El Ocotito, Guerrero

La historia de la iglesia de Ocotito es un testimonio de lucha y fe. Sus miembros actuales tienen muy presente que la vida cristiana implica batallar, y es a través de esas pruebas y desafíos que la iglesia se ha levantado para ser parte de la historia que hoy conocemos.

Pioneros

En 1992, el hermano Donato Avilés, por motivos de trabajo, viajó a Ensenada, Baja California. Allí fue bautizado en el nombre de Jesucristo por el pastor Marco Antonio Angulo. Lleno de emoción y convicción, regresó a Ocotito para compartir su experiencia y este precioso mensaje de salvación.

Su esfuerzo en la predicación resonó, y sus hermanos y hermanas comenzaron a reunirse en casa de su hermana Petra. Contaron con la ayuda del pastor Apolinar Hernández, quien desempeñaba su labor pastoral en El Playón, Guerrero. A esta historia se unieron otros hermanos que colaboraron y mantuvieron la misión en ese momento, como el pastor Hermilo Palma, Antonio Ontiveros y Ambrosio Carbajal.

Organización

Fue en 1997 cuando, contando ya con aproximadamente 30 hermanos bautizados, la congregación fue declarada oficialmente iglesia por el obispo Jonathan Rentería. El pastor Apolinar Hernández quedó al frente y entregó la iglesia en 2003 al pastor Marcelino Morales García, quien estuvo en el cargo hasta 2010.

Por motivos de cambios pastorales, el pastor Alejandro Romero recibió la iglesia y, a su vez, la entregó a Luis Manuel Morales Wipez en septiembre de 2011. En ese momento, Luis Manuel era diácono de la iglesia de El Playón, Guerrero.

Con la visión de iniciar una iglesia nueva y transformada, estas líneas resumen lo que ha sucedido a lo largo de los años. Valoramos profundamente lo vivido por quienes hemos mencionado y también por aquellos que ya no están con nosotros. Tenemos presente que el pasado es una experiencia importante que nos permite entender nuestro presente y mirar hacia el futuro con esperanza.