Distrito Juárez: Historia el Ministerio de la Mujer

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El Ministerio de la Mujer


Planteamiento del problema

La mujer apostólica, llena del Espíritu Santo ha impactado su entorno religioso, roto estereotipos y tradiciones. Objetivo general Observar a través de la historia la evolución del ministerio de la mujer dentro de la IAFCJ.

Justificación

Esta investigación es importante porque los cimientos de la cuna de la IAFCJ están fijados, precisamente, sobre el trabajo de una mujer. No importando que en aquel tiempo revolucionario, la mujer no tuviera voz ni voto, decidida ella, llega movida por el Espíritu Santo a su natal Villa Aldama, Chihuahua, Méx. y tomando su legado histórico hizo lo que el Espíritu Santo le indicó, sin importar las legalidades que en aquel tiempo se vivían en la sociedad. Rompió los estereotipos, pero cumplió el sueño de Dios para México.

Romana Carbajal de Valenzuela es nuestro pilar y precursora del movimiento pentecostal en nuestra institución religiosa, y como dice Gamaliel en el libro de los Hechos 5:38-39 “…porque si este consejo o esta obra es de los hombres se desvanecerá, más si es de Dios no la podréis destruir…” Este movimiento llegó para quedarse, y hoy somos una iglesia con historia y con un legado de parte de nuestro Señor Jesucristo, por ello es importante tomar nuestra raíz fundada por ella, quien trajo el pentecostalismo a México y que fue la primera manifestación del Espíritu Santo el 1 de noviembre de 1914, en aquel pequeño poblado norteño.

Ella le creyó a Dios con su espíritu osado que la caracterizaba, y recordamos el espíritu de Priscila que cuando habla con Apolos según Hechos 18:26-28 y parafraseando este versículo… “ella les tomó aparte y les expuso más exactamente el camino de Dios…y fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído, porque con gran vehemencia refutaba a los de su familia demostrando por las escrituras que Jesús es el Cristo…”(RV60)

Estamos ciertos de lo que hablamos ya que en la revista oficial de la IAFCJ, El Exegeta de 1944, aparece un breve artículo en donde la señora Nicolasa Carbajal viuda de García hermana de Romana de Valenzuela, contaba los inicios de lo que ahora es la IAFCJ de México. Sirviendo esto para comprobar que la historia que se ha relatado es básicamente cierta y correcta.


Antecedentes


EL PENTECOSTALISMO Y LA PRESENCIA DE LA MUJER EN EL PRIMERO Y LOS ULTIMOS TRES SIGLOS

Tema: Las mujeres que trabajan para el Señor, que son guiadas por el Espíritu Santo, su contribución al esparcimiento de la fe y el posterior derramamiento del Espíritu Santo y la glosolalia, ( el hablar en nuevas lenguas) y cómo estas mujeres, desarrollando un trabajo personal en la Obra de Dios, después de su conversión y en relación con los demás, sirven de ejemplo y de puntales para el progreso del evangelismo.


Introducción

En nuestro último estudio sobre el Pentecostalismo, nos damos cuenta cómo el Espíritu Santo ha seguido estando presente tal y como lo prometió el Señor Jesús en San Mateo 28:20 “Y he aquí, Yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo”. Aún cuando muchas personas no estaban conscientes de ello, el Espíritu Santo los guiaba a predicar y a testificar en su Nombre, según su otra promesa: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos, en Jerusalén, en toda Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra, (Hechos 2:8). Desde luego encontramos que en ese tiempo, las mujeres, junto con los discípulos, andaban siempre acompañando al Señor y muchas de ellas, nos refiere San Lucas, trabajaban y andaban con El, por donde iban predicando y anunciando el evangelio, y le servían de sus bienes (Luc. 8:1-3). La famosa María Magdalena, Susana, y es curioso pensar que Juana, la mujer de Chuza, quien era intendente de Herodes, también le sirviera. “Por razón de su sexo y en apoyo a los varones que se dedicaban de tiempo completo a la predicación, es fácil suponer que ellas también hacían labores domésticas.” Es además interesante ver en la Biblia la historia de mujeres que por amor a la Obra de Dios, se dedicaron con gran ahínco a servir al Señor Jesucristo, después de su ascensión al cielo; como Lidia, Febe, Priscila acompañando a su esposo y al apóstol Pablo.

