Diferencia entre revisiones de «San Ignacio Río Muerto, Sonora»

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Era toda una semana de arduo trabajo para los diferentes actores participantes, desde el pastor, las fraternidades que apoyaban, el equipo de alabanza, los que surtían de víveres, los que hacían las compras de  papelería y maestras. Quienes participaban de maestras eran las hermanas Leonor González, Orfa Escalante, Liliana Duarte, Lupita Miranda, Leticia, Gloria y Silvia Esquivel, Selene Estrada, Blanca Escobar, Berenice López, Priscila, Elda y Abigail Villegas, etc. mientras tanto dorcas y varones apoyaban con el refrigerio y el aseo del templo y patio.
Era toda una semana de arduo trabajo para los diferentes actores participantes, desde el pastor, las fraternidades que apoyaban, el equipo de alabanza, los que surtían de víveres, los que hacían las compras de  papelería y maestras. Quienes participaban de maestras eran las hermanas Leonor González, Orfa Escalante, Liliana Duarte, Lupita Miranda, Leticia, Gloria y Silvia Esquivel, Selene Estrada, Blanca Escobar, Berenice López, Priscila, Elda y Abigail Villegas, etc. mientras tanto dorcas y varones apoyaban con el refrigerio y el aseo del templo y patio.


Al término del curso se entregaron  reconocimientos por escrito a todos los asistentes, niños y maestros que sirvieron de bendición en la instrucción bíblica.[[Archivo:8ESCverano.jpg|300px|thumb|center|Lupita Miranda junto con sus niños recibieron cada uno de ellos su reconocimiento al participar en la Escuelita de Verano]]
Al término del curso se entregaron  reconocimientos por escrito a todos los asistentes, niños y maestros que sirvieron de bendición en la instrucción bíblica.[[Archivo:8ESCverano.jpg|300px|thumb|center|Lupita Miranda junto con sus niños recibieron cada uno de ellos su reconocimiento al participar en la Escuelita de Verano, entre ellos: MARY CARMEN MATA, MELY DUARTE CAMPOS, CARLOS ROMAN, HIJA DE ROSA DE LATERO, ALONSO DUARTE, NOEL QUIROZ, JOSE LUIS  y Y UN AMIGUITO DE EL]]


[[Archivo:10escVERANO.jpg|300px|thumb|Orfa Escalante recibe su reconocimiento a su destacada pasticipacion en beneficio de los infantes]]    [[Archivo:9escVERANO.jpg|300px|thumb|left|Berenice López tambien recibió su reconocimiento y agradecimiento de parte de pastor Chubeto]]
[[Archivo:10escVERANO.jpg|300px|thumb|Orfa Escalante recibe su reconocimiento a su destacada pasticipacion en beneficio de los infantes]]    [[Archivo:9escVERANO.jpg|300px|thumb|left|Berenice López recibió su reconocimiento y agradecimiento de parte de pastor Chubeto]]




