ministros cristianos. Cooperó escribiendo parte del libro titulado “Los consejos de Dios”. Tradujo un libro llamado “Curso de educación cristiana”, algunos folletos y tratados evangelísticos, así como algunos himnos. En sus últimos años escribió diferentes libros sobre la sanidad divina y la oración, así como sus memorias.

Fue el redactor del expositor bíblico que se utilizó en las escuelas bíblicas dominicales por muchos años. Fue fundador de las caravanas de evangelización.

Al Hno. Ysidro se caracterizó por un espíritu alegre y jovial, siendo solicitado de todas partes del país y el extranjero para llevar a cabo campañas por el derramamiento del Espíritu Santo y de sanidad divina, que fueron un don manifestado en su ministerio. Escribió más de diez libros sobre doctrina y relaciones sociales. Durante su período como Obispo Presidente de 1974 a 1978 se expandieron las oficinas generales, estableciéndose en la calle Plomo de la Ciudad De México, en un edificio de varios pisos que incluyó las residencias oficiales de los directivos y una librería. Posteriormente estas instalaciones sirvieron como un centro de estudios teológicos de la iglesia.

Trabajó como evangelista nacional en Tonalá, Jalisco, donde le tocó participar en la compra de un gran terreno que actualmente ya tiene templo construido. La mayoría de los miembros de Tonalá se convirtieron por el trabajo del hermano Pérez. Los hermanos lo recuerdan con cariño y perseveran en la fe.

Fue llamado a descansar después de una entrega total, el 7 de noviembre de 1995.

“…Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Apocalipsis 14:13).

(Esta breve reseña ha sido tomada del libro “Mis Memorias” del Rev. José M. Ortega, en el capítulo 18: Semblanzas de los primeros pioneros, página 311 y 312).