2a Guadalajara, Jalisco

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HISTORIA DE LA 2da IGLESIA APOSTÓLICA DE GUADALAJARA


AGRADECIMIENTOS

- A Jesús Nuestro Salvador, por la vida y el tiempo concedidos.
- A la Iglesia, quien nos brindó el apoyo y cooperación necesarios.
- A nuestro Pastor y ex Pastores, por su amable colaboración.
- A mi Equipo de Trabajo, sin el cual esto no hubiera sido posible.
- A mi hijo Moy, cuya valiosa labor permitió culminar esta Obra.
- A mis colaboradores voluntarios, quienes espontáneamente lo fueron.
- A dos familias por su aporte extraordinario: Los Piñón y los Valdovinos.
- A mi familia, por su comprensión y paciencia.


PRESENTACIÓN


La historia de la Segunda Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús de Guadalajara, Jalisco, contiene obviamente mucho más de lo que aquí se presenta. Y es que de muchos acontecimientos tanto positivos o negativos que son parte de esta historia, no existen registros escritos u otro tipo de fuentes que son pertinentes para el caso. Tales registros serían grabaciones, videos, y algo de material fotográfico. Resulta benéfico que las mismas personas que hemos vivido formando parte de la iglesia, unos en una época, otros en otra, todavía vivamos muchos y algunos, afortunadamente, con cierto grado de antigüedad importante. Sin embargo, dada la ausencia de crónicas escritas, es poco menos que imposible conservar en la mente todo lo que ha sucedido en esta congregación. Lo que aquí se consigna, es lo que por ahora se ha podido rescatar, por cierto con mucho esfuerzo por parte del Hermano Moisés Quintero Pelayo, a quién comisionamos para coordinar y hacer este trabajo; para él también nuestro agradecimiento.

Cuando algunos escuchan o leen en alguna parte: Segunda Iglesia Apostólica de la fe en Cristo Jesús de Guadalajara, es posible que piensen que se trata de una iglesia de “segunda calidad”, pero esto no es así. Es una costumbre en la Iglesia Apostólica, en su nivel General, que siempre que en una ciudad o población llega a haber más de una congregación, a cada una se le distingue por número: Primera, Segunda, Tercera, etc. Y este número corresponde al orden en el tiempo que fue constituida cada una en su calidad de congregación autónoma a la que denominamos Iglesia local. La Primera es la que se organizó primero; Segunda, la que fue establecida enseguida, y así sucesivamente. Así que la nuestra es la Segunda Iglesia de Guadalajara porque fue fundada, en orden, después de la Primera.

La historia de cualquier grupo humano es importante y las historias de la Iglesia, tanto en su entidad General, como en su constitución local, tiene un muy alto valor. Esto es porque por medio de la historia las nuevas generaciones conocen sus raíces, pueden observar los cambios favorables o desfavorables que se viven en cada momento, y les sirve como base empírica para evitar caer en errores que se hayan vivido y consecuentemente, aplicar lo que haya dado resultados positivos.

De los 100 años que la Iglesia Apostólica de la fe en Cristo Jesús en su nivel General está por cumplir en el año 2014, la Segunda Iglesia de Guadalajara, para entonces, habrá existido por 54 años, es decir 54% del tiempo de vida de la Iglesia a nivel General. Y es precisamente en éste nivel nacional en que la Iglesia empieza, a partir de la década de los Noventa, a mostrar cambios en algunas de las formas de ser y hacer, como en la liturgia y en la forma de vivir la vida cristiana. Esto, con el correr del tiempo, se ha ido generalizando y todo se ha dado sin que haya habido convenio alguno al respecto. No obstante, ésta Segunda Iglesia conserva mucho de lo que la Iglesia Apostólica, a nivel General, mantuvo desde la década de los Sesenta a la de los Ochenta.

Esperamos que la parte de la historia que aquí se describe sea de utilidad para todos aquellos que tengan el deseo y la oportunidad de leerla.