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Se atendieron los campamentos convocados. En esta época los campamentos juveniles eran los de más  algarabía debido a la cantidad de jóvenes  que se sumaban  a medida que se iban  acercando las fechas previas al campamento.  Ver a la juventud arrasada por la conjugación de emociones  de las bendiciones que les  esperaban, persuadía  a señores y señoras a facilitar sus automóviles para trasladar a los asistentes y visitas que se añadían a este tipo de consagraciones. Los  campamentos eran unas de las actividades más recordadas que narran los jóvenes de esa época. Expresar que eran  acontecimientos inolvidables, en las que se recuerdan el entusiasmo de lo que estaba por venir, aunado al trajinar del ir y venir con abultantes maletas, cobijas, trastes, casas de campaña,  etc. Antes  de su partida les  pedían a los jóvenes  estar en el punto encuentro  una hora antes de la salida, mientras llegaban unos y esperaban a otros se rodeaban de un ambiente fraternal. Igual se daba esa relación en el viaje de recorrido. Durante las fechas de campamento el clima regalaba una templanza agradable. A los jóvenes de aquel tiempo afirman que hasta el estado del tiempo se comportaba entre medio despejado y soleado, lo que les permitió ir en caja de los autos y disfrutar de un clima fresco, el camino realmente lo disfrutaban. A la llegada al campamento, se registraba la asistencia de cada uno, el registro era fácil, se daba una ligera bienvenida, para luego ir al área de instalación de campañas y posterior una apertura de la primera actividad para luego  saborear de una cena que ya a esa hora les hacía falta. El amplio patio del campamento era ideal para recrearse  entre  adolescentes y jóvenes, las actividades de integración daban pie para divertirse entre la cena y por supuesto las carencias salían sobrando cuando de andar en los negocios de Dios se tratara. Mientras se servía la se cena algunos terminaban sus pendientes que tenían planificadas para los que faltaban por llega. Se improvisaban  casas de campaña puestas entre árboles elaboradas con costales cocidos, ¡pero eso sí! con vista panorámica para estar al tanto de todo. Describiendo  un poco sobre la estancia juvenil en los campamentos,  relataron  los entonces  jóvenes que  el  área era bastante grande. El campamente además de sus dormitorios  tenía  capacidad para las tiendas de campaña y el espíritu  de agobio no había lugar para el en esos momentos de ir a descansar para  estar dispuestos  al otro día y dar continuidad a los temas a que habrían de alimentarlos. Para algunos era más divertido acampar al aire libre, bajo la atmosfera fresca y el ambiente fraternal.  Un aspecto muy importante que brindaban los campamentos es que siempre  se sentía  seguridad y en todo momento los hujieres, pastores y guías daban apoyo, así como indicaciones y sugerencias del cómo hacer de manera segura. Habiendo  árboles por todas partes, había que echaba mano de  rastrillo y  escoba para limpiar el suelo antes  de inaugurar  las  tiendas de campaña.  Describen los jóvenes que eso si los baños se encontraban  cerca de todos. Los guardias  humanos patrullan bastante bien, para seguridad de todos,  eran muy respetuosos y agradables y como  cristianos no había ninguna razón de ser de otro modo; se tornaba bastante tranquilo el ambiente, incluso para recorrer los senderos, es por eso que los jóvenes visitas encontraban en esas actividades la diferencia entre servir a Dios y vivir una vida cotidiana sin él. Por otro lado la  instalación de las casas de campaña se convertía en todo un espectáculo divertido ¡si para colocarla  era un dilema,  imaginen su  inauguración!  Cuentan los jóvenes que en el transcurso de las actividades se daba tiempo también  para la convivencia, Algunos  aprovechaban para salir a pasear y explorar un arroyuelo que pasaba cerca del campamento.  Después  de sacar las tareas de alojamiento, se preparaban, se disponían para nutrirse de esos elementos espirituales para después inyectar a otros la pasión  cristiana.  Los días en el campamento no todo era oración y devoción, de la misma manera se daba tiempo para hacer amigos, juegos, competencias, convivencia, refrigerios, recreaciones, descansos, travesuras, tomarse la foto del recuerdo, etc.  Dentro de los juegos más solicitados están los de voleibol, competencias de costales  y carreras. El mover del Espíritu Santo daba pie a juegos  saludables. El  mismo Espíritu hacía que todo se desarrollara en un ambiente de calor fraternal, de reflexión, de aprendizaje y compañerismo.  El amplio patio del campamento era ideal para recrearse  entre  adolescentes y jóvenes y las actividades de integración invitaban o daban pie para divertirse. Cualquier lugar por mas incomodo que fuese no  importaba, lo más importante era ir a recibir  solido alimento. Regularmente los campamentos eran de tres días, jueves, viernes y sábados  y el domingo habitualmente en los cultos se daba testimonio de lo sucedido en las actividades del campamento, encendiéndose el fuego del Espíritu Santo, dando énfasis  a la experiencia espiritual vivida en el campamento. Para los jóvenes que experimentaban en carne propia  la presencia de Dios, se enamoraban de esas actividades y de regreso a casa todos  hablan de cómo querían volver el año siguiente. Mientras algunos sudaban la camiseta en el juego, otras se refrescaban con un baño  heladísimo. Quienes testifican de sus experiencias para esta redacción testifican que podrían ir muchas actividades seculares  como ir al dar un paseo a la playa, ir al campo, pasear en bici, etc., pero jamás olvidaran las vivencias campamentales. El gozo con el que regresaban los incitaba a planear futuros eventos. El disfrute con la naturaleza era un escenario extraordinario que se conjugaba muy bien con  el desarrollo de las actividades espirituales, se daba una entrega tal que se olvidaba el afán de la vida cotidiana. Antes  de la partida de su regreso se hacía oración de agradecimiento por todo lo que se había recibido y  por  todos aquellos momentos que fueron de bendición.  Embriagados por el entusiasmo se tomaban la foto del recuerdo;  para luego regresar a los hogares y a dar testimonio otro día en el culto de adoración a nuestro Dios. Después se perdían entre la multitud de agradecidos con Jesucristo  para la foto final del recuerdo. Recién llegados de campamento algunos jóvenes seguían expresando  con sus alabanzas el agradecimiento a Dios. Así como había campamentos  para jóvenes, también los había para las fraternidades de señores, señores, intermedios y pastores. Fue en esta época en la que la fraternidad juvenil  además de involucrarse en las actividades locales también  asistía a actividades  presbiteriales y distritales. De igual manera las señoras dorcas hacían lo suyo en el campamento, Al final de la actividad se tomaban  la fotografía del recuerdo.
 
