Confederación Femenil “Dorcas”

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La naturaleza de la Iglesia de Jesucristo, según la Biblia, es la de un organismo vivo (1 Co. 12.27), libre de patrones o formas rígidas que puedan impedir su crecimiento integral; sin embargo por ser culturalmente a la vez una entidad social, requiere de estructuras institucionales congruentes a dicho carácter orgánico-carismático para su adecuado funcionamiento en el cumplimiento de la misión del Señor. Dicha evolución y adaptación natural ocurrió con la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (IAFCJ en adelante) desde su fundación, su desarrollo y hasta el presente respecto a la estructuración, conservación y reproducción de los creyentes pertenecientes a la fe apostólica.

En consecuencia, surgió en su momento la necesidad de mantener debidamente organizadas orgánicamente y unidas en propósito a las señoras de la Iglesia integrándolas primero como sociedades y luego como fraternidades femeniles. Posteriormente al multiplicarse éstas, integraron sucesivamente lo que se llamó federaciones regionales, luego distritales y finalmente constituyeron la Confederación de Sociedades Femeniles “Dorcas” de la IAFCJ en la República Mexicana (CSFD en adelante). A continuación se relata este proceso vivido durante poco más de sesenta años (1948-2011) de existencia desde su constitución.

La Dinámica (1914)

Resulta maravilloso descubrir la semejanza del nacimiento de la iglesia primitiva según el Nuevo Testamento con el inicio del movimiento unipentecostal del cual surgiría poco después la IAFCJ. El símil consiste en que así como Hechos de los Apóstoles registra que el Espíritu Santo se derramó en los 120 discípulos que estaban reunidos en el aposento alto, lo mismo sucedió con la manifestación en Villa Aldama, Chihuahua, México, el 1 de noviembre de 1914, cuando 12 familiares de Romanita de Valenzuela fueron llenos del mismo poder del Espíritu Santo. Ambos grupos estaban simplemente orando y compartiendo la palabra de Dios y el Señor se manifestó. El aprobó y confirmó en esa forma, la fe y el trabajo evangelizador que el pueblo del nombre y en particular las mujeres apostólicas siguen realizando en la actualidad. Admitimos según Efesios 2.20-22 que estamos “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”, pero no dejamos de reconocer que la mujer ya mencionada antes, fue el instrumento que Dios usó para que en su oportunidad naciera la IAFCJ en nuestro país.

Hna. Romanita Carbajal de Valenzuela.

Como veremos más adelante en esta reseña, conforme el movimiento fue incrementándose tanto de líderes (entre ellos las mujeres) como de ministros, fueron concientizándose de la necesidad de involucrarse más todos en la obra proclamativa sin excluir a la mujer apostólica; pues Dios desde su creación la asignó como “ayuda idónea” del hombre (Gn. 2.18). Por su parte el apóstol San Pablo dice en Gálatas 3.28: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Las mujeres, al igual que los hombres, han experimentado la gloriosa transformación de sus vidas, por lo cual testifican a Cristo con vehemencia y como prueba de ello, la membresía de la iglesia está compuesta de un mayor porcentaje de mujeres que están plenamente seguras de que Dios está con ellas.

Consecuentemente, ya organizadas en sociedades y fraternidades femeniles han contribuido por muchos años, no sólo cumpliendo con los quehaceres del hogar, formando hijos que amen la obra de Dios, sino también apoyando en muchos aspectos con esmero y entrega al ministerio pastoral, así como respaldando la supervisión realizada por otros siervos de Jesús, todo pese al precio del sufrimiento y la estrechez material. Además, desde los primeros años de la incipiente organización de las congregaciones locales, ellas colaboraron esforzadamente en la adquisición de predios para la construcción de los primeros templos en la República Mexicana, así como en la edificación de modestas casas de oración, las cuales en muchos de los casos actualmente son las iglesias que destacan entre las demás en diferentes ciudades del país. Enseguida abundaremos un poco más en lo anterior.


El Inicio (1918-1936)

Fue en la naciente iglesia de Torreón, Coahuila, México en el año de 1918, cuando el pionero Miguel García, sobrino de Romanita de Valenzuela, quien por inspiración de Dios organizó la primera sociedad femenil, asignándole el nombre de “Dorcas”. Seguramente lo que movió a este siervo de Dios a hacerlo fue el tan distinguido ejemplo bíblico de esta mujer apostólica que mostró al grado de que ha continuado impactado poderosamente a miles de mujeres a lo largo de la historia de la iglesia cristiana.

Sobre este antecedente bíblico, sabemos que el relato sobre Dorcas se limita a unos pocos versículos del capítulo noveno del libro de Hechos de los Apóstoles, pero la referencia de este nombre todavía hoy en día da gran significado al uso benevolente de las manos y la aguja, según explica la escritora cristiana Verónica Vilugrón.

Dorcas y sus costuras y manualidades (tomada de Google)

La Biblia no dice nada sobre su genealogía. Lo que se sabe es que su casa estaba en Jope y ella se afilió a un pequeño grupo de cristianos, la mayoría de los cuales eran pobres. Seguramente fue a través del ministerio de Felipe, el evangelista, que una iglesia apostólica se formó entonces en Jope. Desde sus comienzos, la iglesia fue conocida en el lugar como un centro de evangelismo ferviente y una proveedora de servicios sociales bien organizados por el ministerio de esta mujer. Probablemente Dorcas aceptó a Cristo en esta iglesia y allí fue llena del Espíritu Santo y ejerciió el don de dar y de servir. Al parecer, ella era una mujer de recursos y medios suficientes como para servir no sólo a la comunidad de Jope, sino a la humanidad entera por la forma tan generosa como lo hizo. Las palabras de Jesús a través de su Espíritu Santo fueron sin duda la fuerza motriz en su alma: "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí... en cuanto lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis" (Mt. 25.35, 36, 40). Las Escrituras sólo nos dan unos cuantos vislumbres de su testimonio y su amor de Cristo; sin embargo, eso poco tuvo y sigue teniendo gran influencia para imitar sus muy buenas obras. Esto todavía es suficientemente evidente en un cristiano que se llama "discípulo" como ella precisamente fue catalogada por el historiador Lucas.

