2a Hermosillo, Sonora

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HISTORIA DE LA SEGUNDA IGLESIA APOSTOLICA DE LA FÉ EN CRISTO JESÚS.

ETAPA FORMATIVA

La Segunda Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús fue un objetivo comprometido dentro de las actividades de evangelización organizadas en la Primera Iglesia de Hermosillo a principios de la década de los 60’s; con gran entusiasmo y dedicación aunque de manera muy precaria, en aquellos primeros años de Iglesia cristiana en la capital de Sonora algunos cultos se celebraron en la casa del hermano Hilario Chávez Ripalda, situada en la esquina suroeste de las calles Leandro P. Gaxiola y Camelia en la actual Colonia “Santa Isabel; en aquel entonces atendía los llamados cultos foráneos el pastor Silverio Sánchez a quien se le debe la primera intención de formalizar un templo en este sector norte de Hermosillo.

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Localización de la casa del hno. Hilario Chávez y el templo de la Segunda Iglesia en Hermosillo, Son

La intervención del hermano Hilario Chávez Ripalda fue determinante para llevar a cabo la idea de un templo, y es oportuno declarar que fue por su entusiasmo evangelizador que el proyecto de la Segunda Iglesia cobró vida y se mantuvo hasta su consolidación; el hermano Chávez comenta: “… todos nos criticaron porque compramos un terreno al municipio bastante alejado de las viviendas… ¿quién iba a venir al templo tan lejos en un terreno lleno de lagartijas y choyas?; … pero estaba seguro que con el pasar de los años se llenaría de almas como verdaderamente sucedió…”.

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Esquina suroeste de Camelia y Leandro P. Gaxiola, antigua casa del hermano Hilario Chávez Ripalda.

El testimonio del hermano para tomar el camino en las cosas de Dios es muy especial; con el rostro lleno de emoción declara: “… era una persona muy agresiva con todos los defectos del mundo; muy dado a las peleas y a las copas, juegos de azar y todo lo que un hombre apartado de Dios puede hacer; incluso en mis tiempos de juventud aprendí lucha libre y a boxear lo cual aproveché muy bien para ganar cantidad de pleitos callejeros, pero un día sucedió allá en un campo agrícola de la Costa de Hermosillo donde trabajé algún tiempo, que en una de tantas trifulcas sin querer hacerlo lastimé seriamente a un amigo muy especial para mí. Al día siguiente todos me dijeron que con los golpes le había apagado un ojo… ¡que se lo había reventado! y una vez más vi a mi esposa llorar amargamente… ¡ni siquiera me acordaba lo que había hecho la noche anterior!... Ese domingo me dirigí al trabajo pues habían solicitado mis servicios de tractorista, y apesadumbrado en un momento de esa mañana solo en el campo lleno de coraje clamé a Dios… por primera vez sentí compasión por alguien y arrepentimiento por lo que le había hecho… arriba del tractor quebrantado grité al Señor desde el fondo de mi corazón para que hiciera un cambio en mí… ¡no podía seguir con esa vida!... El Señor misericordioso escuchó inmediatamente mi ruego y desde aquel entonces fui un hombre entregado a la vida cristiana; dejé vicios, malos hábitos y por gracia de Dios mi amigo no tuvo gran problema, su ojo sanó y desde ese momento comencé este hermoso camino al lado del Señor hace 50 años”.


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Hermano Hilario Chávez, pionero de la Segunda Iglesia Apostólica de Hermosillo.

El hermano Chávez no solo entró al camino de Dios, sino que se convirtió en un hombre con el don de evangelizar; con mucho entusiasmo comenta: “… yo caminé por todas partes en la zona serrana llevando la palabra de Dios; cantaba las hermosas alabanzas del himnario acompañándome de la guitarra... Después de dejar el trabajo en el Campo María del Carmen, me vine a Hermosillo y rápidamente con ayuda de mis hermanos de la Primera Iglesia encontré trabajo de albañil, con el tiempo me convertí en un contratista exitoso y eso ayudó bastante a la obra de Dios, pues participé activamente en la construcción de varios templos de la sierra e incluso en el de la Segunda Iglesia. Como misionero y pastor llegué a bautizar como a 60 hermanos en 8 meses”. Por aquel entonces la ciudad mayor de Sonora contaba por lo menos con una población de 150 mil habitantes y el trabajo misional empezaba a tomar forma con la construcción de esta Segunda Iglesia Apostólica; los registros hacen constar la fecha de inicio de actividades en aquel 6 de marzo de 1963, aunque los archivos indican que hasta 1968 se constituyó la primera mesa directiva; la de dorcas quedó bajo el cargo de la hermana Albertina Valenzuela Parra (Presidenta), hermana Guadalupe de Chávez (Vice-Presidenta), hermana Luz de Revilla (Sec-Tesorera) contándose entre algunos miembros a las hermanas Lucía de Magdaleno, Mercedes de Ruiz, Guadalupe Caperón y Amalia Martínez; la Iglesia quedó a cargo del Pastor Rafael Revilla y asistieron a la ceremonia de toma de protesta el Obispo del Distrito el Rev. Blas González Aguilar, así como la Presidenta de la Federación de Dorcas hermana Tomasa de López. Los ministros que ayudaron al primer pastor fueron los hermanos Hilario Chávez, José Magdaleno y Crispín Molinares.

