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La Iglesia Apostólica de San Ignacio, no solo crecía numéricamente, al igual que el resto de las iglesia del país, participaba como benefactora con sus miembros para llevar el evangelio a otros lugares de México y otros países. Había hombres y mujeres valientes que convencidos de su ministerio misionológico obedecieron al llamado de Dios, dejando todo para irse a predicar a tierra lejanas Palabra de Dios. Para ello se recababan fondos, se hacían compromisos voluntarios para ayudar a cubrir algunas necesidades de los misioneros y evangelistas apostólicos. En ese entonces se costumbre la visitación a las diferentes iglesias por parte de la comitiva para vender unos certificados que les llamaban benefactores, con anticipación se preparaba a la iglesia cual era el objetivo a tal visita y sus propósitos. Igual se organizaban espontáneamente en grupos para hacer actividades. La mayoría de los miembros respondía al llamado, convirtiéndose en un benefactor, con la plena convicción de esparcir las buenas nuevas a aquellos que aún no las han escuchado. Deseaban de todo corazón que el evangelio de Jesús fuera presentado de una manera real a las almas a las que no podían ir; sentían la carga que el Señor había puesto en ellos, era un ardiente deseo de ser partícipe. También se hacían actividades de ventas de antojitos para beneficio de los soldados de su Santo ejército. Se planeaba un culto en donde se entregaban los fondos y se cantaba en fraternidades. Quien dirigía los cantos en la fraternidad de dorcas era la hermana Alba de Fierro.[[Archivo:9_EN_ESTA_FOTOGRAFIA_SE_APRECIAN_LAS_HERMANAS_ISABEL_NOLASCO,__ROMANITA_SOTO,_DOÑA_CHABELITA_AYALA,_MANUELA_DIAZ,_TRINIDAD_SALAZAR,_ETC._DIRIGIENDO_LA_ALABANZA_LA_ESPOSA_DEL_PASTOR_ALBA_DE_FIERRO..jpg|400px|thumb|left| | La Iglesia Apostólica de San Ignacio, no solo crecía numéricamente, al igual que el resto de las iglesia del país, participaba como benefactora con sus miembros para llevar el evangelio a otros lugares de México y otros países. Había hombres y mujeres valientes que convencidos de su ministerio misionológico obedecieron al llamado de Dios, dejando todo para irse a predicar a tierra lejanas Palabra de Dios. Para ello se recababan fondos, se hacían compromisos voluntarios para ayudar a cubrir algunas necesidades de los misioneros y evangelistas apostólicos. En ese entonces se costumbre la visitación a las diferentes iglesias por parte de la comitiva para vender unos certificados que les llamaban benefactores, con anticipación se preparaba a la iglesia cual era el objetivo a tal visita y sus propósitos. Igual se organizaban espontáneamente en grupos para hacer actividades. La mayoría de los miembros respondía al llamado, convirtiéndose en un benefactor, con la plena convicción de esparcir las buenas nuevas a aquellos que aún no las han escuchado. Deseaban de todo corazón que el evangelio de Jesús fuera presentado de una manera real a las almas a las que no podían ir; sentían la carga que el Señor había puesto en ellos, era un ardiente deseo de ser partícipe. También se hacían actividades de ventas de antojitos para beneficio de los soldados de su Santo ejército. Se planeaba un culto en donde se entregaban los fondos y se cantaba en fraternidades. Quien dirigía los cantos en la fraternidad de dorcas era la hermana Alba de Fierro.[[Archivo:9_EN_ESTA_FOTOGRAFIA_SE_APRECIAN_LAS_HERMANAS_ISABEL_NOLASCO,__ROMANITA_SOTO,_DOÑA_CHABELITA_AYALA,_MANUELA_DIAZ,_TRINIDAD_SALAZAR,_ETC._DIRIGIENDO_LA_ALABANZA_LA_ESPOSA_DEL_PASTOR_ALBA_DE_FIERRO..jpg|400px|thumb|left|CULTO DOMINICAL. DIRIJIENDO LA ALABANZA LA HNA. ALBA DE FIERRO (ESPOSA DEL PASTOR). DORCAS UNIFORMADAS CANTANDO: ISABEL NOLASCO, ROMANITA SOTO, MANUELA DIAZ, DOÑA CHABELITA AYALA, TRINIDAD SALAZAR, ETC.]] | ||
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