Dorcas pronto fue muy conocida por sus buenas obras de caridad. Algo muy significativo en su vida de ella fue que no sólo ideó la manera de aliviar la situación de los necesitados, sino también llevó a cabo sus planes. Ella sabía y creía que lo podía hacer y así lo hizo en el poder del Espíritu Santo. Fue una verdadera "hacedora" de la Palabra (Stg. 1.22). Entre sus buenas obras estuvo la de la confección de vestidos para las viudas y lo de suplir la necesidad de su iglesia así como la de la comunidad con sus propias manos amorosas. Las telas que Dorcas cortaba y cosía, representan ahora la fe cristiana en acción, afirma la autora Vilugrón antes citada. Ella no sólo estaba dispuesta a dar financieramente, sino también se decidió a invertir sus talentos y dones espirituales en la divina obra de amor en favor de otros.

Cuando Dorcas murió, dejó a la iglesia de Jope desolada. Aún así, la iglesia se movilizó a localizar al apóstol Pedro, que estaba en una ciudad vecina, para que fuera a confortarlos. Obviamente habían oído hablar del poder sobrenatural que Jesús operaba a través de Pedro y, sin duda, albergaron la esperanza de que él podría regresar a la vida a su amada Dorcas. Al atender Pedro la invitación y acudir a acompañar a los creyentes de Jope, milagrosamente aquella piadosa mujer resucitó y fue devuelta a los suyos. ¡Qué escena tan conmovedora debe haber sido aquella! ¡Qué alegría recibir a esta bendita mujer de entre los muertos! Las lágrimas derramadas no tan sólo fueron enjugadas, sino consecuentemente la obra del Señor cobró impulso creciendo poderosamente. Entre tanto, Dorcas continuó siendo muy amada y respetada en todo Jope y sus alrededores. Sin duda que ella nunca se había imaginado la magnífica labor que haría y de sus consecuencias de largo alcance. Tabita nunca había ambicionado convertirse en líder, se había concretado a permanecer modestamente en su propia casa y simplemente tratar de hacer todo lo posible y que estuviera a su alcance para servir al Señor en su propia esfera de influencia; sin embargo, Jesús en esa situación la usó maravillosamente e hizo que muchas mujeres en todo el mundo y a través de la historia trataran de emular su vida, dice Velugrón. Esto ha sido y sigue ocurriendo en la actualidad mediante el establecimiento de "Sociedades Femeniles Dorcas", fraternidades de señoras o como se les llame, que sostienen los ideales humanitarios de esta mujer apostólica, participando en diversas actividades de socorro, y cuyo único propósito es actuar en hacer el bien y que el Señor sea glorificado. Infinidad de este tipo de grupos de mujeres cristianas en el mundo llevan y siguen teniendo a Dorcas como una inspiración para velar por el bienestar de los demás. Después de todo, Santiago 1.27 nos dice que: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo". No podemos encontrar ningún modelo más fidedigno de esta religión pura que el de Dorcas.

Indudablemente que este bello testimonio bíblico motivó a Miguel García y a los miles de mujeres de la IAFCJ a ostentar el nombre de esa distinguida mujer de la época primitiva y también de imitar su tan destacado ejemplo de amor y generosidad cristiana que ha dado tan abundantes frutos hasta el día de hoy.

A partir de los años treinta conforme continuaron surgiendo las primeras iglesias apostólicas en diferentes regiones del país, a su vez los grupos femeniles fueron apareciendo; de manera que aparte de las ya existentes en la comarca lagunera en un principio, también en el norte de la Península de Baja California y el área del pacífico, fueron por lo consiguiente constituyéndose espontáneamente bellos racimos de sociedades femeniles “Dorcas”.


La Propagación Local y Regional (1936-1948)

Para el año de 1936, las sociedades femeniles se habían multiplicado conforme las iglesias que se iban organizando. En algunas ocasiones bastaban sólo tres mujeres para formar una sociedad y luego empezaban a trabajar por el bien de la obra de Dios. Al principio, las mujeres ayudaron al sostenimiento de los pastores, a la compra de terrenos, a construir casas de oración y templos, concretándose a beneficiar sólo a la localidad.

Más tarde, a mediados de los años cuarenta, debido al crecimiento numérico de la ya constituida IAFCJ, se fue ampliando la visión y para el efecto se decidió agrupar en tres federaciones, como así se les llamó al principio, a las sociedades femeniles entonces organizadas. La primera fue la del Pacífico, el 24 de marzo de 1946, en Angostura, Sinaloa. Esta federación aglutinaba a las señoras “Dorcas” de los estados de Sinaloa, Sonora y Nayarit, así como lo que después se llamó Distrito Central, que comprendía la Ciudad de México y los estados de Michoacán, Jalisco, Guanajuato y San Luís Potosí. Esta Federación fue geográficamente la más extensa en ese tiempo.

Regiones

La segunda fue la Federación de Noreste, que incluyó las sociedades femeniles de los estados de Coahuila, Durango, Chihuahua, Zacatecas, Tamaulipas y Nuevo León. Esta Federación se organizó al celebrarse la Convención General en Torreón, Coahuila del 24 al 31 de octubre de 1946.

La tercera fue la Federación de Baja California, que integraba los grupos femeniles de los territorios Norte y Sur de Baja California, y el noroeste de Sonora. Esta se constituyó en Tijuana, B.C., el 21 de diciembre de 1947. Como la reproducción de iglesias y sociedades femeniles continuó en su pleno desarrollo y con el propósito de atender mejor la supervisión de dichos grupos de mujeres apostólicas, se requirió subdividir las primeras tres para formar nueve federaciones en el país.


La Institucionalización (1948-1973)

Micaela Suárez de Gaxiola

Para fines de la década de los cuarenta, ya se vislumbraba en la mente y corazón de algunas lideresas de esa época, sobre todo en Micaela Suárez de Gaxiola, la idea de que era tiempo de dar el siguiente paso en organizarse ahora en un organismo central llamado confederación. Esto con el fin de orientar mejor a los líderes de las federaciones para unir mayores esfuerzos y ser más eficientes en el apoyo de la obra apostólica de México e impulsar vigorosamente las misiones extranjeras que estaban por comenzar de parte de la IAFCJ en el continente americano. Dicha iniciativa se consensó, se propuso y al fin se aprobó en una conferencia femenil especial celebrada simultáneamente, del 24 al 31 de octubre de 1948, a la Convención General de la Iglesia en Torreón, Coahuila, México. Su lema sería: “Por la Iglesia, el Hogar y la Colectividad”. El texto bíblico oficial que ostentarían fue: “Esforzaos empero vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, que salario hay para vuestra obra” (2 Crónicas 15.7 RV1909).

