Diferencia entre revisiones de «Tequila, Jalisco»

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Su hijo Alan le había grabado un testimonio de un hermano, y lo traía y ya tenía como un año y ese día que salió del encuentro presbiterial realizado en San Marín Hidalgo, Jal. Camino a Tequila, conectó el celular a la camioneta y se puso a escucharlo y ese hermano empezó a hablar y hablar diciendo que siendo un niño sufrió tanto y mientras él se la ha pasado gozando todo el tiempo y no se ha arrepentido, no le ha dado la vida a Dios como debe de ser. Y  este pobre muchachito y que ahorita es grande pero que toda su vida se la pasó sufriendo, que pecado tenía que siendo un niñito sufrió tanto y todavía el hermano decía “… y ese 14 de mayo … y es mi cumpleaños”, nunca lo había escuchado. Comentando con el Hno. J. Antonio Ochoa y él le contesto que Dios tiene muchas formas de hablarnos y mencionó: “pues vayan llenando la pila porque ahora la vamos hacer hervir” y ese día, que fue el 12 de noviembre de 2010 decidió entregarle su vida a Cristo, bautizado por el hno. Raúl Ramírez Gaona, pastor y presbítero.
Su hijo Alan le había grabado un testimonio de un hermano, y lo traía y ya tenía como un año y ese día que salió del encuentro presbiterial realizado en San Marín Hidalgo, Jal. Camino a Tequila, conectó el celular a la camioneta y se puso a escucharlo y ese hermano empezó a hablar y hablar diciendo que siendo un niño sufrió tanto y mientras él se la ha pasado gozando todo el tiempo y no se ha arrepentido, no le ha dado la vida a Dios como debe de ser. Y  este pobre muchachito y que ahorita es grande pero que toda su vida se la pasó sufriendo, que pecado tenía que siendo un niñito sufrió tanto y todavía el hermano decía “… y ese 14 de mayo … y es mi cumpleaños”, nunca lo había escuchado. Comentando con el Hno. J. Antonio Ochoa y él le contesto que Dios tiene muchas formas de hablarnos y mencionó: “pues vayan llenando la pila porque ahora la vamos hacer hervir” y ese día, que fue el 12 de noviembre de 2010 decidió entregarle su vida a Cristo, bautizado por el hno. Raúl Ramírez Gaona, pastor y presbítero.


==== Lydia Valenzuela Marín =====
==== Lydia Valenzuela Marín ====
 
Mi nombre es Lydia Valenzuela Marín, soy originaria de Tequila Jalisco, este apartado es para darme el gusto de poder relatar lo bueno que ha sido y sigue siendo Dios conmigo, con parte de mi testimonio cuando yo lo acepte, se puede decir que soy una niña de corta edad pero con mucho que relatar, con una experiencia enorme en todo lo que he vivido.
Mi nombre es Lydia Valenzuela Marín, soy originaria de Tequila Jalisco, este apartado es para darme el gusto de poder relatar lo bueno que ha sido y sigue siendo Dios conmigo, con parte de mi testimonio cuando yo lo acepte, se puede decir que soy una niña de corta edad pero con mucho que relatar, con una experiencia enorme en todo lo que he vivido.
Empezando por lo primero, que fue mi infancia, pues yo desde un principio sufrí por falta de amor de mi padre, Raúl Valenzuela Bernal, porque él decía que yo era mujer, la única mujer, pues todos mis hermanos son varones.  Él siempre ha sido alcohólico hasta la fecha, un hombre machista, él siempre me decía que me quería pero no bastaban las palabras, si no que yo quería hechos.
Empezando por lo primero, que fue mi infancia, pues yo desde un principio sufrí por falta de amor de mi padre, Raúl Valenzuela Bernal, porque él decía que yo era mujer, la única mujer, pues todos mis hermanos son varones.  Él siempre ha sido alcohólico hasta la fecha, un hombre machista, él siempre me decía que me quería pero no bastaban las palabras, si no que yo quería hechos.