Ellos exponían aún su vida por el trabajo, y pasado el tiempo, establecieron una iglesia en su casa, 1ª Cor. 16:19 y Rom. 16:4-5, a Ninfas que también tenía una iglesia en su propia casa, (Col. 4. 15), ayudando al apóstol Pablo y a Estéfanas, dedicada al servicio de los santos, juntamente con su familia, y todo el capítulo 16 de Romanos, nos habla de varias mujeres dedicadas al servicio de la obra de Dios.

Ya en los siglos XVIII, XIX y XX, las mujeres han tenido intervenciones prominentes, en múltiples ocasiones, en el trabajo del esparcimiento de la Obra de Dios, pues aunque no se les mencione en una forma destacada, su presencia dentro de los círculos evangélicos pentecostales es notoria por sus aportaciones y apoyo a los varones de Dios que en esos tiempos se dedicaron a la predicación de la palabra de Dios. La intervención de las mujeres en diversos movimientos de los siglos anteriores Ha causado un grande gozo en mi corazón saber de mujeres que se consagraron verdaderamente al Señor en esos tiempos donde no éramos tomadas muy en cuenta por los varones, y que a pesar de ello, le dieron forma a sus creencias con una gran valentía, fortaleza y entrega.

Como una mención especial, y aun cuando no fue pentecostal, Susana, la madre de Juan Wesley, lo crió bajo la influencia de sus piadosos intereses cristianos, y le impulsó en su carrera, inspirándole para que con apoyo de los laicos y de las mujeres, se trabajara en el extendimiento del evangelio. De ahí que en las iglesias metodistas las mujeres llegaron a tener un papel preponderante en las “clases” o grupos de doce personas que Wesley creó los cuales tuvieron mucho éxito. Todo esto sucedía después del año 1738, fecha en la que Wesley reconocía como el tiempo en el que tuvo la certeza de haber tenido una genuina conversión.

Y con mucho gusto menciono a las señoras Phoebe Palmer y su hermana Sara Lankford, quienes llegaron a la experiencia de la santificación, convirtiéndose la primera de ellas en la figura principal del Movimiento de la Santidad. Inicialmente como líder de las Reuniones de los martes para la promoción de la santidad, que se realizaron casi durante sesenta años en el hogar de los Palmer; luego como editora de la revista que había fundado Merrit, “Guía para la Santidad” y finalmente como evangelista itinerante, viajando no solamente por el nuevo Continente sino también por Europa. Las reuniones empezaron en el hogar de los Palmer en el año de 1835, y se abrieron al sexo masculino en 1839 y se transformaron en un centro de renovación de una versión de la doctrina de Wesley. De cualquier manera, Phoebe Palmer subrayaba la disponibilidad inmediata de la segunda bendición. En su propia lucha espiritual llego a ver, que la santidad, en lugar de ser un logro más allá de su alcance, era un estado de gracia, en el que cada uno de los redimidos del Señor debía vivir, apelando al versículo que dice que el altar “santifica la ofrenda”, afirmaba que una vez que tiene lugar la consagración, el creyente debía ejercer la fe y afirmar la plena santificación, aunque no hubiera un sentimiento de seguridad que lo acompañara.

En l852 bajo el ministerio de la señora Dorothea Trudel se formó un hogar para las personas que buscaban ayuda espiritual y física en la aldea suiza de Mannedorf, sobre el lago Zúrich, a pesar de la resistencia local, incluso persecución y multas por sus pretensiones de curaciones y milagros, quizá influenciada por la curación milagrosa de la joven de Mottlingen de nombre Gottliebin Ditus, quien fue liberada de una posesión demoníaca y que llevó a Blumhardt a proclamar “Jesús es Vencedor” como lema. No podemos dejar de mencionar que un libro sobre la vida de la señora Trudel cayó en manos del señor Cullis, quien ya había decidido construir hogares para enfermos de la columna y de cáncer y una escuela de diaconisas, etc., dentro del “Movimiento de la Santidad”. (1857- 1858).

La sanidad y la santidad se conectan aún más estrechamente en la obra de Carrie Judd Montgomery, una mujer episcopal que por la influencia de la esposa de Edward Mix, una mujer de color, se volvió muy pronto discípula de Cullis y parte de la red de personas que promulgaban la sanidad.