Ma. Esther Rivas de Ortega

La primera mesa directiva de la Confederación Nacional de Sociedades Femeniles “Dorcas” para el período 1948-1954 quedó integrada por las siguientes lideresas:

Presidenta, María Esther Rivas de Ortega Vicepresidenta, Matilde de Santiago Secretaria, Concepción O. de Martínez Subsecretaria, Isabel Gutiérrez Tesorera, Justina H. de Tapia Subtesorera, Concepción A. de Hernández.

Gracias al gran amor y entrega espontánea de estas mujeres apostólicas y para la honra y gloria al Dios Todopoderoso, las señoras encabezadas por la presidenta María Esther Rivas de Ortega, comenzaron a brindar todo su apoyo a la obra misionera representada por el primer misionero que tuvo la IAFCJ, Leonardo Sepúlveda, quien desde agosto de 1948 ya había recibido dicha responsabilidad en Nicaragua, Centroamérica.

Isabel L. de Ramírez

María Esther Rivas de Ortega, estuvo al frente de la mencionada organización por seis años consecutivos, pero al verificarse la Primera Conferencia Nacional de Sociedades Femeniles en Guamúchil, Sinaloa, fue electa la segunda presidenta, la incansable e inolvidable Isabel L. Vda. de Ramírez. Ella fue asidua continuadora de la labor de fortalecimiento de la obra femenil por doce años consecutivos (1954-1966). Dirigió sabiamente la Confederación Nacional con su frecuente presencia mediante giras realizadas a lo largo y ancho del territorio nacional produciendo un fuerte impacto en el liderazgo de las mujeres apostólicas del país. En el extranjero, logró imprimir su gran amor a la obra misionera apoyándola de manera cabal produciendo abundantes frutos. A ella se le recuerda por su carácter afable y sabia conducción por lo cual era apreciada por todos y cariñosamente la llamaban “Chabelita”.

La tercera presidenta nacional fue Febe Vázquez de Cázares, quien fungió en el período 1966-1970. Ella ha tenido una trayectoria digna de mencionar. Desde su niñez aceptó al Señor, ya que sus padres conocieron al Señor Jesús y le heredaron virtudes como la fidelidad, consagración y el servicio a los demás. Por su parte, ella como madre formó a la que actualmente es tesorera nacional de esta misma organización, a su hija Febe C. de Ávalos, quien está trabajando en forma muy dinámica en este mismo ministerio. Sin duda eso le ha producido una gran dicha poder servirle al Señor Jesús y además tener el privilegio y satisfacción de transmitir esta misma visión a sus hijos. La Biblia nos habla de la herencia que la abuela y la madre pudieron transmitirle a Timoteo. ¡Qué preciosa herencia, es la fe y el servicio a otros! Dios nos ha otorgado dones y oportunidades de ponerlos por obra para edificación y además nos ofrece darnos la vida eterna.

Febe_Vazquez de Cázares

Febe Vázquez de Cázares como fiel discípula de las anteriores líderes femeniles, dio seguimiento al impulso del trabajo misionero, visitando y orientando el trabajo que le correspondía realizar entre las señoras dentro y fuera de las fronteras de México. En esa época los medios de comunicación no eran tan efectivos como hoy; no había buen servicio telefónico, ni celulares, ni internet, por lo que dependían principalmente de la correspondencia escrita y las frecuentes visitas presenciales a través de giras que duraban meses para ir de iglesia en iglesia, región por región, etc., lo que complicaba más desempeñar su trabajo. Aun así pudo brindar gran apoyo a los programas generales y en especial al de evangelización y de misiones, promoviendo e incrementando la naciente ofrenda de Evangelismo Nacional (EVANAL).

Yolanda Gómez de Pérez

Durante los años 1970-1974, tocó a Yolanda Gómez de Pérez, ser la cuarta presidenta nacional. Ella también tuvo el hermoso ejemplo de su madre que fue de las mujeres pioneras que sirvieron en la iglesia con entrega y devoción. Dicho testimonio fue de grande inspiración para Yolanda y por su parte se esforzó en que sus hijas también llegaran a disfrutar de esa misma herencia. Uno de sus himnos preferidos que compartía frecuentemente con mucha alegría en las reuniones de señoras era “Vale la pena servir a Jesús”, porque deseaba que eso fuera una realidad en sus vidas como lo era en ella.

En esa forma, por una parte, mostró su empeño en dar continuidad al fortalecimiento de la identidad de la mujer apostólica. Por la otra, desde los años cuarenta, las señoras apostólicas atraían la atención y se lucían en las actividades por su uniforme blanco evocando la pureza y santidad que debe haber en el corazón de una hija de Dios. Además por el velo azul celeste que portaban, recordaban la promesa de Dios de llegar a estar para siempre en su presencia. Sin embargo al reglamentarse en este período el uso de uniforme, se hicieron algunas modificaciones al primero, aunque se mantuvo en todos los casos el color blanco en la vestimenta. Respecto al velo se admitió por algún tiempo que fuera de color negro, luego en otro de color azul fuerte, otras veces se optó por el uso de una estola azul y lila, para quedar finalmente integrado el atuendo de falda y saco blanco tipo sastre, con blusa y velo azul celeste, mismo que llegó a lucir muy distinguido y elegante.

Fue también en este tiempo que se acordó la celebración del “Día de las Dorcas”, en la fecha del 1 de mayo anualmente, cuya observancia comenzó en el Distrito de Baja California en el año de 1973, a petición o sugerencia de Olga Ramírez de Cital, y que después se celebró en todos los distritos de nuestra iglesia.


El 25 Aniversario (1973-1998)

Antonia G. de Soltero, Elisa V. de Castillo, Magdalena M. de Ruvalcaba

En su segundo periodo como presidenta de la Confederación Femenil (1974-1978), entre las cosas destacadas que le tocó a Yolanda Gómez de Pérez llevar a cabo, con el apoyo de todas las mujeres y desde luego la dirección de Dios, la organización y celebración de la inolvidable fiesta del 25 aniversario de su fundación en Torreón, Coahuila, México en octubre de 1973. A continuación la propia presidenta nos narra una parte de dicho evento:

“Con grande satisfacción y para memoria de quienes nos sucedan, hacemos esta reseña que contiene lo más sobresaliente de la hermosa fiesta “Bodas de Plata” de la Confederación Nacional de Sociedades Femeniles “Dorcas” en la República Mexicana.