Yo nunca tenía comunicación con él, vivíamos bajo el mismo techo, pero no intercambiábamos palabra alguna, siempre enojado, gritando, serio, cosa que no me atrevía a hablarle pues le tenía miedo.
Yo nunca tenía comunicación con él, vivíamos bajo el mismo techo, pero no intercambiábamos palabra alguna, siempre enojado, gritando, serio, cosa que no me atrevía a hablarle pues le tenía miedo.


Él siempre que llegaba borracho, yo me escondía tras de mi madre, o de mis hermanos  pues siempre llegaba muy agresivo y empezaba a insultarme, era por ello que le tenía miedo.
Él siempre que llegaba borracho, yo me escondía tras de mi madre, o de mis hermanos  pues siempre llegaba muy agresivo y empezaba a insultarme, era por ello que le tenía miedo.


Por otro lado mi madre, Edelmira Marín Marín, una mujer trabajadora siempre, para salir adelante, una mujer que siempre se preocupaba por nosotros más que mi padre, pero también ella se involucraba con el alcohol, no siempre, pero lo hacía a su vez cuando asistía a fiestas.
Por otro lado mi madre, Edelmira Marín Marín, una mujer trabajadora siempre, para salir adelante, una mujer que siempre se preocupaba por nosotros más que mi padre, pero también ella se involucraba con el alcohol, no siempre, pero lo hacía a su vez cuando asistía a fiestas.
Por el lado de mis hermanos, yo siempre tuve y tengo muy buena relación con ellos, pues entre nosotros tratábamos de poder salir adelante a pesar de la situación, tratábamos de todo verlo por el lado bueno, cosa que nada bueno en ese tiempo pasaba sobre nuestras vidas, pero nosotros tratamos de hacerlo bueno.
Un día hubo una pelea entre mis dos hermanos mayores, una pelea muy fea, que ocasionó la separación de ellos, pues el mayor Oswaldo Valenzuela Marín  se salió de la casa al igual que el otro Orlando Valenzuela Marín, ellos se fueron por diferentes rumbos, cosa que provocó que mi autoestima cayera más y más, pues ellos eran los mayores. Eso llevo a tal situación de que mi madre se entristeciera y contagiarme al igual a mí y a mi hermano Octavio Valenzuela Marín, así se fue derrumbando poco a poco la familia, problema tras problema, presión tras presión, yo estaba chica pero aun así entendía todo lo que pasaba y eso me afectaba demasiado, al grado que yo dije “ estaría mejor yo, si no estuviera aquí, si no sintiera esta soledad”  pues en ese momento pensé en el suicidio, algo que se me hizo muy fácil, pues en ese momento no entendía nada, solo quería dejar de sentir lo que estaba sintiendo.
Por el lado de mis hermanos, yo siempre tuve y tengo muy buena relación con ellos, pues entre nosotros tratábamos de poder salir adelante a pesar de la situación, tratábamos de todo verlo por el lado bueno, cosa que nada bueno en ese tiempo pasaba sobre nuestras vidas, pero nosotros tratamos de hacerlo bueno.
En fin, para no hacerles tan larga esta narración, pues así fue mi infancia llena de problemas entre la misma familia, y todo eso me llevo a refugiarme en algo erróneo, algo que yo creía que estaba bien, que era mejor que mi familia, pues a la  hora que entré a la secundaria, yo me involucre con pandillas de “emos”, los empecé a conocer, a conocer sus opiniones, razones, y  yo me identifique con ellos; pues ellos habían pasado por lo mismo que yo, con ellos me sentía falsamente segura, apreciada, ahí empecé a fumar y a involucrarme con música satánica, en fin al grado de llegar a cortar mis brazos, eso que me hacía sentir bien, me gustaba ver las cicatrices y las heridas, pero bueno, me fui y me fui involucrando más. Mi familia no sabía nada, no sabía que fumaba, o más bien no estaban al pendiente, pues ellos me consideraban como una chica aplicada y buena, en todos los sentidos, una chica que no hacía nada malo, etc.   
