Diferencia entre revisiones de «El Ministerio Infantil y de Adolescentes»

Línea 14: Línea 14:
Por otra parte, la guianza espiritual que se recibía al asistir a los cultos era la misma para adultos como para niños. La permanencia en esas reuniones era maratónica, que tal vez en nuestra actual manera de pensar eran antipedagógicos. Sin embargo, esas prácticas contribuyeron a la formación de aquellos primeros creyentes y generó la consolidación y expansión de la IAFCJ en México. Esto produjo hombres y mujeres apasionados en compartir el evangelio el cual habiéndolo escuchado desde su temprana edad, y en las condiciones descritas, marcaron una identidad muy distintiva en esa generación que difícilmente los movían de su fe y sus convicciones en la doctrina y disciplina de su Iglesia.
Por otra parte, la guianza espiritual que se recibía al asistir a los cultos era la misma para adultos como para niños. La permanencia en esas reuniones era maratónica, que tal vez en nuestra actual manera de pensar eran antipedagógicos. Sin embargo, esas prácticas contribuyeron a la formación de aquellos primeros creyentes y generó la consolidación y expansión de la IAFCJ en México. Esto produjo hombres y mujeres apasionados en compartir el evangelio el cual habiéndolo escuchado desde su temprana edad, y en las condiciones descritas, marcaron una identidad muy distintiva en esa generación que difícilmente los movían de su fe y sus convicciones en la doctrina y disciplina de su Iglesia.


==1930==
==En 1930==


Los datos más remotos que tenemos de la atención de los niños un tanto organizada y estructurada, son los del área fronteriza (Mexicali, Tijuana) del noroeste de nuestro país en la década de los 30’s del siglo pasado. Esta era en la llamada Escuela Dominical, y debido a la falta de lugares de atención, hermanas voluntarias atendían a los niños debajo de un árbol, en el comedor de la iglesia, o donde hubiese un espacio para enseñarles principalmente memorización de versículos y salmos de la Biblia. También les ensayaban himnos para luego entonarlos uniformados en el culto del día domingo por la tarde.
Los datos más remotos que tenemos de la atención de los niños un tanto organizada y estructurada, son los del área fronteriza (Mexicali, Tijuana) del noroeste de nuestro país en la década de los 30’s del siglo pasado. Esta era en la llamada Escuela Dominical, y debido a la falta de lugares de atención, hermanas voluntarias atendían a los niños debajo de un árbol, en el comedor de la iglesia, o donde hubiese un espacio para enseñarles principalmente memorización de versículos y salmos de la Biblia. También les ensayaban himnos para luego entonarlos uniformados en el culto del día domingo por la tarde.