“A la actual mesa directiva de la H. Confederación Nacional, nos tocó el alto honor de presidir tan importante acontecimiento en la historia del departamento Femenil de la IAFCJ.

“Era algo difícil asumir la tarea de organizar una fiesta de tal magnitud, pero con la ayuda de Dios y contando con el respaldo de nuestra H. Mesa Directiva de la Iglesia, de los Obispos y de las federaciones en general, nos dispusimos a preparar esta festividad, que al celebrarla, quedó muy bien grabada en el corazón de todos los que pudimos asistir.

Ada Lilia C. de Pasquel

“Esta preciosa conmemoración se celebró en la Cd. de Torreón, Coah., los días 24 al 26 de octubre de 1973, contando con la valiosa colaboración de nuestro hermano, J. Felipe Gaxiola G., quien nos tuvo mucha paciencia, dirigiendo y coordinando el evento.

“El día 24 por la noche iniciamos la gran fiesta en un ambiente verdaderamente glorioso. Asistieron hermanos de todo el país y del extranjero. Estuvieron presentes nuestros amados hermanos que forman la H. Mesa Directiva de nuestra Iglesia, junto con sus esposas, algunos obispos de distrito y sus esposas, delegaciones de Guatemala y de Estados Unidos. El templo de la Primera Iglesia de Torreón se vistió de gala con motivos plateados, preciosos arreglos florales de crisantemos amarillos y blancos y cortinas plateadas. Se colocaron candeleros con 25 velas, las cuales se encendieron cuando la novia y su corte penetraron al interior del templo.

“El día 25 fue la presentación de la corte y resultó impresionante la entrada, la cual se hizo entonando un precioso coro que nuestro coordinador hermano Felipe Gaxiola compuso y cuya letra es la siguiente: “Adelante mujeres cristianas, Adelante con valor; de Cristo su mensaje proclamemos con amor. Adelante con toda ternura, con las manos trabajad; recompensa a vuestra obra, del Señor recibiréis’.

Parte de las asistentes al 25 aniversario en Torreón (1973).

“La caracterización de novia estuvo a cargo de nuestra querida hermana Ma. Esther R. De Ortega, seguida por 24 damas vestidas de azul turquesa, entre las cuales figuraron las veteranas de la Confederación Nacional, cuyos nombres son los siguientes: “Isabel L. Vda. de Ramírez, Febe V. de Cázares, Yolanda G. de Pérez, Micaela S. de Gaxiola, Gloria F. de Gaxiola, Olga R. de Cital, Ana María U. de Inzunza, Guadalupe F. de Jiménez, María G. de Zamora, Antonia G. de Soltero y Sofía C. de Salazar.

“Tuvimos el honor de escuchar un amplio y detallado informe sobre la historia de la Confederación Nacional, presentada por nuestra querida hermana Chabelita, pues fue ella quien nos presidió por más años.

“Se agradeció en forma especial a las hermanas del Distrito de Coahuila por tan hermosa decoración, especialmente a la hermana María Infante. Ellas fueron las anfitrionas y privilegiadas por celebrarse en su localidad tan hermosa y trascendental fiesta que jamás podremos olvidar.

Invitadas especiales al 25 aniversario en Torreón (1973), abajo Esther Ortega caracterizada de novia por bodas de plata parte pastel conmemorativo (1973).

“El día 26, en el amplio salón del Club “Sertoma” de esa ciudad, se llevó a cabo el banquete conmemorativo y fue muy hermoso. No podemos describir con palabras todo lo que se hizo allí, pues todo fue maravilloso. Revisitó de gran belleza la presentación de muchas hermanas con trajes regionales. Del Distrito Central, tuvimos un gran número de hermanas vestidas de “Chinas Poblanas”. Del Distrito de Sonora vinieron varias vestidas de “Yaquis”. La que fungía de Presidenta de la Federación en la República de Guatemala, nuestra querida hermana Alicia E. de Ramírez, se vistió con el traje típico de su país. Una hermana de Estados Unidos se vistió representando la bandera de su nación y la presidenta de la Confederación Nacional “Dorcas” se vistió de “Huichol”.

“Se colocaron hermosos distintivos plateados a los hermanos de la Mesa Directiva y a las veteranas de la Confederación Nacional, los cuales fueron obsequiados por las ‘Dorcas’ del Distrito Central. Se hizo memoria guardando un minuto de silencio de nuestro fundador Rev. Maclovio Gaxiola, quien ya descansa en el Señor, así como de las hermanas que trabajaron en la Directiva de la Confederación y que también ya están en los brazos de nuestro Señor.

“Se partió un hermoso pastel obsequiado por la Federación Femenil de Baja California y se desarrolló un selecto programa dirigido por nuestro coordinador, Hno. Felipe Gaxiola.

Distinguidos acompañantes en mesa de honor (Torreón 1973).

“Nos despedimos henchidos de alegría y con nuevos bríos para seguir trabajando con mucho amor por la obra bendita de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.

Finalizado el periodo descrito antes, la quinta presidenta de la Confederación fue Antonia Gutiérrez de Soltero (1978-1982), otra mujer con grandes cualidades y que también nació en el seno de la iglesia, teniendo una madre fiel y que fue pionera de la obra de Dios en Sinaloa. En su administración, Toñita se propuso organizar a los niños y jóvenes de su localidad para que aprendieran música. Encaró muchos problemas porque algunos padres no contaban con lo suficiente para la compra de instrumentos, pero ella los animó, les ayudó y su sueño fue hecho realidad. Gracias a su iniciativa la iglesia de Guamúchil, Sinaloa, logró organizar una hermosa orquesta que contribuyó a enaltecer la alabanza a Dios y hacer que los cultos se embellecieran con las notas musicales que con tan grande inspiración ejecutaban. Gracias a Dios porque de esa manera y muchas otras, cada uno contribuimos al engrandecimiento de la obra bendita del Señor.

Otras invitadas a la celebración del 25 aniversario en Torreón (1973).