Cuando yo llegaba a casa de la escuela, siempre era la misma rutina, llegar a mi casa aguantar a mi padre, cosa que llegó al grado en que me había acostumbrado, pero me cansé de vivir así, y le decía a mi madre que nos saliéramos de esa casa, que nos fuéramos a otro lado, menos estar con él, pero nunca me escuchaba, siempre decía que nosotros nunca íbamos a poder salir adelante solos.
Un día hubo una pelea entre mis dos hermanos mayores, una pelea muy fea, que ocasionó la separación de ellos, pues el mayor Oswaldo Valenzuela Marín  se salió de la casa al igual que el otro Orlando Valenzuela Marín, ellos se fueron por diferentes rumbos, cosa que provocó que mi autoestima cayera más y más, pues ellos eran los mayores. Eso llevo a tal situación de que mi madre se entristeciera y contagiarme al igual a mí y a mi hermano Octavio Valenzuela Marín, así se fue derrumbando poco a poco la familia, problema tras problema, presión tras presión, yo estaba chica pero aun así entendía todo lo que pasaba y eso me afectaba demasiado, al grado que yo dije “ estaría mejor yo, si no estuviera aquí, si no sintiera esta soledad”  pues en ese momento pensé en el suicidio, algo que se me hizo muy fácil, pues en ese momento no entendía nada, solo quería dejar de sentir lo que estaba sintiendo.
Hubo un día en que mi padre llego tomado, y mi hermano y yo estábamos en el cuarto de arriba, y mi madre abajo, pero nunca nos dimos cuenta de que había llegado, el caso es que escuchamos la voz de mi madre gritándonos, y bajamos corriendo, y cuál fue nuestra sorpresa de que mi madre estaba golpeada, en ese momento a mi me entró un coraje enorme, en el que miraba a mi padre con mucho, mucho odio, que me fui a la cocina, tome un cuchillo y pasaba por mi mente matarlo, porque ya no lo soportaba más y no podía seguir viendo a mi madre así, pero algo ocurrió conmigo que solté el cuchillo y me fui para con mi hermano a ayudarle con mi mamá que estaba en la cama golpeada, desde entonces mi odio por mi padre fue aumentando, al grado que no me importaba ya nada de él, si moría  o donde estaba.
Eso me fue involucrando mas y mas en el mundo, en sus tentaciones, en sus vicios, en lo erróneo que a mí se me hacia algo bueno para mí, algo que me daba vida. En ese momento yo ya conocía algo acerca de Dios, pues mi cuñada, Patricia Flores García ella me evangelizaba, pero como a mí no me importaba nada, pues no le tomaba mucho interés y atención. Yo empecé a asistir a la iglesia a la edad de los 11 años, pues ella me llevaba, y cuando yo empecé a involucrarme más con el mundo yo tenía ya 12 años, es decir yo ya conocía algo de Dios, pero no lo aprovechaba, y así seguía yo con mi odio dentro de mí, con todo eso, que solo me llevaba a pensar en el suicidio, a estar alejada de mi familia, a meterme más en los vicios, a desearle la muerte a varias personas, etc., todo eso había en mí a una edad muy corta, hasta que un día yo miraba a mi hermano mayor muy cambiado, pues él ya había recibido a Dios en su corazón,  mi cuñada fue quien lo involucro también, y como yo veía cambio en él que ya no era el mismo vago de antes pues me intereso saber porque ya no era igual, y empecé a interesarme poco a poco, al grado que me llegó a gustar mucho estar ahí, a pesar de que yo era chica de edad entendía todo, era como una niña envuelta en una mujer madura, y me fui y me fui involucrando hasta que tuve mi Encuentro con Dios y ahí fue donde decidí bautizarme en el Nombre de Jesucristo, a mis 13 añitos de edad, el 05 de agosto de 2007, y todo iba muy bien, yo empezaba a interesarme más, hasta que desgraciadamente caí de nuevo a lo mismo, estuve un año después de haber sido bautizada, en la perdición nuevamente, pues aun vivíamos con mi padre, y de nuevo se vinieron los problemas pues tenía poco de ser bautizada y no entendía el por qué sucedía eso, pues era muy pequeña en sabiduría, y me alejé por un año en el cual volví a hacer lo mismo, y a los 14 años vuelvo nuevamente a la iglesia porque sabía que Dios me quería ahí con Él, pues en esos días Él me había librado de ser atropellada, no sé lo que sucedió, pues el carro ya iba contra mí, y de  repente vi que el carro se desvío y chocó en otro lado, yo solo sufrí de pequeños rasguños por las piedras que aventó al momento de chocar y en ese momento me di cuenta de que yo no tenía nada que hacer en el mundo, pues mi vida le pertenecía a Dios.