 
 
Se atendieron los campamentos convocados. En esta época los campamentos juveniles eran los de más  algarabía debido a la cantidad de jóvenes  que se sumaban  a medida que se iban  acercando las fechas previas al campamento.  [[Archivo:12campamento.jpg|400px|thumb|meCAMPAMENTO JUVENIL]] Ver a la juventud arrasada por la conjugación de emociones  de las bendiciones que les  esperaban, persuadía  a señores y señoras a facilitar sus automóviles para trasladar a los asistentes y visitas que se añadían a este tipo de consagraciones. Los  campamentos eran unas de las actividades más recordadas que narran los jóvenes de esa época. Expresar que eran  acontecimientos inolvidables, en las que se recuerdan el entusiasmo de lo que estaba por venir, aunado al trajinar del ir y venir con abultantes maletas, cobijas, trastes, casas de campaña,  etc. Antes  de su partida les  pedían a los jóvenes  estar en el punto encuentro  una hora antes de la salida, mientras llegaban unos y esperaban a otros se rodeaban de un ambiente fraternal. Igual se daba esa relación en el viaje de recorrido. Durante las fechas de campamento el clima regalaba una templanza agradable. A los jóvenes de aquel tiempo afirman que hasta el estado del tiempo se comportaba entre medio despejado y soleado, lo que les permitió ir en caja de los autos y disfrutar de un clima fresco, el camino realmente lo disfrutaban. A la llegada al campamento, se registraba la asistencia de cada uno, el registro era fácil, se daba una ligera bienvenida, para luego ir al área de instalación de campañas y posterior una apertura de la primera actividad para luego  saborear de una cena que ya a esa hora les hacía falta. El amplio patio del campamento era ideal para recrearse  entre  adolescentes y jóvenes, las actividades de integración daban pie para divertirse entre la cena y por supuesto las carencias salían sobrando cuando de andar en los negocios de Dios se tratara. Mientras se servía la se cena algunos terminaban sus pendientes que tenían planificadas para los que faltaban por llega. Se improvisaban  casas de campaña puestas entre árboles elaboradas con costales cocidos, ¡pero eso sí! con vista panorámica para estar al tanto de todo. Describiendo  un poco sobre la estancia juvenil en los campamentos,  relataron  los entonces  jóvenes que  el  área era bastante grande. El campamente además de sus dormitorios  tenía  capacidad para las tiendas de campaña y el espíritu  de agobio no había lugar para el en esos momentos de ir a descansar para  estar dispuestos  al otro día y dar continuidad a los temas a que habrían de alimentarlos. Para algunos era más divertido acampar al aire libre, bajo la atmosfera fresca y el ambiente fraternal.  Un aspecto muy importante que brindaban los campamentos es que siempre  se sentía  seguridad y en todo momento los hujieres, pastores y guías daban apoyo, así como indicaciones y sugerencias del cómo hacer de manera segura. Habiendo  árboles por todas partes, había que echaba mano de  rastrillo y  escoba para limpiar el suelo antes  de inaugurar  las  tiendas de campaña.  Describen los jóvenes que eso si los baños se encontraban  cerca de todos. Los guardias  humanos patrullan bastante bien, para seguridad de todos,  eran muy respetuosos y agradables y como  cristianos no había ninguna razón de ser de otro modo; se tornaba bastante tranquilo el ambiente, incluso para recorrer los senderos, es por eso que los jóvenes visitas encontraban en esas actividades la diferencia entre servir a Dios y vivir una vida cotidiana sin él. Por otro lado la  instalación de las casas de campaña se convertía en todo un espectáculo divertido ¡si para colocarla  era un dilema,  imaginen su  inauguración!  