Durante la gestión de Antonia Gutiérrez de Soltero, también se dio gran impulso al programa de la Secretaría de Evangelismo Nacional de establecer iglesias en todos los Estados de la República y en especial en las ciudades capitales que hasta entonces no se habían alcanzado. Organizó caravanas evangelísticas para apoyar las obras nacientes en las ciudades de Morelia, Michoacán; Cuernavaca, Morelos; León, Guanajuato; Iguala, Guerrero, entre otras. Se preocupó por establecer una escuela de música en su iglesia local y al ver que muchos de los jóvenes que tenían talento musical no contaban con los recursos para estudiar, propuso la formación de un fondo de becas para jóvenes de bajos recursos, principalmente para hijos de pastores. Dicho proyecto sólo quedó en propuesta en su administración, pero posteriormente se haría realidad; lo que sí logró fue que con su apoyo se formara, como ya se relató, una orquesta en su congregación y muchos fuimos testigos de la bendición de Dios que produjo este hermoso ministerio musical.

La sexta presidenta nacional fue Elisa Victoria de Castillo, que por acuerdo oficial colaboró en esta responsabilidad durante un primer período de dos años (1982-1984), en el que al final se realizó una reestructuración producto de una serie de reformas a los estatutos en el departamento femenil. Uno de los varios cambios introducidos fue reanudar a partir del siguiente periodo el funcionamiento de la organización con un nuevo nombre. En lo sucesivo, en lugar de Confederación Nacional de Sociedades Femeniles “Dorcas”, sería “Fraternidad Nacional Femenil “Dorcas” y su lema continuaría siendo el mismo: “Por lo iglesia, el hogar y la colectividad”.

Para darle continuidad al trabajo ya iniciado en la administración anterior, fue reelecta para que continuara al frente de la ahora “Fraternidad Nacional Femenil “Dorcas” la misma funcionaria, Elisa Victoria de Castillo, en esta nueva etapa de 1984-1987. Este voto de confianza se basó en el testimonio de que ella había demostrado suficientes frutos de fidelidad desde que conoció y aceptó al Señor Jesús desde su temprana edad. En consecuencia, su función se extendió por cinco años, mismo que se distinguió por preocuparse, gracias a la visión que tuvo, por las necesidades no sólo de las mujeres de las sociedades femeniles, sino también por la integración de las propias familias apostólicas. Para ello implementó y promovió la celebración del “Altar Familiar” proveyendo de un material sencillo, pero muy atinado por su contenido titulado “Pastos Nuevos”. Y como su nombre lo indica, sus meditaciones propiciaron un remanso apacible en la mayoría de los hogares apostólicos. Asimismo, propuso y logró la aprobación de la creación de un fondo para becar a los hijos de ministros que no tuvieran recursos para su preparación. Esto se llegó a lograr donando cada una de las mujeres un trabajo manual para reunir los ingresos necesarios. Por mucho tiempo se estuvo haciendo de esta manera y se obtuvieron muy buenos resultados. Damos gracias al Señor Jesucristo por líderes como ella, que con el precioso don del conocimiento y la sabiduría proporcionaron importantes beneficios a la obra del Señor Jesucristo y a este sector tan selecto de la iglesia.

Después de ella, continuó al frente de la Fraternidad Nacional Femenil “Dorcas” la séptima directora (1987-1991), la muy querida Magdalena Muro de Ruvalcaba, esposa del entonces Obispo Presidente Rev. Mauro Ruvalcaba Ruiz. Magda, al igual que sus antecesoras tuvo el privilegio de nacer en un hogar cristiano. Sus padres fueron pioneros en el estado de Nayarit, fieles hasta la muerte. Su madre en particular siempre ocupó un liderazgo en el departamento femenil y fue incansable mujer que laboró toda su vida. Su hija sigue el ejemplo de su madre, pues todo el tiempo está ocupada en las cosas de Dios. La iglesia y el mundo al que sirven han sido favorecidos teniendo a la mano este tipo de mujeres virtuosas.

Magdalena Muro de Ruvalcaba, recorrió al lado de su esposo millares de kilómetros no sólo acompañándolo sino ayudándolo en la conducción del vehículo a lo largo y ancho de la República Mexicana, en sierras como las de Chihuahua, Durango y Oaxaca, así como en los campos misioneros de Centroamérica, Belice, España, Colombia, Canadá y Estados Unidos. Además como excelente conferencista impartió enseñanzas muy edificantes; se interesó por suplir diferentes necesidades que las propias familias de los misioneros venían presentando, para lo cual propuso la “Ofrenda del Dólar” que después se acuñó en el trabajo de “Amigas de Misiones”. La razón principal de este proyecto de apoyar decididamente a esas familias fue porque ellos se atrevieron a dejar su país, familias, casa, comodidad, costumbres, entorno eclesial y muchas cosas más, para hacer realidad el plan del Señor Jesucristo de alcanzar a las naciones para su reino. También en este período se dio mayor promoción al fondo de pro-becas y al introducir un cambio en su recaudación, se logró así apoyar a más hijos de pastores y de hermanas viudas que no tenían los recursos más elementales para dar continuidad a los estudios de sus hijos. De esto son muchos los testimonios de jóvenes que lograron hacer una carrera profesional, gracias al apoyo de dicho programa pro-becas, que se incrementaba con las aportaciones de la mayoría de las sociedades femeniles locales.

Como octava directora nacional colaboró Ada Lilia Castañeda de Pasquel (1991-1995). Ella al igual que las funcionarias anteriores, sus padres fueron cristianos. Su progenitor fue pastor en la Segunda Iglesia de México, D.F., y el testimonio que se tiene de él, es su observancia fiel a la disciplina y de gran solidez cristiana. Ese fue un ejemplo digno de imitar que les heredó a sus hijos.

Ada Lilia Castañeda Nevares brindó el soporte necesario a los proyectos que se venían desarrollando en la fraternidad femenil, dándole continuidad a cada rubro hasta alcanzar lo propuesto. Para ello, mantuvo la comunicación a través de correspondencia de manera constante con las líderes distritales, ya que por su profesión y trabajo no le fue posible visitar a todos los distritos durante su administración como ella lo deseaba. No obstante, en ese tiempo convocó a cadenas de ayuno y oración con resultados muy favorables.


El 50 Aniversario (1998-2008)

Parte de las asistentes al 50 aniversario en Acapulco (1998).

La novena directora de la Fraternidad Nacional (1995-1999), fue la dinámica Virginia Cota de Rodríguez, quien tenía una larga trayectoria en la iglesia y lo demostró sirviendo con mucha eficiencia en esa responsabilidad. Algo muy distintivo en su periodo fue el de poder organizar y efectuar anualmente una actividad muy impactante como lo fueron los Campamentos Femeniles Nacionales. Estos resultaron ser fiestas de noches apacibles por el confort que disfrutaban al sonido de las cuerdas de las guitarras del “Trío Shela” que les producían gran regocijo y fortalecimiento de la comunión entre las mujeres que asistían de todo el país.