En 1880 la señora Carrie F.Judd, después casada con el señor Montgomery escribió “La Oración de fe,” que fue reeditada varias veces, traducida al menos a cuatro idiomas europeos, publicado en Norteamérica por Fleming H. Revel, importante editor vinculado con los avivamientos de Moody y en Inglaterra por el Christian Herald. Fundó también la “Faith Rest Cottage”, en Búfalo en 1882; posteriormente se mudó a San Francisco y luego a Oakland, donde fundó el “Hogar de Paz” y finalmente se volcó al pentecostalismo como consecuencia del avivamiento de la Calle Azuza. Su revista mensual “Triunfos de la fe” dedicada a la sanidad por fe y a la promoción de la santidad cristiana, refleja una mayor identificación con el ala metodista del Movimiento de la Santidad de Norteamérica, y tiene reminiscencias en su primer editorial de la teología del altar de Phoebe Palmer. Un poco antes de 1884, el señor Boardman comenzó con la señora de Michael Baxter y Charlotte C. Murray un hogar “Bethshan” que finalmente necesitó una sala para alojar a 600 personas en las reuniones de santidad y sanidad los miércoles por la tarde, la señora de Baxter (se ignora su nombre) era la esposa del editor de la influyente publicación Christian Herald (Heraldo Cristiano) y ella misma solía escribir sobre el tema de la sanidad.

Ya para finales del siglo XIX, el señor Scofield, señala que en los últimos 80 años se han publicado más libros, manuales y tratados sobre este tema, que en todos los años anteriores, desde que se inventó la imprenta. En realidad, en los últimos 20 años, se ha escrito mas y se ha dicho más sobre la doctrina del Espíritu Santo, que en los 1800 años anteriores; la apologética sobre la santificación total y el bautismo del Espíritu Santo, para llegar a ser “llenos del Espíritu Santo” y que las “lenguas de fuego” descansen sobre sus cabezas, con un lenguaje plenamente pentecostal, los hombres y mujeres cristianos, buscaban un cambio, enseñando la doctrina de una vida cristiana superior.

Podemos considerar lo que el señor Dayton nos comenta en su libro Raíces Teológicas del Pentecostalismo, que además lo registra el Sr. Dr. Manuel J. Gaxiola en su Libro La Serpiente y la Paloma, acerca de la señorita Agnes N. Ozman, como la primera persona que habló en otro idioma (supuestamente chino) y que de ahí se desencadena el movimiento del llamado pentecostalismo, ya que se considera además a Topeka, Kansas como el lugar en que se “derramó el Espíritu Santo” en la víspera del año nuevo en 1900, por lo cual esta considerado precisamente como un fenómeno del siglo XX.

Además consideraremos que este hecho es uno de los mas registrados y mejor preservados dentro del cristianismo moderno, pues como anotación especial podemos decir que el señor Charles Edwin Jones publicó en 1974 una obra con 7,338 referencias titulada “Guía para el Estudio del Movimiento de la Santidad” y luego dejó otra pista en 1983, con su obra “Guía para el estudio del pentecostalismo” con 9,883 referencias. ¿Por qué entonces pasa tan inadvertido para los norteamericanos, para los historiadores y aun para todos los seres humanos? Tal vez porque nunca lo han leído y además porque a los pentecostales siempre se nos ha considerado como un grupo de analfabetos, desequilibrados, ignorantones, taumaturgos o fanáticos bochincheros, pero gracias a Dios, que la actual generación, o sean los bisnietos de los fundadores de estos movimientos ahora sostienen programas millonarios y llevan el evangelio por medio de varios sistemas de comunicación, como la radio, los documentos impresos, folletos, periódicos, revistas, etc. el cine, la televisión, y la “iglesia electrónica o cibernética” que es seguida por más de trece millones de personas (dato de 1960), y que actualmente son personalidades reconocidas a nivel mundial, teólogos, predicadores, doctores, maestros, y ya no son adecuadas las teorías sobre la marginalidad de principios y mediados de siglo. El pentecostalismo ha tenido, en la figura femenina, un apoyo firme ya que la santidad y entrega de muchas mujeres que han trabajado arduamente en sus lugares de reunión, le ha dado a este movimiento un empuje digno de ser señalado. El año de 1914, está considerado por el movimiento pentecostal, como el año en que se derramó por primera vez el Espíritu Santo en México, y este dato lo encontramos bastante bien documentado por la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, por uno de sus historiadores, el señor Dr. Manuel J. Gaxiola.

El Doctor Gaxiola, quien además fue Obispo Presidente de la misma, y que se ha encargado de poner en orden la historia de la mencionada denominación, considerada una de las más grandes y de mayor extendimiento en México, y en su libro “La serpiente y la paloma” nos describe cómo, una mujer valiente y decidida a llevar a su familia por el camino del Señor, después de convertirse en California en compañía de su esposo, decide regresar a México a evangelizarlos.

