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Para julio, en un culto del miércoles, tuvimos dos visitas muy especiales, Roberto Fuentes y Dulce González Zurita, hija de nuestra hermana Teresa. Si bien Dulce recién había llegado a vivir a casa de su mamá; escuchaba y veía el movimiento que hacíamos para realizar nuestros cultos, instalar el equipo de sonido e instrumentos y al finalizar, guardar todo, ella no se acercaba a nosotros, así fue por un tiempo, un día llegó Roberto, buscando a Dulce, pues ellos por problemas se había separado, se sentó en la parte de atrás, escuchó atento la palabra de Dios. Fue el primero de algunos días de visita a nuestros cultos, a esas visitas se sumó Dulce y sus 3 hijos, Alfredito, Dulce Abril y Karlita. | Para julio, en un culto del miércoles, tuvimos dos visitas muy especiales, Roberto Fuentes y Dulce González Zurita, hija de nuestra hermana Teresa. Si bien Dulce recién había llegado a vivir a casa de su mamá; escuchaba y veía el movimiento que hacíamos para realizar nuestros cultos, instalar el equipo de sonido e instrumentos y al finalizar, guardar todo, ella no se acercaba a nosotros, así fue por un tiempo, un día llegó Roberto, buscando a Dulce, pues ellos por problemas se había separado, se sentó en la parte de atrás, escuchó atento la palabra de Dios. Fue el primero de algunos días de visita a nuestros cultos, a esas visitas se sumó Dulce y sus 3 hijos, Alfredito, Dulce Abril y Karlita. | ||
Dulce y Roberto entendieron la palabra de Dios, el Espíritu Santo les mostró su situación, tomaron decisiones y una de ellas fue que el 12 de octubre se bautizarían. Sabíamos que Dios había intervenido para que no nos fuéramos de ahí, y desde el momento en que vimos estas dos almas, entendimos por qué Dios nos quería ahí por un tiempo más. | Dulce y Roberto entendieron la palabra de Dios, el Espíritu Santo les mostró su situación, tomaron decisiones y una de ellas fue que el 12 de octubre se bautizarían. Sabíamos que Dios había intervenido para que no nos fuéramos de ahí, y desde el momento en que vimos estas dos almas, entendimos por qué Dios nos quería ahí por un tiempo más. |
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