A Vicky Cota también le tocó organizar y dirigir al final de la administración de su cuatrienio los festejos del 50 aniversario de la fundación del departamento femenil habiendo mostrando mucho tino y eficiencia en cada detalle de la celebración. Esta magna conmemoración se llevó a cabo en Acapulco, Guerrero, del 29 de octubre al 2 de noviembre de 1998. A continuación se incluye sólo una parte de la reseña de dicho evento que preparó y presentó la ex presidenta Yolanda G. de Pérez en esa ocasión: “Bendecimos a Dios por concedernos la celebración de nuestro Quincuagésimo Aniversario de ‘Bodas de Oro’ de la que al principio se llamó ‘Confederación Nacional de Sociedades Femeniles Dorcas’ en México.

Febe V. de Cázares caracterizando la novia en bodas de oro (1998).

“Es para mí una marcada distinción dar a conocer a ustedes los acontecimientos más sobresalientes que el departamento femenil ha logrado realizar con la guianza del Espíritu Santo, la sabia asesoría de nuestros Pastores, Obispos y la H. Mesa Directiva de la Iglesia, a través de 50 años. Estos hechos han quedado escritos en las páginas de la historia y grabados en el corazón de quienes todavía vivimos y somos testigos oculares de los mismos. Reconocemos a aquellas santas mujeres que hicieron el trabajo; algunas ya descansan con el Señor, pero sus obras siguen con nosotras. Ellas trazaron un camino por el cual ahora con pasos firmes nuestro departamento está siguiendo cuidadosamente.

“Nuestra inolvidable hermana Isabel L. Vda. de Ramírez, al escribir su último informe como directora nacional, menciona el texto bíblico: ‘…Escribe esto para memoria de un libro…’ (Éxodo 17.14). Ella nunca se imaginó que un día eso se haría realidad entre nosotros. Considero de singular importancia escribir la historia; pues por ella nos damos cuenta de cómo se alcanzó el éxito y también los errores que cometimos. Un himnólogo menciona ‘nuestra vida es una historia’. Si no tuviéramos la Palabra de Dios que es historia sagrada escrita, no nos daríamos cuenta de lo que aconteció al principio de la era cristiana. Ahora por esa preciosa Escritura nos sentimos seguros que es el Señor mismo quien nos guía y que al cumplirla, nos llevará al cielo. “Son incontables las grandezas que el departamento femenil ha experimentado en el trayecto de medio siglo y no es posible resumirlas en unas cuantas cuartillas. No podríamos mencionar todos los nombres de las mujeres que han trabajado, pero sí estamos seguros que aparecen en el Libro de Dios y un día serán galardonadas. Bendigo al Señor por ser parte de esta historia. Ya cumplí 47 años en el departamento femenil y tuve el privilegio de conocer a algunas de sus primeras líderes, de quienes mucho pude aprender.

Ma. Hilda Ascencio de Rivas

“Todas las mujeres apostólicas consideramos una honra el ser miembros de la IAFCJ, así como del departamento femenil…

“El trabajo de las mujeres se ha venido ampliando. Nos sentimos profundamente satisfechas porque nuestro humilde esfuerzo no sólo sirvió para que se llevara el mensaje dentro del país, sino que hemos rebasado fronteras. ¡Gracias, mil gracias a Dios! Hemos llenado los rincones del país y partes del extranjero. Nuestra meta, es abarcar el mundo entero. Estamos seguras que todavía podemos hacer mucho más por nuestro Salvador, mientras esperamos que Él venga por su iglesia…”

El mismo evento narrado antes, se repitió posteriormente con más esplendor en el Campamento Femenil Nacional en 1999, en Villa Primavera, Jalisco.

La décima directora de la Fraternidad Nacional Femenil “Dorcas” (1999-2003)fue otra mujer con muchas cualidades de liderazgo y servicio, María Hilda Ascencio de Rivas. Ella dio continuidad a los trabajos logrados en los Campamentos Femeniles antes efectuados, dándole al último una connotación histórica, ya que se le brindó el apoyo a Yolanda G. de Pérez para la

Martha Salazar de López

recolección de material escrito y fotográfico del devenir apostólico femenil, y con él empezar el proyecto de la impresión del libro de la “Historia de la Fraternidad Nacional Femenil “Dorcas”. Además, impulsó de nuevo el trabajo misionero de manera muy efectiva y a la vez fortaleció eficazmente en este periodo a la naciente obra de la IAFCJ en los Estados Unidos de Norteamérica. Gracias al decidido apoyo brindado, ahora también se cuenta con fraternidades distritales organizadas en ese país. También en este lapso durante los Talleres para Líderes Distritales del año 2002, celebrados en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, se gestó las idea de lo que vendría a denominarse posteriormente, Ministerios Rhema.

Del 2003 al 2007, llegó la mujer con corazón de paloma, Martha Salazar de López, la undécima directora, quien continuó también con los Campamentos Femeniles, pero ahora bajo el rubro de “Congresos Generales”. Estos de la misma manera se realizaron con mucho éxito y fueron de gran bendición para las mujeres apostólicas, al igual que el desarrollo de los Ministerios de intercesión. Asimismo, se impulsó el programa Pro-becas en los distritos, el cual ha venido a suplir algunas necesidades de estudiantes hijos de pastores y de las propias hermanas con limitantes económicos y que gracias a estos estímulos se han visto beneficiados en el logro de sus metas escolares.


60 Aniversario (2008-2011)

Parte de la asistencia al 60 aniversario en congreso de Villahermosa (2008)

En este periodo la Fraternidad General Femenil “Dorcas” fue dirigida por Odylia Mejía Montoya, quien figura como la duodécima directora. En este tiempo se dan cambios importantes en el quehacer de la Fraternidad. En primer lugar, el Ministerio de Intercesión “Rhema” que anteriormente venía operando de manera independiente, con un equipo de mujeres encabezado por Judith Herrera como directora y asesorada por el Obispo Presidente, Nicolás Herrera; pasa ahora a formar parte importante del plan de trabajo de esta administración, con la directora Odylia Mejía como Directora y el Rev. Aarón Mendoza como Pastor. Para el efecto, en segundo lugar, durante el primer año de labores se efectuaron ocho congresos regionales, abarcando así a la mayor parte de la República Mexicana y parte de Estados Unidos. Para los siguientes dos años, se celebraron diez congresos más, dando así continuidad al mover del Espíritu Santo que ha colocado a más mujeres apostólicas en la llama del fuego pentecostal, hablando Dios proféticamente a través de su pueblo, lo cual el Señor Jesús ha permitido a través del referido Ministerio Rhema.