Cuentan los jóvenes que en el transcurso de las actividades se daba tiempo también  para la convivencia, Algunos  aprovechaban para salir a pasear y explorar un arroyuelo que pasaba cerca del campamento.  Después  de sacar las tareas de alojamiento, se preparaban, se disponían para nutrirse de esos elementos espirituales para después inyectar a otros la pasión  cristiana.  Los días en el campamento no todo era oración y devoción, de la misma manera se daba tiempo para hacer amigos, juegos, competencias, convivencia, refrigerios, recreaciones, descansos, travesuras, tomarse la foto del recuerdo, etc.  Dentro de los juegos más solicitados están los de voleibol, competencias de costales  y carreras. El mover del Espíritu Santo daba pie a juegos  saludables. El  mismo Espíritu hacía que todo se desarrollara en un ambiente de calor fraternal, de reflexión, de aprendizaje y compañerismo.  El amplio patio del campamento era ideal para recrearse  entre  adolescentes y jóvenes y las actividades de integración invitaban o daban pie para divertirse. Cualquier lugar por mas incomodo que fuese no  importaba, lo más importante era ir a recibir  solido alimento. Regularmente los campamentos eran de tres días, jueves, viernes y sábados  y el domingo habitualmente en los cultos se daba testimonio de lo sucedido en las actividades del campamento, encendiéndose el fuego del Espíritu Santo, dando énfasis  a la experiencia espiritual vivida en el campamento. Para los jóvenes que experimentaban en carne propia  la presencia de Dios, se enamoraban de esas actividades y de regreso a casa todos  hablan de cómo querían volver el año siguiente. Mientras algunos sudaban la camiseta en el juego, otras se refrescaban con un baño  heladísimo. Quienes testifican de sus experiencias para esta redacción testifican que podrían ir muchas actividades seculares  como ir al dar un paseo a la playa, ir al campo, pasear en bici, etc., pero jamás olvidaran las vivencias campamentales. El gozo con el que regresaban los incitaba a planear futuros eventos. El disfrute con la naturaleza era un escenario extraordinario que se conjugaba muy bien con  el desarrollo de las actividades espirituales, se daba una entrega tal que se olvidaba el afán de la vida cotidiana. Antes  de la partida de su regreso se hacía oración de agradecimiento por todo lo que se había recibido y  por  todos aquellos momentos que fueron de bendición.  Embriagados por el entusiasmo se tomaban la foto del recuerdo;  para luego regresar a los hogares y a dar testimonio otro día en el culto de adoración a nuestro Dios. Después se perdían entre la multitud de agradecidos con Jesucristo  para la foto final del recuerdo. Recién llegados de campamento algunos jóvenes seguían expresando  con sus alabanzas el agradecimiento a Dios. Así como había campamentos  para jóvenes, también los había para las fraternidades de señores, señores, intermedios y pastores. Fue en esta época en la que la fraternidad juvenil  además de involucrarse en las actividades locales también  asistía a actividades  presbiteriales y distritales. De igual manera las señoras dorcas hacían lo suyo en el campamento, Al final de la actividad se tomaban  la fotografía del recuerdo.




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