Que Dios les bendiga ampliamente

Rev. Gabriel López Favela.
PASTOR 2da IGLESIA DE GUADALAJARA



Escribir la historia de cualquier grupo social, no es tarea fácil. Debe contarse con actitudes y material que permitan al investigador formar un rompecabezas de elementos históricos y culturales que forjen su propia visión. La conducción del escritor permite al lector entonces, introducirse en un ámbito extraño para ir conociéndolo cada vez mejor. Por otro lado, escribir la historia de un Grupo Religioso, tiene ya otras características. Se trata de un ámbito en donde hay un conocimiento previo tanto del cronista como del lector y la exposición se convierte en una narración que toca fibras muy sensibles del sentir humano.

Finalmente, escribir la muy particular historia de una Congregación en donde el escritor y los lectores son protagonistas, tiene sus “aún más” específicas dificultades. La visión de quien narra los acontecimientos da a la historia un tinte personal que se presta a interpretaciones y críticas de lo más variado. En ese orden de cosas, ha tocado a nosotros, un grupo de cristianos heterogéneo en cuanto a edades, experiencias y extracciones socioculturales, expresar su visión y pensamientos a través de la palabra escrita y el estímulo visual.

Este honor nos llena de satisfacción aunque tal responsabilidad nos infunde un respetuoso temor. Sin embargo, nos encontramos dispuestos a enfrentar el reto porque creemos que conocer nuestro pasado y nuestro devenir histórico nos permite entender nuestra actualidad, logrando así una mayor plenitud de vida congregacional, familiar y espiritual. El presente trabajo no es el resultado de un esfuerzo personal sino el de un equipo de cristianos a los cuales me ha tocado el honor de coordinar y a quienes les estoy muy agradecido. Me permito expresar las gracias por el privilegio de comunicar el resultado de este trabajo a través de mis personales emociones y la palabra escrita.

Muy seguramente pareceremos parcos al tratar algunos asuntos y probablemente demasiado extensos en otros en opinión de algún lector. Este fenómeno es inevitable a pesar de nuestra buena fe. Quizá seamos injustos en algunos temas y demasiado severos al tratar detalles de otros asuntos que, sin embargo, deben ser expresados en aras de la verdad. Al mencionar personajes, la afinidad, la simpatía y la simple discrepancia de opiniones, puede que lastimen a alguien.

Pedimos y mucho agradeceremos la comprensión que se sirvan dispensarnos. Expresamos - desde luego - nuestras disculpas por cualquier sentimiento desagradable que pudiera surgir en alguna persona con el desempeño de nuestro trabajo. Deseamos con toda sinceridad, que esta pequeña unión de esfuerzos logre crear una mayor unidad de la Iglesia y un fraternal acercamiento entre nosotros para crecer en el amor del Señor. Seguramente será motivo de orgullo sabernos el producto del trabajo de cristianos sinceros que en su humildad solo quisieron servir y quienes con ello nos enriquecieron.

A toda la Iglesia, ¡Mil gracias por su amable cooperación! Al Eterno y solo Dios, se le dé el mérito que alguien aquí pareciera merecer. Él es el único digno de la honra y el motivo de nuestra alabanza.

Su privilegiado servidor y Consiervo en el Señor.

Hno. Moisés Quintero Pelayo




LA HISTORIA POR DÉCADAS



CAPÍTULO 1

DÉCADA DE LOS CINCUENTAS




En el principio.....

Corrían los primeros años de la década de los Veintes del siglo pasado. Una jovencita de 16 años, Sara Torres, se ve en la necesidad de casarse para evitar ser víctima de los facinerosos de la Guerra Cristera. De esta unión nació Salvador Valdovinos el 16 de Junio de 1922. Su joven madre renuncia a vivir con el hombre que le diera este hijo y se une en 1929, seis años después, con otro hombre joven, Luciano, originario de Zapotlán del Rey, hoy Ciudad Guzmán, Jalisco. Luciano Nació el día 4 de Enero de 1904.

Encontramos muchos años después a esta pareja, en la década de los Cuarentas, de visita en la casa de Salvador - hijo único de Sara - en Los Mochis, Sinaloa. Él insiste en hablarles de la Biblia y doctrinas ajenas a su tradición religiosa. Se resisten pero, al fin madre, ella condesciende y empieza a tomar en serio lo que ahora le parece tener sentido. Se regresan a Jalisco, tierra natal de ambos, y finalmente empiezan a congregarse en la Iglesia de Guadalajara por recomendación de su hijo, quien irónicamente resultaría ser su padre en el Evangelio, cuando ellos decidieron aceptar al Señor a la manera Apostólica.