En fin, para no hacerles tan larga esta narración, pues así fue mi infancia llena de problemas entre la misma familia, y todo eso me llevo a refugiarme en algo erróneo, algo que yo creía que estaba bien, que era mejor que mi familia, pues a la  hora que entré a la secundaria, yo me involucre con pandillas de “emos”, los empecé a conocer, a conocer sus opiniones, razones, y  yo me identifique con ellos; pues ellos habían pasado por lo mismo que yo, con ellos me sentía falsamente segura, apreciada, ahí empecé a fumar y a involucrarme con música satánica, en fin al grado de llegar a cortar mis brazos, eso que me hacía sentir bien, me gustaba ver las cicatrices y las heridas, pero bueno, me fui y me fui involucrando más. Mi familia no sabía nada, no sabía que fumaba, o más bien no estaban al pendiente, pues ellos me consideraban como una chica aplicada y buena, en todos los sentidos, una chica que no hacía nada malo, etc.   
Así fui relacionándome con la congregación, hasta que pude tener una nueva familia, mi odio y todo lo que sentía se había ido, Dios me había quitado ese sentir contra mi padre, contra la gente que me había hecho daño, yo lo único que sentía era amor hacia todos, y así sucesivamente fui arrimando yo misma a mi familia hasta quedar todos convertidos, mis hermanos, mi madre, y yo, menos mi padre. Así fue como empezó mi relación con la iglesia, con los hermanos, con Dios, nosotros nos salimos de vivir de con mi padre y nos mudamos a una nueva casa solos, porque sabía que teníamos el respaldo de Dios y que íbamos a poder salir adelante y hasta el momento nada nos ha faltado, ahora nuestra misión de familia es que mi padre acepte a Cristo en su corazón, y tarde o temprano así será, al igual que mi cuñada y mi hermano regresen al camino de Dios pues desgraciadamente ellos se desviaron, dice la Biblia que muchos van a servir solo de puente para otras personas, para que sean salvas, pero confió en Dios de que un día no muy lejano ellos volverán al camino verdadero
Ahora a mis 17 años de edad ya casi 18, veo la vida de una manera hermosa, dichosa de ser llamada hija de Dios, sirviéndole en la iglesia, como líder de una célula de señoritas, en el ministerio de la alabanza, de conferencista, etc., y todo lo demás que falta recorrer, privilegios que a mí me encanta desarrollar y ayudar a la iglesia a salir adelante. Ahora mi mayor interés es poner mi granito de arena para rescatar a aquellas almas que están pérdidas en el mundo, así como yo lo estuve, darles la oportunidad a ellas de conocer a Dios y de ser salvos, ir por todo el mundo como dice la Biblia, es decir ser misionera y hacerlo como Dios nos lo dejó dicho.
