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El cambio pastoral se dio en un ambiente agradable. La Tercera Iglesia se encontraba en una nueva actitud y no se opuso al cambio de pastor. En el 1980 llega el hermano Abel Zamora, junto con su esposa, la hermana María Guel, y le es entregada la iglesia por el hermano Salvador Rodarte Puente. Ahora la iglesia comenzaba a tomar un nuevo rumbo; se iniciaron nuevas estrategias y nuevos ajustes. A los cultos de barrio ahora se les llamaban cultos familiares en los hogares; las fraternidades tomaron una nueva dinámica; pero todo se hizo con el fin de extender el Reino de Dios de una mejor manera. | El cambio pastoral se dio en un ambiente agradable. La Tercera Iglesia se encontraba en una nueva actitud y no se opuso al cambio de pastor. En el 1980 llega el hermano Abel Zamora, junto con su esposa, la hermana María Guel, y le es entregada la iglesia por el hermano Salvador Rodarte Puente. Ahora la iglesia comenzaba a tomar un nuevo rumbo; se iniciaron nuevas estrategias y nuevos ajustes. A los cultos de barrio ahora se les llamaban cultos familiares en los hogares; las fraternidades tomaron una nueva dinámica; pero todo se hizo con el fin de extender el Reino de Dios de una mejor manera. | ||
[[Archivo: Hno abel y hermanas moreno.jpg|400px|thumb|REV. ABEL ZAMORA Y LAS HERMANAS MORENO]] | |||
Algo que caracterizó mucho el matrimonio y el pastorado del hermano Zamora y la hermana María Guel fue su trabajo en equipo. Ambos sabían compensar sus capacidades y eso los hizo fuertes siempre; hasta en las labores que el hermano Zamora desempeñaba en la Mesa Directiva General se veía reflejada esta manera de trabajar. Siempre se les veía juntos, visitando, en el templo y por la calle. Al hermano Zamora se le admiró, y se le sigue admirando, su carácter. Era un hombre con decisiones firmes; era muy amable, educado y amoroso con la iglesia; pero cuando se trataba de hablar fuerte, también lo sabía hacer. Tenía un gran carisma para todos: socializaba con los niños, los jóvenes, adultos y con los ancianitos. Amaba mucho a la iglesia y se dedicaba a ella con gran pasión. La hermana María tenía, y sigue teniendo, una gran capacidad de liderazgo; siempre iba al frente de los proyectos y los impulsaba con gran entusiasmo. | Algo que caracterizó mucho el matrimonio y el pastorado del hermano Zamora y la hermana María Guel fue su trabajo en equipo. Ambos sabían compensar sus capacidades y eso los hizo fuertes siempre; hasta en las labores que el hermano Zamora desempeñaba en la Mesa Directiva General se veía reflejada esta manera de trabajar. Siempre se les veía juntos, visitando, en el templo y por la calle. Al hermano Zamora se le admiró, y se le sigue admirando, su carácter. Era un hombre con decisiones firmes; era muy amable, educado y amoroso con la iglesia; pero cuando se trataba de hablar fuerte, también lo sabía hacer. Tenía un gran carisma para todos: socializaba con los niños, los jóvenes, adultos y con los ancianitos. Amaba mucho a la iglesia y se dedicaba a ella con gran pasión. La hermana María tenía, y sigue teniendo, una gran capacidad de liderazgo; siempre iba al frente de los proyectos y los impulsaba con gran entusiasmo. |
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