Enmarcados en los eventos avivamentistas antes mencionados, también se organizó y llevó a cabo en este período, la celebración del 60 aniversario de la Fraternidad General Femenil “Dorcas” (Bodas de Diamante), el cual consistió en la realización de dos congresos conmemorativos en sendas regiones: Uno en la región sur-sureste de la república, el día 24 al 26 de julio de 2008, en la ciudad de Villahermosa, Tabasco y otro en la región nor-noroeste, el día 7 al 9 de agosto del mismo año en la ciudad de Tijuana, Baja California.

Partiendo el pastel conmemorativo en congreso de Villahermosa (2008).

Un extracto de la primera festividad en Villahermosa presentado por la directora Mejía, es el siguiente:

“…La ceremonia del 60 aniversario estuvo muy vistosa, con muchas flores y mucho colorido y sobre todo con la presencia de las líderes pioneras de la fraternidad, como son: Yolanda G. de Pérez, Febe Vázquez, Hilda Ascencio de Rivas, Gloria Arias de Mejía y su servidora. También nos acompañó en la mesa de honor, nuestro Obispo Presidente y su querida esposa, Félix Gaxiola y Sara Pacheco de Gaxiola. Las hermanas del Distrito de Villahermosa y de Cárdenas se prepararon con mucha anticipación y nos recibieron con un programa folclórico muy alegre y colorido. En todo momento se mostraron dispuestas a participar y apoyarnos haciéndonos sentir muy honradas.

Parte de las asistentes al 60 aniversario en congreso de Tijuana (2008).

“Gracias a Dios las hermanas que asistieron quedaron muy satisfechas pues manifestaron que el Señor trató con ellas de manera maravillosa expresándolo de esa manera al final del evento. Otras más lo hicieron después por correo. El obispo, secretario y tesorero del distrito en todo momento nos atendieron, así como también un grupo de seis hermanas, líderes de las iglesias en Villahermosa, que sufrieron con nosotras todas las peripecias. Ellos nos apoyaron en todo y nunca nos dejaron solas. Hicimos muy buena amistad con ellos y considero que a pesar de todo, valió la pena tanto esfuerzo…”

Sobre el congreso de Tijuana, la misma directora general, informó entre otras cosas lo que sigue:

“…La celebración del 60 aniversario de la Fraternidad General “Dorcas”, le llamamos “Aniversario de diamante”. ¿Por qué de diamante?... Además de que la tradición dice que a los 25, se celebra el de plata, a los 50 el de oro y a los 60 el de diamante, decidimos llamarle así, porque consideramos que todas las mujeres que han participado en el desarrollo de la vida de la Fraternidad General Femenil “Dorcas” a lo largo de 60 años, son mujeres virtuosas y tan valiosas como preciosos diamantes. “El diamante es, en la actualidad, la joya más preciada en el mundo. Su nombre proviene del griego ‘adamantem’, que significa “el invencible o inalterable”. En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Su importancia no sólo se cifra en su innegable belleza, sino también en su gran utilidad en la industria. Así ahora nosotras, comparamos con esta preciosa gema, a todas nuestras hermanas presentes y ausentes, que contribuyeron de manera directa en la formación, consolidación y desarrollo de la Fraternidad Femenil “Dorcas” hasta el dia de hoy y le damos muchas gracias al Señor Jesús por su vida, sus innumerables logros y su presencia en este lugar.

Otro aspecto de la asistencia al 60 aniversario en congreso de Tijuana (2008).

“Este congreso lo llevamos a cabo el primer día, jueves 7 de agosto. Estuvieron presentes 10 hermanas y dos representantes de las que dirigieron la fraternidad desde 1948 a 2008. Doce directoras generales y la impulsora Micaela Suárez de Gaxiola, representada por su hija Orpha Lidia. Esta última nos leyó la carta que la hermana Micaela siendo Presidenta de la Federación del Pacífico envió a la Mesa Directiva, haciendo la petición para que se formara la Confederación de Sociedades Femeniles, pues la obra crecía y era necesario reforzar la organización.

“Por otra parte, la hermana María Esther Rivas de Ortega, estuvo representada por su hija Eunice Ortega y la hermana Isabel López Vda. de Ramírez, estuvo representada por su hija Olga Cital; logrando así contar con las 13 líderes que dirigieron los destinos de la Fraternidad General Femenil “Dorcas” durante 60 años.

“La celebración en general fue muy emotiva, pues escuchamos palabras de gratitud de todas las líderes, así como también del Rev. Félix Gaxiola , Obispo Presidente y de su esposa, hermana Sara Pacheco de Gaxiola, quienes además entonaron himnos que evocaron la época de los 40’s…

Partiendo el pastel conmemorativo del 60 aniversario en congreso de Tijuana (2008).

“Gracias a Dios no hubo ningún incidente que lamentar y terminamos en victoria, aun cuando tuvimos sobrecupo. Hubo momentos en que sentimos que el edificio se movía y las torres de sonido se bamboleaban y pensamos que estaba temblando. Algunas hermanas se sintieron mareadas y salieron a pedir ayuda; de pronto apareció a mi lado la ejecutiva del evento para pedirnos que por favor dejáramos de saltar todos al mismo tiempo, pues el edificio se movía y los elevadores se habían bloqueado, quedando algunos huéspedes atrapados. Las 1700 mujeres, además de ministros y pastores del Distrito de Tijuana que estaban en el evento, saltábamos y alabábamos a Dios de una manera unánime y tan gloriosa que efectivamente el lugar también vibraba.

“Recibimos muchas felicitaciones de las hermanas por haber estado muy cómodas, contentas y bendecidas por el Señor. También el personal del hotel nos felicitó pues nos manifestaron que nunca habían tenido un grupo tan numeroso y tan ordenado. ¡Gloria a Dios por ello!... En esta forma se cumplieron 60 años de una labor incesante, incansable, loable e invaluable de las mujeres apostólicas.