Aunque aquellos eran tiempos turbulentos para el País, por la revolución, esta cristiana convencida y valiente, de nombre Romana Carbajal de Valenzuela, viaja por varios días entre los grandes peligros que ello entrañaba hasta la pequeña población llamada Villa Aldama, Chihuahua en 1914, para ver a sus familiares y después de varios días de hablarles de Cristo, algunos de ellos empezaron a hablar en nuevas lenguas y desde ese glorioso día primero de Noviembre de 1914, se considera que el derramamiento del Espíritu Santo en México, marca el brote del Pentecostalismo en México.

También se tiene noticia del hablar en lenguas en el estado de Sonora, la familia de un Pastor de apellido García, los abuelos maternos, concretamente, hablaron en lenguas por primera vez en 1914, aunque para efectos de estos antecedentes, destacaremos la presencia del Espíritu Santo y la experiencia de la glosolalia y a la Hna. Romana Carbajal de Valenzuela en Villa Aldama, Chihuahua, y siempre le recordaremos y destacaremos su trabajo evangelístico ya que es considerada por muchos como la primera piedra de la pujante Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, la denominación Pentecostal más antigua de México.

En 1960, se registró, en una iglesia anglicana en Van Nuys, California, un hecho que dejó a esa congregación con una fuerte demostración del poder de Dios. El Espíritu Santo envió a una mujer llamada Jean Stone, la cual era esposa de un director de Lockheed, quien leía las oraciones de la iglesia anglicana con devoción y participaba en los servicios religiosos y de todas maneras sentía un vacío interior, y como mujer anglicana que era, no podía ser pastor ni podía ser monja, y como su marido no tenía vocación de misionero, tampoco podía ser misionera.

De cualquier manera, organizó en su hogar reuniones para los pastores y laicos de la alta sociedad quienes buscaban el bautismo del Espíritu Santo. Ella misma daba conferencias entre pentecostales y no-pentecostales acerca del tema, y los asistentes que buscaban el bautismo del Espíritu Santo en las horas de oración en su hogar, lo recibieron gracias a esta mujer que practicaba el cristianismo dentro de la iglesia anglicana, sólo mediante la imposición de sus manos. Su firmeza en el estudio de la palabra, creyendo en la infalibilidad de la Escritura, le dio un sentido más profundo del amor a Dios, una percepción más profunda del pecado, autoridad para rezar por los enfermos, etc. La glosolalia causó tensión en la comunidad, lo que motivó la renuncia del primer pastor Dennis J. Bennett. Sin embargo, el despertar ya no pudo ser detenido y se difundió por todos los Estados Unidos e incluso por Europa.

Conclusión

La lista de nombres femeninos dentro de la experiencia de hablar en otras lenguas por la obra del Espíritu Santo, es muy grande y obviamente en estos antecedentes no están incluidas todas las mujeres santas que se han dedicado en cuerpo y alma a trabajar por la Obra de Dios, de cualquier manera me dio mucho gusto conocerlas aunque de manera muy superficial, pero estoy segura que el mismo Espíritu Santo que les animó a ellas, es el mismo Señor que anima mi corazón a amarle, conocerle y a hablarle a otros de El Señor, y el ejemplo dejado por cada una de estas mujeres debe animar a otras a trabajar arduamente por el Señor y a estar seguras de que Dios respaldará nuestro trabajo, enviando nuevamente su Santo Espíritu a quien se lo pida con toda la fe y la entrega de su alma.

Mujeres Ejemplares de la Iglesia

LAURA YOLANDA GOMEZ RIVAS VDA. DE PEREZ

MARGARITA GARCIA DAVILA VIUDA DE ROBLES 1943 en Chihuahua, Chih.

MARIA QUEVEDO DE BAUTISTA (q.e.p.d.)De Chihuahua, Chih.

MARIA RITA JUVERA SALAZAR DE FRAIJO 1956. Hermosillo, Son.

MARIA GUEL VIUDA DE ZAMORA

PETRITA VILLANUEVA GARCIA DE CASTAÑEDA

DOLORES SALAZAR PEREIDA DE JUVERA De 81 años, Mexicali, B. C.

EVA LEON ORTEGA

EDIN JUDITH HERRERA SAIJAS

RUTH FLORES DE RUIZ


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