En la Iglesia, se encontró la pareja con un hombre diez años menor que ellos quien coincidentemente resulta ser su vecino en la Colonia del Fresno de esta ciudad. Hombre dinámico y sencillo, Juan Murillo empieza a trabar cierto grado de amistad con ellos. El hermano Juan, bautizado en Mazatlán y con poco tiempo de haber sido ordenado al Ministerio en Sinaloa, se había trasladado a esta ciudad por las necesidades de su patrón, el Ferrocarril del Pacifico. Platicando - para lo que el hno. Juan era muy bueno - se dan cuenta que hay además, otros asistentes provenientes de la misma Colonia del Fresno y empiezan a madurar la idea de reunirse allá para evitar sus largos viajes entre semana desde aquella Colonia hasta la Calle 32 del Sector Libertad de la Ciudad.

Consultado al efecto, el entonces Pastor, Rev. Manuel Ramírez, autoriza que lo hagan así y que tengan reuniones entre semana para evitar los traslados. Los domingos acudirían a su servicio habitual en la Calle 32. Luciano y Sarita ofrecen su casa, situada en la esquina de las calles Naranjo y Eucalipto de la propia Colonia del Fresno, y acuerdan iniciar Cultos Barriales de inmediato. El día 10 Martes, día 10 de enero del año de 1950, realizan el primer Culto de Barrio que eventualmente daría origen a lo que hoy es la Segunda Iglesia Apostólica de Guadalajara. Este esfuerzo evangelístico tuvo entre los primeros asistentes al Hermano Timoteo Torres, la Hermana María Mota y su hijo Efrén, así como a los propios anfitriones Luciano y Sarita. También asistían Abel y Rebeca Valdovinos, hijos de crianza de ésta pareja. Les presidía el propio Hermano Juan Murillo a quien acompañaba su numerosa familia.

Eventualmente les acompañaba el Ministro de la Iglesia local, el Reverendo Lorenzo Varela.

Tras unos meses de reuniones del Grupito, llega una gran alegría, ¡los anfitriones deciden ser bautizados! Es el Pastor, Hno. Manuel Ramírez, quien consagra el enlace matrimonial y administra el bautismo a la pareja el día 24 de Junio de 1950. Ambos sacramentos se celebran el mismo día, en la actual Primera Iglesia. ¡Qué gozo albergaba en su pecho el Hermano Salvador Valdovinos!

Los Hermanos de la Colonia del Fresno no lo sabían, pero otro gran hombre de nuestra Congregación estaba en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa a punto de entregar su vida al Señor. El día 27 de Agosto de 1950, es bautizado Onésimo Ponce, notable Hermano a quien tendríamos entre nosotros unos quince años después. Al año siguiente, el día 24 de Marzo de 1951, el Hermano contraería nupcias con la Hna. Bertha Burgueño, una jovencita bautizada en la misma ciudad unos tres años antes. Ese mismo año de 1951 pero aquí en Guadalajara, el día 15 de Septiembre, el Hermano Juan Murillo Frías - tras fugaz noviazgo - también une su vida a otra gran mujer, la Hermana Dominga Rodríguez, a quien conoció en la población Jalisciense de Magdalena.

Antes que finalice el año de 1951, en las lejanas tierras Norteamericanas del Estado de California, se bautiza el Hermano Jesús

Jiménez Cano, el día 21 de Octubre. Este Hermano, quien actualmente es un anciano de 92 años y se congrega con nosotros, habría de visitarnos en ésa misma década y en los años Sesentas. Su vida y testimonio son muy interesantes. Los Estados Unidos han sido siempre un destino de muchas personas que han regresado ya convertidas a nuestro país y han dado origen a Iglesias completas. En el caso del Hermano, casi enseguida también regresó a su patria chica, nuestro Estado de Jalisco.