Cuando yo llegaba a casa de la escuela, siempre era la misma rutina, llegar a mi casa aguantar a mi padre, cosa que llegó al grado en que me había acostumbrado, pero me cansé de vivir así, y le decía a mi madre que nos saliéramos de esa casa, que nos fuéramos a otro lado, menos estar con él, pero nunca me escuchaba, siempre decía que nosotros nunca íbamos a poder salir adelante solos.
Me siento muy contenta de poder ser parte la familia de Cristo, de que Dios haya sido tan misericordioso conmigo, y estar aquí sirviéndole en todo lo que venga, y gracias a Él hoy en día llevo una relación buena y estable con mi padre, y que me ha permitido también ganarme varias almas que estaban perdidas en lo mismo que yo. Algo que siempre me gusta mencionar es que  toda la gente me dice que aun soy una niña pero que no actuó como tal, pues me preguntan ¿por qué?, y mi respuesta es siempre que no se madura con los años, si no con los daños que en tu vida has recibido, con las pruebas que te hacen más fuertes, y que siempre con ayuda de Dios sales adelante. Ahora me pongo a pensar en donde estoy y en donde estaba antes, el antes de una chica perdida, que inclusive pasaba por la iglesia y les hacia burlas a los hermanos, una chica que nunca pensó estar donde está ahora, un cambio radical, inesperado, el cual yo decía que nunca iba a cambiar, que nunca iba a dejar lo que a mí me gustaba, que nunca jamás iba a dejar a mi falsa familia de “emos”, algo verdaderamente sorprendente, el poder que Dios tiene para cambiar a las personas, a una persona nueva.  
Esto es un poco de mi, soy joven aun, pero la verdad es que hay varias cosas que no les comentó aquí, pues son muchos testimonios los que me faltan por agregar, pero creo que con esto es suficiente para saber lo grande, poderoso,  misericordioso y hermoso que es Dios.
Hubo un día en que mi padre llego tomado, y mi hermano y yo estábamos en el cuarto de arriba, y mi madre abajo, pero nunca nos dimos cuenta de que había llegado, el caso es que escuchamos la voz de mi madre gritándonos, y bajamos corriendo, y cuál fue nuestra sorpresa de que mi madre estaba golpeada, en ese momento a mi me entró un coraje enorme, en el que miraba a mi padre con mucho, mucho odio, que me fui a la cocina, tome un cuchillo y pasaba por mi mente matarlo, porque ya no lo soportaba más y no podía seguir viendo a mi madre así, pero algo ocurrió conmigo que solté el cuchillo y me fui para con mi hermano a ayudarle con mi mamá que estaba en la cama golpeada, desde entonces mi odio por mi padre fue aumentando, al grado que no me importaba ya nada de él, si moría  o donde estaba.
Eso me fue involucrando mas y mas en el mundo, en sus tentaciones, en sus vicios, en lo erróneo que a mí se me hacia algo bueno para mí, algo que me daba vida. En ese momento yo ya conocía algo acerca de Dios, pues mi cuñada, Patricia Flores García ella me evangelizaba, pero como a mí no me importaba nada, pues no le tomaba mucho interés y atención. Yo empecé a asistir a la iglesia a la edad de los 11 años, pues ella me llevaba, y cuando yo empecé a involucrarme más con el mundo yo tenía ya 12 años, es decir yo ya conocía algo de Dios, pero no lo aprovechaba, y así seguía yo con mi odio dentro de mí, con todo eso, que solo me llevaba a pensar en el suicidio, a estar alejada de mi familia, a meterme más en los vicios, a desearle la muerte a varias personas, etc., todo eso había en mí a una edad muy corta, hasta que un día yo miraba a mi hermano mayor muy cambiado, pues él ya había recibido a Dios en su corazón,  mi cuñada fue quien lo involucro también, y como yo veía cambio en él que ya no era el mismo vago de antes pues me intereso saber porque ya no era igual
 
