Diferencia entre revisiones de «San Ignacio Río Muerto, Sonora»

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Se hicieron cultos de barrio en el ejido el Bateve y  aunque se mantuvo  en esta dinámica durante algún tiempo no se decidió ninguno a bajar a las aguas de bautismo. Se continuó con el proyecto de la escuelita de verano exclusivamente para niños, se llevaban a cabo en el periodo vacacional del verano.  Eran  experiencias muy gratificantes para nuestros niños,  el disfrute por estas actividades infantiles era tal que  los mismos niños hacían correr la voz entre sus compañeros. Este  plan  consistía en adornar adecuadamente para niños el templo y equipar con lo básico para que se impartieran las diferentes  clases. Dentro de cada  clase se hacían  actividades sanas para ellos. Las enseñanzas bíblicas, los cantos nuevos, las convivencias  compartidas, el refrigerios, las manualidades, la presentación de mimos, obras de teatro, etc. hacia más agradable la estancia.  Al final de la jornada diaria cada clase se  lucían con su maestra, haciendo una breve presentación de la enseñanza bíblica de ese día. El  templo y el patio de la iglesia sin duda se convertía en un sitio acogedor, con cristianos dedicados, organizado y cuidando hasta el más mínimo detalle,  demostrando  junto a su pastor entrega total a la Obra de Dios, con una eficacia y amor por lo que se hacía; lo que permitió que nuevos integrantes se sumaran a las actividades infantiles. Las fotos dan evidencia de toda esta experiencia formativa en la Palabra de Dios. Al término del curso se entregaron  reconocimientos por escrito a todos los asistentes, niños y maestros que sirvieron de bendición en la instrucción bíblica.  Los  temas eran enfocados a principios educativos  espirituales. Las clases de los niños se dividían por edades. Los temas eran enseñanzas bíblicas presentadas de diversas maneras, incluyendo varios métodos y varias ayudas visuales. El  versículo a memorizar que se daba a los niños tenía una aplicación práctica para ellos. Se  contaban historias de la Biblia como modelos para que los niños puedan seguir. La asistencia a la escuelita de verano era por las mañanas. A media mañana cada clase  hacia una pausa y se les recibía al salir con un refrigerio. Esta actividad se hacía de una semana iniciando con apertura de arranque y terminado  un culto infantil en donde también se entregaban  reconocimientos tanto a maestros como a la  niñez evangelizada. Era toda una semana de arduo trabajo para los diferentes actores participantes, desde el pastor, las fraternidades que apoyaban, el equipo de alabanza, los que surtían de víveres, los que hacían las compras de  papelería y maestras. Quienes participaban de maestras eran las hermanas Leonor González, Orfa Escalante, Liliana Duarte, Lupita Miranda, Leticia, Gloria y Silvia Esquivel, Selene Estrada, Blanca Escobar, Berenice López, Priscila, Elda y Abigail Villegas, etc. mientras tanto dorcas y varones apoyaban con el refrigerio y el aseo del templo y patio.
Se hicieron cultos de barrio en el ejido el Bateve y  aunque se mantuvo  en esta dinámica durante algún tiempo no se decidió ninguno a bajar a las aguas de bautismo. Se continuó con el proyecto de la escuelita de verano exclusivamente para niños, se llevaban a cabo en el periodo vacacional del verano.  Eran  experiencias muy gratificantes para nuestros niños,  el disfrute por estas actividades infantiles era tal que  los mismos niños hacían correr la voz entre sus compañeros.Este  plan  consistía en adornar adecuadamente para niños el templo y equipar con lo básico para que se impartieran las diferentes  clases. Dentro de cada  clase se hacían  actividades sanas para ellos.
[[Archivo:2_Se_inició_con_el_proyecto_de_la_escuelita_de_verano_exclusivamente_para_niños.jpg|400px|thumb|memebresia a noviembre de 2011]]
Las enseñanzas bíblicas, los cantos nuevos, las convivencias  compartidas, el refrigerios, las manualidades, la presentación de mimos, obras de teatro, etc. hacia más agradable la estancia.  Al final de la jornada diaria cada clase se  lucían con su maestra, haciendo una breve presentación de la enseñanza bíblica de ese día. El  templo y el patio de la iglesia sin duda se convertía en un sitio acogedor, con cristianos dedicados, organizado y cuidando hasta el más mínimo detalle,  demostrando  junto a su pastor entrega total a la Obra de Dios, con una eficacia y amor por lo que se hacía; lo que permitió que nuevos integrantes se sumaran a las actividades infantiles. Las fotos dan evidencia de toda esta experiencia formativa en la Palabra de Dios. Al término del curso se entregaron  reconocimientos por escrito a todos los asistentes, niños y maestros que sirvieron de bendición en la instrucción bíblica.  Los  temas eran enfocados a principios educativos  espirituales. Las clases de los niños se dividían por edades. Los temas eran enseñanzas bíblicas presentadas de diversas maneras, incluyendo varios métodos y varias ayudas visuales. El  versículo a memorizar que se daba a los niños tenía una aplicación práctica para ellos. Se  contaban historias de la Biblia como modelos para que los niños puedan seguir. La asistencia a la escuelita de verano era por las mañanas. A media mañana cada clase  hacia una pausa y se les recibía al salir con un refrigerio. Esta actividad se hacía de una semana iniciando con apertura de arranque y terminado  un culto infantil en donde también se entregaban  reconocimientos tanto a maestros como a la  niñez evangelizada. Era toda una semana de arduo trabajo para los diferentes actores participantes, desde el pastor, las fraternidades que apoyaban, el equipo de alabanza, los que surtían de víveres, los que hacían las compras de  papelería y maestras. Quienes participaban de maestras eran las hermanas Leonor González, Orfa Escalante, Liliana Duarte, Lupita Miranda, Leticia, Gloria y Silvia Esquivel, Selene Estrada, Blanca Escobar, Berenice López, Priscila, Elda y Abigail Villegas, etc. mientras tanto dorcas y varones apoyaban con el refrigerio y el aseo del templo y patio.