La Obra en la Colonia del Fresno continúa su trabajo, y el año de 1953 el Grupito decide comprar un terreno para hacer las celebraciones de Culto. Los Hermanos Sarita y Luciano le venden una fracción de su propiedad de 6 metros de frente por 12 de fondo. El predio estaba marcado con el número 360 de la Calle Naranjo y hoy tiene el Número 1516. La venta de la propiedad, sin embargo, no se formaliza sino hasta unos años después, dado que el trámite implicaba gastos que de momento no podían los Hermanos sufragar, además de que la posesión plena no corría peligro por estar ésta en manos de la propia familia López Torres.

En Diciembre de 1954 es bautizado otro ilustre miembro de nuestra Congregación, el Hermano Jorge Covarrubias Lozano, originario de Zacatecas. Le impartió el sacramento el entonces Pastor de la Iglesia, Reverendo Luciano Bojórquez. Al año siguiente toca al Hermano Jorge Covarrubias vivir de cerca la experiencia de la muerte del pastor Benito Peña Cortés, quien fuera asesinado En Huitzila, Zacatecas. Tocó a este notable Pastor realizar una actividad especialmente honrosa para la Segunda. Fue él quien inició al Ministerio a otro gran hombre que ya descansa en el Señor. Me refiero a nuestro muy querido ex Pastor y suegro mío, el Hermano Vicente Moreno Reyes. La muerte del Hno. Peña Cortés, según el epitafio sobre su tumba - lo cual tuve la buena suerte de leer personalmente sobre ella - ocurrió el día 20 de Diciembre de 1955. Notorio es, además, que el Hermano Jorge Covarrubias fue el principal testigo del martirio. La hermana Goyita Viuda de Covarrubias, tiene los vívidos recuerdos contados por su esposo y algunos objetos como memorial del infausto acontecimiento.

En Contraste, este año también fue escenario de felicidad para unas parejas con importancia histórica para nosotros. Sin ser bautizados aún, al declarado enamorado de su terruño Zapopano, el señor Salvador Ruvalcaba, y a la señorita María de Jesús Presaz, les unió el vínculo matrimonial el día 12 de Septiembre de 1955. Solo unos días antes, el día 27 de Agosto, otra feliz pareja contrajo nupcias en esta ciudad. Se trataba del señor José Vázquez Juárez y María Esther Ramírez. Ellos aceptarían al Señor según nuestra doctrina ¡Cincuenta años después!

En Mazatlán, Sinaloa, ya para terminarse la década de los Cuarentas, se había convertido y bautizado el Hermano Santana Barraza. Después de pastorear algunas Iglesias, llega a Ruiz, Nayarit, como Asistente de Pastor del Hermano José Avalos, quien pastoreó allí de 1951 a 1956. Durante este tiempo el Hermano Santana contrae matrimonio con la Hermana Ernestina Gándara, quien vivía en Santiago Ixcuintla, y pide él a su patrón, el Ferrocarril del Pacífico, su cambio a Guadalajara. El cambio le es concedido y en este mismo año de 1955 llega con su familia a la Iglesia de Guadalajara y atiende la Obra de la Colonia del Fresno en compañía del Hermano Juan Murillo y otros Ministros.

Llega el año nuevo, 1956 y durante éste el Hermano Jorge Covarrubias decide irse a vivir a San Martín Hidalgo, Jalisco, en compañía de su familia. Se congregan en ese lugar por poco más de 20 años. El festivo día 16 de Septiembre, celebrando la independencia de México, simbólicamente se independizan de este mundo para recibir el bautismo el mismo día, nuestros Hermanos Salvador Ruvalcaba Bravo y María de Jesús Presaz Garín, en la Iglesia de Guadalajara. Felices declaran que su bautismo - inolvidable para ellos - fue efectuado a las cinco de la tarde por el Hno. Oscar Hill Olguín. Más precisión, pienso yo, ¡Es pedir demasiado!

Como producto del trabajo evangelístico del Grupito de la Colonia del Fresno, el 24 de Diciembre de 1956 el Rev. Oscar Hill celebra el bautismo de la Hermana Carmen Dávalos, originaria de San Juan de los Lagos, Jalisco, a quien evangelizó el Hermano Santana Barraza. Ella continúa como Miembro de la Segunda en la actualidad aunque solo acude esporádicamente porque a su esposo, quien no se ha convertido a la fe Evangélica, no le agrada relacionarse con nuestra Membresía.