Odylia Mejía Montoya

“Los planes para el resto del periodo todavía son muchos y uno de los proyectos que está a punto de ver la luz de su realización, es la publicación del libro La Historia de la Fraternidad General Femenil “Dorcas” de la IAFCJ. Este trabajo tiene por objeto dejar por sentado que las mujeres apostólicas siempre, en todo tiempo, en cualquier circunstancia y a costo de cualquier precio, han respondido con la ayuda de Dios a las necesidades de su obra. Es probable que no se logre mencionar a todas las mujeres apostólicas. Es posible que se omitan algunos o muchos detalles, pero hay un libro de registro muy preciso en los cielos que contiene una lista inimaginable de nombres, lugares, personas, oraciones, lágrimas, sonrisas, satisfacciones, logros, anhelos, sueños cumplidos y muchas cosas bellas que hubo y siguen anidando en el corazón de cada mujer cristiana. “Felicidades ¡a todas! por los 60 años de logros cumplidos como Fraternidad General “Dorcas”. Nos congratulamos por haber tenido tanto a estas mujeres decididas y entregadas que nos han presidido, como aquellas que sin haber ejercido un liderazgo de reconocimiento hasta el día de hoy, en medio de su congregación respectiva trabajan incansablemente en la medida de sus capacidades; complacidas también por todas las que se nos han adelantado. Es probable que entre ellas esté tu querida abuela, tu inolvidable mamá, tal vez tu hermana, quizá alguna de ustedes tengan una hija que tempranamente la recogió Dios. Su labor quizá pudo haber sido silenciosa o de gracia que impactó, lo importante es que demostraron a su manera amar a Jesucristo, su iglesia y al mundo irredento, como también lo amamos las que hoy estamos aquí, y ante todo y por todo le damos a Él la gloria y el honor por lo que nos ha permitido alcanzar. Enhorabuena “Dorcas” este es tu festejo. ¡Feliz Aniversario!...”

Después de la gran celebración antes reseñada, otro logro importante alcanzado en el resto del periodo fue obtener la autorización para que el fondo de Pro-becas fuera administrado por las directivas femeniles de cada distrito, de manera que así los fondos llegaran a los becados en forma más rápida y expedita. En cuanto al Fondo del Dólar (Amiga de Misiones) que anteriormente lo administraba la Tesorera General de la Fraternidad, pasó a ser administrado por la Tesorería General de la iglesia.


Fin del Modelo, Nueva Estrategia (2011)

Rev. Félix Gaxiola Inzunza Obispo Presidente 2006-2010

Al término del periodo administrativo reseñado y en base a estudios bíblicos, teológicos y sociológicos realizados desde tiempo atrás, los directivos y la convención general de la IAFCJ de2010 decidieron reestructurar y reorientar el propósito de este modelo de organización femenil que por más de sesenta años fue útil, por otro más estratégico y congruente al carácter pentecostal de la Iglesia y particularmente del sector femenino para el mejor cumplimiento de la misión.

De esta manera, lo que en un principio inspiró y motivó a nuestros antepasados a recuperar del modelo de la iglesia primitiva basado particularmente en el ejemplo de aquella piadosa mujer apostólica llamada Dorcas, y que logró unificar en 1948 a las señoras en lo que se llamó localmente sociedades, luego federaciones regionales, distritales (después Confederación Nacional y finalmente Fraternidad General Femenil “Dorcas”); fue disuelto en 2011 y en consecuencia sus integrantes fueron afiliadas a lo que ahora se le ha llamado Red de Damas de Células de Multiplicación (RDCM) para impulsar en lo sucesivo prioritariamente la evangelización y misiones (EVAMI) en nombre de la IAFCJ. Esto último será parte de otra reseña histórica en el futuro. Ante esta nueva estrategia misionológica adoptada, las señoras como es natural reaccionaron en todas partes de diversas maneras, sobre todo expresando distintas opiniones con gran nostalgia por lo familiarizadas que estaban con la estructura anterior; prueba de ello insertamos a continuación una proveniente de la ex directora Yolanda G. de Pérez:

“El departamento femenil [fue] como una escuela, siempre [estuvimos] aprendiendo unas de otras. Nuestro Gran Maestro, el Señor Jesucristo, Él nos [enseñó] y [capacitó] cada día. Si no fuera por Él, jamás nos hubiéramos superado en muchos aspectos. Estando Dios con nosotras, hemos sido capaces de realizar cosas grandiosas y seguiremos diciendo: “En Dios haremos proezas” (Sal.60.12; 108.13).

“Queridos hermanos y hermanas, nos embarga el llanto, la alegría y la emoción por todo lo que el departamento femenil ha alcanzado; por cada una de las mujeres que lo integramos. Algunas lo modesta y silenciosamente porque no han tenido cargos nominales, pero en el anonimato [fueron] las que [sostuvieron] el trabajo. Algunas se [distinguieron] por ser madres de hijos que actualmente sirven a Dios, otras fueron y son verdadera ayuda en el ministerio de sus maridos, otras colaboran como pilares fuertes en la oración y el ayuno, otras trabajan incesantemente en la evangelización y cada una aportando lo que ha podido hacer, ha sido suficiente para que el departamento haya sido engrandecido y prosperado. Estamos cerrando con broche de oro una etapa… de estar organizadas trabajando como Fraternidad Nacional.

“Iniciamos [otra] con mayores bríos. Ahora contamos con mejores medios que al principio no teníamos, pues en nuestro departamento existen algunas mujeres que se han superado en conocimientos bíblicos ya que son egresadas de nuestro seminario, e l Centro Cultural Mexicano (CCM). Sigamos adelante que nuestro premio cada día está más cerca de alcanzar. Podemos alcanzar metas más elevadas aún y enaltecer así el Nombre de Jesucristo. Dediquemos siempre nuestras vidas al Señor; en esto encontramos un verdadero placer en esta vida y en el futuro llegaremos ante la presencia del Señor gozosas de haber cumplido con lo que Él nos encomendó. En lo personal, habiendo sido testigo ocular de las grandezas que Dios ha hecho, estoy segura de ello, como dijo San Pablo a los Filipenses: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1.6)

“Esforzaos empero vosotros y no desfallezcan vuestras manos, que salario hay para vuestra obra” (2 Crónicas 15.7 RV1909)”.


Fuentes

  • Cronistas: Yolanda G. de Pérez. 2013.
  • Ma. Hilda Ascencio de Rivas. 2013.
  • Virginia Cota de Rodríguez. 2013.
  • Adaptación por Domingo Torres A., Coordinador Gral. de la CIH. 2013.