Empecé a interesarme poco a poco, al grado que me llegó a gustar mucho estar ahí, a pesar de que yo era chica de edad entendía todo, era como una niña envuelta en una mujer madura, y me fui y me fui involucrando hasta que tuve mi Encuentro con Dios y ahí fue donde decidí bautizarme en el Nombre de Jesucristo, a mis 13 añitos de edad, el 05 de agosto de 2007, y todo iba muy bien, yo empezaba a interesarme más, hasta que desgraciadamente caí de nuevo a lo mismo, estuve un año después de haber sido bautizada, en la perdición nuevamente, pues aun vivíamos con mi padre, y de nuevo se vinieron los problemas pues tenía poco de ser bautizada y no entendía el por qué sucedía eso, pues era muy pequeña en sabiduría, y me alejé por un año en el cual volví a hacer lo mismo, y a los 14 años vuelvo nuevamente a la iglesia porque sabía que Dios me quería ahí con Él, pues en esos días Él me había librado de ser atropellada, no sé lo que sucedió, pues el carro ya iba contra mí, y de  repente vi que el carro se desvío y chocó en otro lado, yo solo sufrí de pequeños rasguños por las piedras que aventó al momento de chocar y en ese momento me di cuenta de que yo no tenía nada que hacer en el mundo, pues mi vida le pertenecía a Dios.
Así fui relacionándome con la congregación, hasta que pude tener una nueva familia, mi odio y todo lo que sentía se había ido, Dios me había quitado ese sentir contra mi padre, contra la gente que me había hecho daño, yo lo único que sentía era amor hacia todos, y así sucesivamente fui arrimando yo misma a mi familia hasta quedar todos convertidos, mis hermanos, mi madre, y yo, menos mi padre. Así fue como empezó mi relación con la iglesia, con los hermanos, con Dios, nosotros nos salimos de vivir de con mi padre y nos mudamos a una nueva casa solos, porque sabía que teníamos el respaldo de Dios y que íbamos a poder salir adelante y hasta el momento nada nos ha faltado, ahora nuestra misión de familia es que mi padre acepte a Cristo en su corazón, y tarde o temprano así será, al igual que mi cuñada y mi hermano regresen al camino de Dios pues desgraciadamente ellos se desviaron, dice la Biblia que muchos van a servir solo de puente para otras personas, para que sean salvas, pero confió en Dios de que un día no muy lejano ellos volverán al camino verdadero
Ahora a mis 17 años de edad ya casi 18, veo la vida de una manera hermosa, dichosa de ser llamada hija de Dios, sirviéndole en la iglesia, como líder de una célula de señoritas, en el ministerio de la alabanza, de conferencista, etc., y todo lo demás que falta recorrer, privilegios que a mí me encanta desarrollar y ayudar a la iglesia a salir adelante. Ahora mi mayor interés es poner mi granito de arena para rescatar a aquellas almas que están pérdidas en el mundo, así como yo lo estuve, darles la oportunidad a ellas de conocer a Dios y de ser salvos, ir por todo el mundo como dice la Biblia, es decir ser misionera y hacerlo como Dios nos lo dejó dicho.
Me siento muy contenta de poder ser parte la familia de Cristo, de que Dios haya sido tan misericordioso conmigo, y estar aquí sirviéndole en todo lo que venga, y gracias a Él hoy en día llevo una relación buena y estable con mi padre, y que me ha permitido también ganarme varias almas que estaban perdidas en lo mismo que yo. Algo que siempre me gusta mencionar es que  toda la gente me dice que aun soy una niña pero que no actuó como tal, pues me preguntan ¿por qué?, y mi respuesta es siempre que no se madura con los años, si no con los daños que en tu vida has recibido, con las pruebas que te hacen más fuertes, y que siempre con ayuda de Dios sales adelante. Ahora me pongo a pensar en donde estoy y en donde estaba antes, el antes de una chica perdida, que inclusive pasaba por la iglesia y les hacia burlas a los hermanos, una chica que nunca pensó estar donde está ahora, un cambio radical, inesperado, el cual yo decía que nunca iba a cambiar, que nunca iba a dejar lo que a mí me gustaba, que nunca jamás iba a dejar a mi falsa familia de “emos”, algo verdaderamente sorprendente, el poder que Dios tiene para cambiar a las personas, a una persona nueva.  
