Diferencia entre revisiones de «San Ignacio Río Muerto, Sonora»

Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Línea 209: Línea 209:




En 1968 el hermano Jorge  entrega la misión  por situaciones personales, de nuevo son  los liturgistas locales quienes se hacen cargo coordinadamente para mantener el fuego  de Dios con el mismo entusiasmo, mientras les enviaban un pastor. '''En el año de 1969 envían al hermano ROSARIO ZAZUETA (Hermano Chalito), él vino a ocupar el lugar número cinco en dirigir la misión de la IAFCJ de la Colonia''', todavía conservaba esta categoría debido a ciertas características  que la ubicaban en ese nivel.  Tuvo la oportunidad y responsabilidad por un tiempo, encontrando que eran los copastores (liturgistas) los encargados de dirigir todos los trabajos con la aun misión. Al igual que los anteriores encargados, estuvo sólo unos cuantos meses en este lugar.  Durante el liderazgo del hermano Rosario Zazueta (hermano Chalito), se continuó con las actividades ya conocidas por todos. En el aspecto material tampoco logró  concretar ningún proyecto. Se especifica que las diferentes actividades en el aspecto espiritual  se mantuvieron en marcha. De la misma manera la iglesia  se conservó unida, confraternizando y  apoyando las acciones solidariamente con el pastor Rosario Zazueta,  con la diferencia que en lo espiritual se le dio más atención al evangelismo.  A pesar de la indiferencia de muchos, sentían pasión por predicar el evangelio. Inmediatamente arma su estrategia para salir a predicar con el fin de cumplir el Plan de Dios en su vida. Durante su pastorado se esforzó por hablarles del evangelio a los perdidos. De éste varón se dice que manifestaba sentirse mártir del evangelio, sin embargo; su devoción a Cristo hacia enseñar que entregar la vida a Jesucristo era un sacrificio vivo a la causa de su Palabra. Esa fe debía llevarlos a proclamar el mensaje de que el perdón del pecado y una vida nueva están al alcance de todos. Se hacía entender  que la resurrección de Cristo es el fundamento de la fe. Fue un pastor que se caracterizó por llevar el mensaje al perdido, predicando a  Jesucristo resucitado de los muertos, puntualizando que  sólo él puede salvar de todo pecado y dar la esperanza de vida eterna. El hermano Chalito Se distinguió por ser un varón que se enamoró del Evangelio, aunque por algunos era rechazada su predicación, era consiente que tendría oposición, pero siguió la ordenanza de predicar el evangelio a cuantos pudiera. Se dice que el mensaje del Evangelio puedo seguir dando salvación a perdidos, gracias a la perseverancia que siempre  caracterizó al hermano Chalito. Con su testimonio dejó claro que la orden de Cristo era clara y precisa para llegar a las personas y hacer discípulos. Era de los varones que demostraba a la iglesia que el evangelio no era  optativo; por lo que encajó muy bien con el mover de la iglesia.  También le hacía  comprender a la iglesia que el obedecer la orden de Cristo implica considerable entrega por parte de todo creyente. Fue una época en la que la iglesia le dio más  prioridad al evangelio antes que a lo material. Después de que el hermano Chalito entrega la iglesia no envían ningún pastor y comisionan a algunos hermanos que gustaban del servicio voluntario (liturgistas) en el desarrollo de las actividades y que sobresalían en sus liderazgos para que mantuvieran la unidad de los miembros de la iglesia e  incentivar al trabajo en forma entusiasta por un objetivo común de la Obra de Dios de manera voluntaria; confiados en las capacidades que Dios da, pudieron ayudar a cumplir con responsabilidad los deberes cristianos. En el mismo año de 1969 el hermano Chalito atraído por el hambre de predicar el evangelio deja la iglesia y en su lugar mandan al hermano Francisco Escalante Velázquez a hacerse cargo de la iglesia para guiar al pueblo de Dios en los trabajos de la Obra. '''FRANCISCO ESCALANTE VELAZQUEZ, se fusiona a la IAFCJ de la Colonia en 1969 ocupando el lugar número seis en dirigir la todavía misión'''. A  manera de recordatorio en 1958 el hermano Francisco Escalante llegó  a la Colonia (SIRM) procedente del Estado de Sinaloa,  aquí se  une en matrimonio con Manuela Díaz Camacho y deciden ir  a residir  a Sinaloa. Después de unos cuantos años regresan a la Colonia de nuevo integrándose a la familia espiritual que pastoreaba todavía el  hermano Carmen Fierro. Acompañado de su  esposa Manuela Díaz (hermana Mane) e hijos: Joel, Oseas y Ruth pasan a formar parte de la membresía de la misión. El hermano Pancho integra su Don pastoral al equipo de liturgistas que perseveraban en este ministerio desde el pastor Carmen Fierro. Aprovechando el ministerio abnegado del hermano Pancho Escalante para servir a la iglesia  la Comitiva de la iglesia  los  envían por primera  vez en este Valle del Yaqui a pastorear a los miembros (misión) que se encontraban en la comunidad de la Noria, un pequeño poblado cerca de lo que hoy conocemos como  Ejido Francisco Javier Mina (Campo 60). Junto con su familia emprenden su caminar pastoral en esta comunidad de La Noria luego en 1970 le dan  cambio pastoral a la Colonia  (hoy San Ignacio Río Muerto). La primera acción que realizó en beneficio de la iglesia fue legalizar el terreno que había solicitado y adquirido años atrás en tiempos del hermano Carmen Fierro.  De momento fue necesario que quedara sentado en un documento legal como propietario al responsable o quien estuviera al frente de la iglesia; quedando a nombre  de Francisco Escalante Velázquez.