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Templo Antiguo ubicado por la Avenida Isabel La Católica; el hno. Hilario Chávez comenta: “…hicimos una puerta a modo de cruz, para simbolizar la entrada al templo como la entrada a Cristo…”.


Construir un templo en el predio ubicado en la esquina de las calles Leandro P. Gaxiola e Isabel La Católica sería una tarea larga y difícil; la hermana. Gloria Molinares comenta: “… me tocó estar presente en aquel momento cuando caminamos de la casa del hermano Hilario al sitio donde quedaría el templo; era apenas una niña cuando acompañé a mi papá Crispín junto con otros amiguitos para ver el terreno. Fui testigo cuando excavaron el primer hoyo para levantar el tejabán que iniciaba las actividades de construcción…”.

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Pastor Jesús Corrales.

Con mucho entusiasmo se iniciaron los trabajos para conseguir fondos a fin de levantar al menos una estructura a base de madera y cartón negro; tiempo después se construyó un pequeño salón con muros de ladrillo trabajando arduamente aquellos primeros jóvenes de la Segunda: Clara Aurelia Martínez Valenzuela, Librada Molinares Llanes, Gloria Ruth Molinares LLanes, Elisa Magdaleno Lozano y Lucina Acosta Hernández, entre otras. Además de aportaciones en dinero de algunos hermanos, las actividades relacionadas con la venta de antojitos mexicanos poco a poco iban acrecentando el capital necesario para aquella primera construcción; la hermana Albertina organizó algunas rifas para apoyar los trabajos y algunas dorcas con habilidad para trabajos de costura también pusieron su granito de arena al ofrecer sus servicios, una evidencia del esfuerzo conjunto por hacer realidad una nueva Casa de Dios en la zona.


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Ceremonia de dedicación del primer templo, presidida por el Obispo Presidente Manuel J. Gaxiola y el Obispo Distrital Fidel Goméz Ávalos.


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El Obispo Presidente derramando aceite de unción sobre el altar.

Después del pastor Revilla, continuarían Lucio Urías, Angel Salomón, Jesús Corrales, Francisco García Lapisco, Matías Jiménez Sánchez, Samuel C. Cota Sánchez, Eduardo Soto Sánchez, Eleazar Reyes Rodríguez, Samuel C, Cota Sánchez (2ª vez) y el actual Pastor Víctor Alemán Arreola desde el año 2006 en la Congregación. El trabajo evangelizador pronto rindió los frutos esperados; a comienzos de la década de 1980 algunas hermanas que se congregaban orgullosamente en la Segunda Iglesia fueron: Rhode de Corrales, María de Jesús Portillo, Graciela de Urías, Albertina Valenzuela, María de la O., Ma. Jesús Rodríguez, Rebeca de Campoy, Anita de Soto, Dora Cabanillas de Grijalva, Librada Hernández, Manuela Villa, Manuela Jiménez, Gloria Ruth de Martínez, Mercedes de Ruíz, Amalia Martínez, Ester de Amarillas, Carmen de Chénoweth, Amparo de Chénoweth, Idolina de Parra, Rosario de Búzame, Manuela de Búzame, Dolores de Búzame, Socorro de Miranda, María David de Camacho, Dolores de Estrella, Belén de Lerma, Petronila de García, Cristina Torres, Cecilia Santa Cruz de Gil, Esther Astorga, Regina de Estrada, Teresa de Lucero, Gloria de Macías, Aurelia de Altamirano, Rafaela Hernández, Benita de Castillo, Rebeca de Sierra, María Luisa de Molinares, Lucía de Magdaleno, Carmen Piña, Herlinda Domínguez de Quintero, Virginia de Murillo y Guadalupe de Alemán entre otras; damas que mencionamos con el único objeto de resaltar su vocación al servicio del Señor entregando su mejor esfuerzo para engrandecer a la Segunda Iglesia.