Esto es un poco de mi, soy joven aun, pero la verdad es que hay varias cosas que no les comentó aquí, pues son muchos testimonios los que me faltan por agregar, pero creo que con esto es suficiente para saber lo grande, poderoso,  misericordioso y hermoso que es Dios.
 
 
 
====Reyna Fernanda Mercado Ortega====
 
Nace el 23 de Agosto de 1988 en Guadalajara, Jal, Sus padres: Ma. Melda Ortega Castillo y Silvestre Fernando Mercado Morales
Su infancia fue bonita hasta los 8 años, cuando muere su padre, de ahí para adelante vivió  algunas experiencias que considera que una niña no debe vivir, que la dañaron espiritualmente, psicológicamente de todas las maneras. Vio muchas cosas que no debió haber visto
A los 10 años se vienen a vivir a Tequila.
En la adolescencia fue rienda suelta, se iba con sus amigas a las discos, se iba a dar la vuelta en las camionetas con los amigos
Tenía mucha libertad, ella misma se daba mucha libertad, su mamá también se la dió, hubo un tiempo que su mamá recapacitó y quiso quitarsela, pero ella ya estaba más grande y era más rebelde y no le hacía caso. No le importaba lo que le dijera. Le decía mentiras a su mamá, como que se iba a dormir con su amiga y en realidad se iba a las fiestas a Amatitán o a Magdalena, fue muy andariega con las amigas, para todos lados 


En sus experiencia considera que buscaba los vicios o creyendo que las fiestas, las discos la harían ser feliz o creyendo tener esa la satisfacción de la paz, pero no, nunca lo logro, quizá cuando andaba con las amigas se le olvidaba los problemas que había tenido y cuando llegaba  a su casa, el estar sola en su cuarto, se ponía a llorar, considera que algunas veces hizo cosas influenciada por las amigas, y sí se arrepiente de haber tenido esas amistades, porque no conocía muchas cosas y se amistó con personas más grandes o mas conocedoras y si la indujeron a hacer cosas que no debía hacer y se alejó de ellas y tiene otras amigas que igual mundanas pero no eran igual, con tanta malicia.
Ella recibía en su casa a los Testigos de Jehová y en dos ocasiones los visitó, pero no sentía nada, escuchaba porque le gustaba que le leyeran la biblia y que le hablaran de Dios, pero nunca sintió nada, como si no hubiera conocido
Surgen problemas económicos con su mamá y su esposo y decide su mamá en irse con una tía a Tepatitlán, Jalisco, aunque Fernanda no quería, porque en Tequila tenía a sus amigos, todo lo suyo, con el mundo con el cual se desarrollaba
Tres años antes de que muriera su papá, su mamá se separó de él, y siempre tuvo padrastro, siempre ha sido una parte muy difícil y a pesar de ello siempre siguió a su mamá, siempre ha sido muy apegada a ella y siempre se fue, la siguió y no a Tepatitlán, sino a un rancho a media hora de ahí.
En ese tiempo a los 17 años,  su mamá pidió que fueran hermanos, pidió a los Testigos porque eran los únicos que conocía y unos vecinos le dijeron mira nosotros conocemos a unos hermanos, pero no son Testigos y Melda les dijo que no importaba, pero que fueran, en ese tiempo siente que no tiene mucha inspiración y resulta que son  Apostólicos de la Fe en Cristo Jesús.
Y les contestaba por educación a los hermanos y les invitan al templo, iban por ellos, y sí, como que se adentró más cuando empezó a sentir la presencia de Dios.