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El  estilo de música que se tocaba eran alabanzas con letra que inspiraban a los oyentes a reflexionar sobre su relación con Dios  a la luz de la Palabra. Hermanos  locales tocaban y cantaban la palabra  en campañas para también, como una eficaz herramienta de evangelización como instrumento de conversión. Dios derramó  sus bendiciones  sobre los oidores de su Palabra, algunos de los que  asistieron a las campañas decidieron atravesar la puerta, atraídos por los beneficios de las buenas nuevas de salvación de aquel ambiente acogedor y hospitalario. Seis personas resolvieron por el bautismo en la playa, entre ellos  Benigno Aldaco, Inés Pérez, Liliana Duarte, Adriana de Osorio, Nora Aldaco y Eduardo Quiroz hijo. Recién  lavados en la sangre de Jesús, otro día en el templo los seis  son presentados como miembros  y les es dada la bienvenida por la iglesia.
El  estilo de música que se tocaba eran alabanzas con letra que inspiraban a los oyentes a reflexionar sobre su relación con Dios  a la luz de la Palabra. Hermanos  locales tocaban y cantaban la palabra  en campañas para también, como una eficaz herramienta de evangelización como instrumento de conversión. Dios derramó  sus bendiciones  sobre los oidores de su Palabra, algunos de los que  asistieron a las campañas decidieron atravesar la puerta, atraídos por los beneficios de las buenas nuevas de salvación de aquel ambiente acogedor y hospitalario. Seis personas resolvieron por el bautismo en la playa, entre ellos  Benigno Aldaco, Inés Pérez, Liliana Duarte, Adriana de Osorio, Nora Aldaco y Eduardo Quiroz hijo. Recién  lavados en la sangre de Jesús, otro día en el templo los seis  son presentados como miembros  y les es dada la bienvenida por la iglesia.
Se tiene el recuerdo que Jesús Alberto Villegas  bautizó a los hermanos: Gerardo Manuel Robles,  Francisco Valenzuela López,  David Raúl Román Baca, Gloria Hortensia Santacruz Matus, Heredia Karina Quiroz Corrales, Esmeralda Quiroz Corrales, María de los Ángeles Anguis Javalera, Mayra Elisama Bojórquez Franco, Pedro Lozano Valenzuela, Rosa Isela Valenzuela Domínguez, Trinidad Mayo Barreras, Delia Hortensia Cota Puente,, Blanca Estrada Díaz, Abelardo Arguelles Silva, Abigail Villegas Ramos, Abraham Heriberto Valdez Díaz, Carmen y Anastasia Javalera Hernández, Carmen Morales, Consuelo Berenice López Duarte, Carmen Javalera Hernández, Jacobo Elías Díaz Camacho, Juan Miguel Campos Cabrera, Karla Judith Robles Javalera, Leonor González Morales, Leticia Adriana Flores Corral. Un año antes de que le llegara el cambio  pastoral bautizó al  hermano David Román Baca, situación que fue de mucho asombro por ser una figura muy conocida del pueblo y ex masón de la logia 23 de San Ignacio Rio Muerto. El Profe David Román públicamente renuncia a ese mundo de pecado, resultado de su experiencia personal con el Señor Jesucristo. Como primera  señal para ser un discípulo de Jesús y convertirse así en su hijo, es bautizado en el nombre de Jesucristo. A este acto de fe pública se sumaron los pastores de presbiterio del Valle de Yaqui, lo que se convirtió en todo una fiesta de júbilo y gozo entre cristianos. Los pastores  del presbiterio que fueron  testigos de este hecho tan sonado fueron David Herrera, Jorge Rojas (ministro  de Campo 60), Remedios Gil  y Cesar Gastélum. Por su parte los niños también eran presentados ante la iglesia haciendo oración por ellos y los papás. Otras actos de celebraciones fueron nupcias y quinceañeras, etc. El hermano Jesús Alberto Villegas Madrid cumplió íntegramente con su responsabilidad pastoral, dando cuenta de ello primeramente a nuestro Dios y después a sus autoridades eclesiásticas. Reguladamente asistía a las reuniones ministeriales requeridas por su autoridad. Periódicamente el cuerpo ministerial del presbiterio se reunían para analizar el trabajo sustentado en  la visión, estableciendo las metas, evaluando resultados, usando su creatividad para responder a las  expectativas espirituales y al plan de nuestro Dios. Por su parte la iglesia le reconoció la labor pastoral a él y a su  familia, una