En 1968 el hermano Jorge  entrega la misión  por situaciones personales, de nuevo son  los liturgistas locales quienes se hacen cargo coordinadamente para mantener el fuego  de Dios con el mismo entusiasmo, mientras les enviaban un pastor. '''En el año de 1969 envían al hermano ROSARIO ZAZUETA (Hermano Chalito), él vino a ocupar el lugar número cinco en dirigir la misión de la IAFCJ de la Colonia''', todavía conservaba esta categoría debido a ciertas características  que la ubicaban en ese nivel.  Tuvo la oportunidad y responsabilidad por un tiempo, encontrando que eran los copastores (liturgistas) los encargados de dirigir todos los trabajos con la aun misión. Al igual que los anteriores encargados, estuvo sólo unos cuantos meses en este lugar.  Durante el liderazgo del hermano Rosario Zazueta (hermano Chalito), se continuó con las actividades ya conocidas por todos. En el aspecto material tampoco logró  concretar ningún proyecto. Se especifica que las diferentes actividades en el aspecto espiritual  se mantuvieron en marcha. De la misma manera la iglesia  se conservó unida, confraternizando y  apoyando las acciones solidariamente con el pastor Rosario Zazueta,  con la diferencia que en lo espiritual se le dio más atención al evangelismo.  A pesar de la indiferencia de muchos, sentían pasión por predicar el evangelio. Inmediatamente arma su estrategia para salir a predicar con el fin de cumplir el Plan de Dios en su vida. Durante su pastorado se esforzó por hablarles del evangelio a los perdidos. De éste varón se dice que manifestaba sentirse mártir del evangelio, sin embargo; su devoción a Cristo hacia enseñar que entregar la vida a Jesucristo era un sacrificio vivo a la causa de su Palabra. Esa fe debía llevarlos a proclamar el mensaje de que el perdón del pecado y una vida nueva están al alcance de todos. Se hacía entender  que la resurrección de Cristo es el fundamento de la fe. Fue un pastor que se caracterizó por llevar el mensaje al perdido, predicando a  Jesucristo resucitado de los muertos, puntualizando que  sólo él puede salvar de todo pecado y dar la esperanza de vida eterna. El hermano Chalito Se distinguió por ser un varón que se enamoró del Evangelio, aunque por algunos era rechazada su predicación, era consiente que tendría oposición, pero siguió la ordenanza de predicar el evangelio a cuantos pudiera. Se dice que el mensaje del Evangelio puedo seguir dando salvación a perdidos, gracias a la perseverancia que siempre  caracterizó al hermano Chalito. Con su testimonio dejó claro que la orden de Cristo era clara y precisa para llegar a las personas y hacer discípulos. Era de los varones que demostraba a la iglesia que el evangelio no era  optativo; por lo que encajó muy bien con el mover de la iglesia.  También le hacía  comprender a la iglesia que el obedecer la orden de Cristo implica considerable entrega por parte de todo creyente. Fue una época en la que la iglesia le dio más  prioridad al evangelio antes que a lo material. Después de que el hermano Chalito entrega la iglesia no envían ningún pastor y comisionan a algunos hermanos que gustaban del servicio voluntario (liturgistas) en el desarrollo de las actividades y que sobresalían en sus liderazgos para que mantuvieran la unidad de los miembros de la iglesia e  incentivar al trabajo en forma entusiasta por un objetivo común de la Obra de Dios de manera voluntaria; confiados en las capacidades que Dios da, pudieron ayudar a cumplir con responsabilidad los deberes cristianos. En el mismo año de 1969 el hermano Chalito atraído por el hambre de predicar el evangelio deja la iglesia y en su lugar mandan al hermano Francisco Escalante Velázquez a hacerse cargo de la iglesia para guiar al pueblo de Dios en los trabajos de la Obra. '''FRANCISCO ESCALANTE VELAZQUEZ, se fusiona a la IAFCJ de la Colonia en 1969 ocupando el lugar número seis en dirigir la todavía misión'''. A  manera de recordatorio en 1958 el hermano Francisco Escalante llegó  a la Colonia (SIRM) procedente del Estado de Sinaloa,  aquí se  une en matrimonio con Manuela Díaz Camacho y deciden ir  a residir  a Sinaloa. Después de unos cuantos años regresan a la Colonia de nuevo integrándose a la familia espiritual que pastoreaba todavía el  hermano Carmen Fierro. Acompañado de su  esposa Manuela Díaz (hermana Mane) e hijos: Joel, Oseas y Ruth pasan a formar parte de la membresía de la misión. El hermano Pancho integra su Don pastoral al equipo de liturgistas que perseveraban en este ministerio desde el pastor Carmen Fierro. Aprovechando el ministerio abnegado del hermano Pancho Escalante para servir a la iglesia  la Comitiva de la iglesia  los  envían por primera  vez en este Valle del Yaqui a pastorear a los miembros (misión) que se encontraban en la comunidad de la Noria, un pequeño poblado cerca de lo que hoy conocemos como  Ejido Francisco Javier Mina (Campo 60). Junto con su familia emprenden su caminar pastoral en esta comunidad de La Noria, y es hasta 1969 que dan  cambio pastoral a la Colonia  (hoy San Ignacio Río Muerto). La primera acción que realizó en beneficio de la iglesia fue legalizar el terreno que había solicitado y adquirido años atrás en tiempos del hermano Carmen Fierro.  De momento fue necesario que quedara sentado en un documento legal como propietario al responsable o quien estuviera al frente de la iglesia; quedando a nombre  de Francisco Escalante Velázquez.




939

ediciones

Menú de navegación