En una ocasión, los hermanos le dijeron que si podían hacer una convivencia e su casa, terminándose el culto,  y su mamá les dijo que sí y ella estaba en su cuarto  viendo la televisión y cuando le dijeron que saliera que estaban afuera los hermanos y por no ser grosera salió a comer más de fuerza que de ganas, pero siempre veía a los hermanos amables y le platicaban, le hacían preguntas y contestaba sin ser grosera con ellos.
Al grupo lo dirigía el hno. Juan de la 5ª Iglesia de Guadalajara, para ella fue su pastor, pero es diácono. 
Al final hicieron una oración, el hno. Juan le ministro  y Fernanda empezó a llorar y en ese momento no entendió, que fue, la presencia de Dios, cambio un poco su forma de vestir, se sentía más conservadora, se cuidaba más.  En ese lugar Fernanda les daba clases de canto a unas niñas y las niñas cantaban bien, porque les gustaba cantar y le dieron la oportunidad, Le dieron un libro para vocalizar y le mencionan que no tenía que faltar a los cultos los miércoles, a la escuela dominical y a los cultos los domingos,  era una misión.  Ellos fueron los que les dieron esa iniciativa
Al poco tiempo, se regresan a Tequila.
De chica, ella se burlaba de los hermanos de Tequila, porque vivía a la vuelta del templo, igual que los niños de la escuela. Y su mamá le dice que los hermanos de la vuelta también eran Apostólicos de la fe en Cristo Jesús, porque  decía afuera del templo. Y Fernanda decía no, no es cierto, como crees y negaba que fueran los mismos que la habían atendido.
Pero ella volvió a las discos, porque allá no salía, porque no conocía, y vuelve como si nunca se hubiera ido, y llegaba a las 12 de la noche a la casa de su abuelita.
Y su mamá le decía, mira es la misma y aquí si hay muchos jóvenes, porque allá por ser misión era poquitos.
Hasta que un día como que la enfadó y le dijo: “si mami, si voy”  y  vino  un domingo al templo y vió que había panderistas y considero que era la misma, pues considera que las panderistas identifican a la iglesia apostólica.
Y empezó a venir, y empezó a ir a su casa a visitarla la hna. Bety Luévano, Eunice González y Alejandra Gándara, le  leyeron la biblia, le dieron el plan redentivo y si estaba aceptando, porque siempre ha tenido necesidad de Dios, Fue a un encuentro, dijo que no se bautizaba y se bautizó, sintió la presencia de Dios.
Su vida ahora en Cristo es hermosa, es lo más hermoso que ha tenido en su vida, le agradece a Dios que la haya visto,  porque ella’ clamaba a él, de hecho cuando tenía problemas le decía: ¿dónde estás tú?, porque en Tepa  Él contestó  su petición, mandando a los hermanos a su vida, siente que Dios la escogió desde el vientre de su madre, pero ella tenía que pasar un proceso, lo pasó , llegó a la vida en Cristo, se bautizó y como dice una alabanza que acaba de conocer “yo no lo cambiara ni por todo el oro del mundo, que yo ni en mi sueños me imagine conocer  algo así como el amor de Dios, y no lo voy a cambiar” y eso mismo dice ella, ha fallado, piensa que desde que se bautizo ha tenido un tropiezo grande que marco su vida cristiana, fue en un principio, pero cree que fue una experiencia que le ha servido en muchas áreas, y siente que de aquí para adelante, gracias a Dios pudo levantarse de esa caída, considera que ya lo supero, sintió el perdón de Dios, siente que está bien con Dios y que Dios está con ella y que no la deja y como dice la alabanza que no lo cambiaria ni por todo el oro del mudo por nada y la presencia de Dios es lo más hermoso que ha podido conocer en el mundo, Dios es el que le da sentido a su vida y sin él siente que no es nada.


[[Categoría: Guadalajara Distrito]]
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