La Hermana Sarita tenía en sus instalaciones una serie de pequeños cuartos para rentar y daba asistencia alimenticia, con lo que contribuía a la economía familiar. Fue en uno de esos cuartos, en donde se alojó un hombre joven llamado Modesto Núñez. El joven ya había empezado a ser evangelizado en su natal Tapalpa por un humilde empedrador de calles conocido como “el Hermano Blas” cuyo origen denominacional él no recuerda. Cuando perdió contacto con su evangelizador se empezó a reunir con los Testigos de Jehová hasta que llegó a vivir a Guadalajara en donde la Hna. Sarita culminó la labor y el Hermano Modesto fue bautizado por el Rev. Francisco Moreno el día 21 de Abril de 1957. Unos meses antes, la Nochebuena de 1956, los hermanos Pedro Núñez y María de Jesús Manzano, sus padres, habían bajado a la pila bautismal compartiendo la alegría de la hermana Carmen Dávalos. El Hermano Sixto Medina, Asistente de Pastor, había administrado unos tres años antes el bautismo a la jovencita de 13 años, Magdalena Rea, señorita Guanajuatense con quien en la próxima década el Hno. Modesto se casaría.

El día 27 de Octubre de 1957 es bautizado por el Hermano Francisco Moreno el Hermano José Guadalupe Dávila, originario de Cocula, Jalisco, cuando éste contaba con 45 años de edad. El Hermano Lupe tenía un espíritu de servicio notable. Era obrero de profesión pero tenía amplios conocimientos de Albañilería. Nunca se logró que algún miembro de su familia se convirtiera pero nos recibían bien cuando les visitábamos. La esposa del Hermano, la señora María Luisa García, le tenía especial afecto al Hermano Vicente Moreno Reyes.

El año siguiente, dado que la Membresía local había crecido no solo con los Hermanos protagonistas citados, sino con algunos otros de quien se me escapan los nombres o no tengo fuentes para citarlos, el Grupo decide que ya tienen la capacidad para formalizar la compra del terreno en donde se llevan a cabo las reuniones. El Hermano Francisco Moreno, dispuesto a luchar porque ya quede organizada la Segunda Iglesia, pide se formalice la compra. El documento se firma el día 27 de Febrero de 1958 Ante la fe del Notario No. 39 de esta ciudad Capital, quedando el predio bajo el pleno dominio de la Iglesia. Las Escrituras fueron firmadas por Sarita Torres como vendedora y como compradores firman los Hermanos Maclovio Gaxiola López y Francisco Moreno Flores. El documento original está en poder de esta Comisión Histórica por cortesía de la señora Rebeca Valdovinos.

Otra notable familia de nuestra Iglesia se consolida el día 2 de Agosto de 1959. Los Hermanos Raúl García y Eliodora Duarte, contraen nupcias en Ciudad Obregón, Sonora, aunque no se vienen a congregar de inmediato.

Entre los congregantes de la Iglesia, y que también se reunía en la Colonia del Fresno, se encuentra el Hermano Margarito Peña, quien era Maestro Albañil. Fueron él y el Hno. Catarino Gutiérrez, quienes pusieron la bóveda del templo en la Calle 32 cuando la Iglesia era pastoreada por el Hermano Francisco Moreno, ya para terminarse los años Cincuenta. Al Hermano Modesto Núñez le honra haberles servido de peón, según lo declara hoy con mucha satisfacción. El Hermano Margarito Peña ya descansa en el Señor y al escribir la presente narrativa, el Hermano Catarino continúa militando en la Iglesia combatiendo aún.

Estos primeros diez años de nuestra Congregación recibimos el apoyo Ministerial de los Hermanos Juan Murillo y Santana Barraza, auxiliados por los Ministros de la entonces única Iglesia de Guadalajara entre los cuales se contaba al Hermano Timoteo Torres, padre del hermano Elías Torres, fundador de la numerosa familia que nos ha sido tan querida y que nos ha legado a un fiel servidor actual, el sencillo Ministro Eliseo Torres quien continúa sirviendo en esta Congregación. Esta década puede considerarse como la gestación de la actual Segunda Iglesia pues nace como tal después de unos diez años de vida grupal como Misión de la actual Primera Iglesia de Guadalajara.