manera de manifestarlo era el día  del pastor,  festividad que se realizaba cada año. En esta actividad era la iglesia solamente la encargada de organizar todo ese día y la familia pastoral quedaba exenta de cualquier participación que no fuera sólo la  de ser agasajados. Los mismos miembros de la iglesia predicaban y presidian en la liturgia y desarrollo del culto. Era a través de los grupos familiares en coordinación con los líderes de fraternidad que se decidía la forma general para el festejo pastoral, sin dejar de lado la manifestación personal de algunos miembros que así lo decidían para expresar su aprecio y agradecimiento  con un presente. El  ministro de la iglesia hermano Francisco Escalante Velázquez también era incluido  dentro del liderazgo pastoral y como último acto de la celebración pastoral se preparaba una cena para convivir todos juntos.  
Se tiene el recuerdo que Jesús Alberto Villegas  bautizó a los hermanos: Gerardo Manuel Robles,  Francisco Valenzuela López,  David Raúl Román Baca, Gloria Hortensia Santacruz Matus, Heredia Karina Quiroz Corrales, Esmeralda Quiroz Corrales, María de los Ángeles Anguis Javalera, Mayra Elisama Bojórquez Franco, Pedro Lozano Valenzuela, Rosa Isela Valenzuela Domínguez, Trinidad Mayo Barreras, Delia Hortensia Cota Puente,, Blanca Estrada Díaz, Abelardo Arguelles Silva, Abigail Villegas Ramos, Abraham Heriberto Valdez Díaz, Carmen y Anastasia Javalera Hernández, Carmen Morales, Consuelo Berenice López Duarte, Carmen Javalera Hernández, Jacobo Elías Díaz Camacho, Juan Miguel Campos Cabrera, Karla Judith Robles Javalera, Leonor González Morales, Leticia Adriana Flores Corral. Un año antes de que le llegara el cambio  pastoral bautizó al  hermano David Román Baca, situación que fue de mucho asombro por ser una figura muy conocida del pueblo y ex masón de la logia 23 de San Ignacio Rio Muerto. El Profe David Román públicamente renuncia a ese mundo de pecado, resultado de su experiencia personal con el Señor Jesucristo. Como primera  señal para ser un discípulo de Jesús y convertirse así en su hijo, es bautizado en el nombre de Jesucristo. A este acto de fe pública se sumaron los pastores de presbiterio del Valle de Yaqui, lo que se convirtió en todo una fiesta de júbilo y gozo entre cristianos. Los pastores  del presbiterio que fueron  testigos de este hecho tan sonado fueron David Herrera, Jorge Rojas (ministro  de Campo 60), Remedios Gil  y Cesar Gastélum. Por su parte los niños también eran presentados ante la iglesia haciendo oración por ellos y los papás. Otras actos de celebraciones fueron nupcias y quinceañeras, etc. El hermano Jesús Alberto Villegas Madrid cumplió íntegramente con su responsabilidad pastoral, dando cuenta de ello primeramente a nuestro Dios y después a sus autoridades eclesiásticas. Reguladamente asistía a las reuniones ministeriales requeridas por su autoridad. Periódicamente el cuerpo ministerial del presbiterio se reunían para analizar el trabajo sustentado en  la visión, estableciendo las metas, evaluando resultados, usando su creatividad para responder a las  expectativas espirituales y al plan de nuestro Dios. Por su parte la iglesia le reconoció la labor pastoral a él y a su  familia, una manera de manifestarlo era el día  del pastor,  festividad que se realizaba cada año. En esta actividad era la iglesia solamente la encargada de organizar todo ese día y la familia pastoral quedaba exenta de cualquier participación que no fuera sólo la  de ser agasajados. Los mismos miembros de la iglesia predicaban y presidian en la liturgia y desarrollo del culto. Era a través de los grupos familiares en coordinación con los líderes de fraternidad que se decidía la forma general para el festejo pastoral, sin dejar de lado la manifestación personal de algunos miembros que así lo decidían para expresar su aprecio y agradecimiento  con un presente. El  ministro de la iglesia hermano Francisco Escalante Velázquez también era incluido  dentro del liderazgo pastoral y como último acto de la celebración pastoral se preparaba una cena para convivir todos juntos.  


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