Diferencia entre revisiones de «Atotonilco, Guanajuato»

Aconteció en el año 1980 que una hermana del poblado de Atotonilco, se fue a vivir a la Cd. De Torreón Coahuila. Su nombre es Beatriz Ceniceros Zúñiga. Ella conoció el evangelio allá en esa ciudad y fue bautizada en el nombre de Jesucristo.

Enseguida regresó a su tierra natal, con el propósito de compartirles a sus familiares de la palabra de Dios.  

Beatríz Ceniceros empezó a evangelizar y logró que dos de sus parientes se bautizaran. Una de ellas fue su mamá de nombre Aurora Zúñiga Vital y Ester Ceniceros Zúñiga una de sus hermanas. Ellas tuvieron que trasladarse hasta la Cd. De Torreón para ser bautizadas, pues no se encontraba un pastor en Atotonilco. Y fueron bautizadas el 29 de agosto de 1981. El pastor que las bautizó fue el hermano Simón Barrientos y visitaron la comunidad de Atotonilco, con el propósito de seguir sembrando el evangelio, lo cual asistieron tres veces a este lugar. Y lograron bautizar a tres hermanas el 29 de noviembre de 1983. Sus nombres son Rebeca Weber Ceniceros, María Ceniceros y Ana María Ávila Sarinana. También a ellas las bautizó el hno. Simón Barrientos. Completándose así un número de seis hermanas bautizadas.

El hno. Ríos, pastoreó la Iglesia hasta el 27 de julio de 1992. Para esa fecha el hermano J. Refugio Ortiz Vega, ya había sido ordenado al ministerio.  

El hermano Ortiz se dedicó a Evangelizar las comunidades cercanas, siendo estas: El Tanger, Mesillas, Norias y S. Francisco. Como no tenía vehículo, lo hacía en un caballo o en bicicleta. Quedó él, como pastor el 30 de julio de 1992. Y a la fecha del 5 de noviembre del presente, todavía está como pastor de esta Iglesia.

Corría el año 1985 en el mes de marzo, cuando se comenzó a construir el primer templo. El grupo que trabajaba era el hermano Refugio Ortiz, su esposa Cleotilde Zarazúa y su hija Alicia Ortiz. Había escasez de todo, menos de entusiasmo y energía. Ese templo fue construido en tres meses y medio. Fue algo muy difícil, ya que el hno. Ortiz no contaba con vehículo para transportar el material y él no sabía nada de albañilería. Jesús Ortiz hermano carnal del hermano, era quien le ayudaba a levantar las esquinas. Que en ese entonces todavía no era bautizado. La foto de abajo es del templo cuando se empezaba.

El terreno que pertenece al templo, son 580 m cuadrados. La mitad de este terreno lo donó Refugio Ortiz, la otra parte lo compro la Iglesia.

En el poblado de Atotonilco, los primeros seis años fueron de bendición y de gran avivamiento, se celebraban el día 30 de octubre y después se cambió la fecha al 16 de septiembre. Comenzaron los pleitos y desacuerdos entre los que no querían trabajar y los que si querían. Ya que el trabajo se le cargaba a unos cuantos hermanos. Por esa razón el hno. Refugio Ortiz mejor ya no quiso seguir celebrando los aniversarios.

Cuando se dejó de celebrar los aniversarios, entonces nos dedicamos a hacer campañas; solo que al estilo Asamblea de los Estados Unidos. Ya que el hermano Ortiz se bautizó allá y traía ese sistema. Así que solo se hacía un culto por la tarde en lugar de 3 o 4 días. Así, se hacía mas liviano tanto en gasto como en cansancio.

En la Cd. de Chicago, Illinois. Había seis ministros en la Asamblea Apostólica, todos ellos son del poblado de Atotonilco. Algunos de ellos han sido fundadores de grandes congregaciones, que comenzaron desde abajo. Y han logrado, con la guianza de nuestro Dios, grandes victorias.

Todos estos pastores, fueron los que nos estuvieron apoyando en las campañas, que siempre fueron de Evangelismo y Derramamiento del Espíritu Santo.

El grupo musical es el mismo que empezó desde el principio, se compone de: Javier Padilla Ceniceros (guitarrista), Emeterio Torres (acordeonista), Julia Vega Castañeda (bajo eléctrico) y un reciente integrante Arturo Salas Espino (batería).

La Iglesia de Atotonilco, pertenecía al presbiterio de Caopas en ese entonces. Se llevaron a cabo eventos al aire libre en El Tanger, San Francisco, Mesillas y comunidades circunvecinas. Y en una ocasión que predicaba el hno. Eugenio Ceniceros, una mujer que se llama Francisca Espino, era una líder en la iglesia católica, para nosotros era difícil sacarla de allí, porque era una de las grandes, pero para el Señor era algo sencillo. Ella con el deseo de acercarse a oír no se animaba por temor al qué dirán, pero allá detrás de una esquina estaba oyendo y allí comenzó a sentir diferente por saber más de la palabra de Dios. Días después fue bautizada, después logró que un hijo de ella se bautizara y ahorita es el músico de la batería.