7a Zapopan, Jalisco

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Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. Efesios 2:20-21

La historia es el testigo del tiempo, un relato de los acontecimientos que han dejado huella en el pasado. Estas narrativas pueden ser descubiertas a través de las vivencias y testimonios de quienes han sido parte de experiencias y eventos significativos. También podemos encontrar rastros de la historia en fotografías, videos e incluso grabaciones de audio, que capturan momentos únicos y sirven como valiosos recursos para la recopilación de información que contribuye al desarrollo de nuestra comprensión del pasado.

Gracias a la disciplina de la historia, podemos adquirir un conocimiento profundo del pasado que nos ayuda a entender mejor nuestro presente, valorar las cosas que disfrutamos hoy en día y agradecer a aquellos que trabajaron y lucharon incansablemente por los beneficios que ahora poseemos. Al ampliar nuestro conocimiento, enriquecemos nuestra cultura.

En este escrito, nos adentraremos en la interesante historia de la 7ª Iglesia de Zapopan, perteneciente al Distrito de Guadalajara en Zapopan, Jalisco. Un interesante recorrido por los acontecimientos y las personas que han sido parte del desarrollo de la identidad de esta comunidad que hemos denominado Familias de Fe perteneciente a la que varios presentan como la denominación evangélica pentecostal y unicitaria más importante de México: la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, A.R.

Introducción

La formación de la 7ª Iglesia Apostólica de Zapopan constituye un relato fascinante acerca de cómo Dios guio a creyentes provenientes de diversos estados de la República Mexicana para establecer una congregación que ya se encontraba en Sus planes divinos. A través de la soberanía de Dios, todas las piezas del rompecabezas se ensamblaron, dando lugar a una comunidad de fe en la que personas de diferentes orígenes y talentos pudieron colaborar y crecer juntas en su relación con Cristo.

Resulta emocionante conocer el esfuerzo, sacrificio, pasión y trabajo realizado por generaciones pasadas, familias pastorales anteriores y cada hermano que, con sus manos, corazón y recursos, construyó arduamente todo aquello que hoy podemos disfrutar. Escuchar el relato de cada hermano que vivió en esas épocas pasadas, cada experiencia, las actividades que se llevaban a cabo, la forma en que se hacían las cosas, la unión y perseverancia para lograr los objetivos, cada esfuerzo realizado, e incluso las dificultades que se presentaban y la forma de solucionarlas, es sumamente enriquecedor.

Nuestro reconocimiento para todos y cada uno de ellos, ya que conocer la historia nos hace valorar cada parte de nuestra hermosa iglesia y ofrecer continuamente alabanzas a nuestro Rey por ello. Sabemos que Su mano se hace presente en todo momento, ayudando a enfrentar cada desafío, para que Sus propósitos se cumplan.

La Historia de la 7a de Zapopan es realidad la historia de dos proyectos nacidos en el corazón de Dios que se entretejieron de tal forma que dieron vida a la actual congregación.

Los antecedentes: Misión Victoria, Un llamado de Dios

Lino López y su esposa Dina Gaxiola

Parte de esta historia comienza con el ministerio del hermano José Lino López Camacho, nacido el 26 de mayo de 1937 en Angostura, Sinaloa. Criado en una familia que no conocía al Señor, José Lino vivió alejado de Dios y sumido en el pecado hasta que un compañero de trabajo le compartió el mensaje de salvación.

Hno. Lino López con miembros de su familia y congregación

Siendo muy joven a la edad de 20 años, el hno. José Lino decidió entregar su vida al Señor y fue bautizado en el nombre de Jesucristo el 1º de septiembre de 1957. Dos años después, el 15 de noviembre de 1959, contrajo matrimonio con la hermana Dina Edith Gaxiola quien fue su esposa y compañera de ministerio por 43 años. En el año de 1962, la hermana Dina inició su ministerio realizando diversas actividades dentro de la iglesia y acompañando siempre a su esposo visitando a las familias. Dios los bendijo con ocho hijos, formando una bonita familia cristiana.

En 1964, José Lino fue ordenado pastor y se dedicó a labores de apoyo y evangelización durante varios años. En 1978, Dios lo condujo a la ciudad de Guadalajara, donde estaba bajo el pastorado del hermano José Avalos Orozco en la 1ª Iglesia de Guadalajara. Años más tarde, el hno. José Avalos Orozco invitó al hno. José Lino a ejercer su ministerio como pastor en dicha iglesia.

Ese mismo año, José Lino fue nombrado tesorero general nacional, responsabilidad que desempeñó durante ocho años, trabajando incansablemente en beneficio de nuestra amada Iglesia.

Establecimiento de Misión Victoria en el Plan de Dios

Salida de un Culto en Misión Victoria

En 1989, para honra y gloria de Dios, la familia pastoral López Gaxiola inició una misión evangelística denominada Misión Victoria. La misión comenzó en su hogar, ubicado en la colonia Residencial Victoria, con el apoyo de las familias Aguilar Ahumada, Enrique Díaz, Nena y Delia Muñoz Huerta, familia Rodríguez y familia Barrera Hernández.

Cambio de ubicación: Virgen 5111

Culto de Domingo en Misión Victoria

Tiempo después, la Misión Victoria se trasladó a la calle Virgen 5111, en la Colonia La Calma, donde inicialmente se rentaba el espacio. Más adelante, gracias al apoyo de la IAFCJ y al trabajo y esfuerzo de los hermanos, fue posible adquirir la propiedad.

Posteriormente, se compraron canastas de básquetbol con el objetivo de fomentar la convivencia entre los jóvenes y consolidarlos en la congregación. En ese tiempo, se contaba con alrededor de 60 jóvenes a quienes se procuraba apoyar también en sus tareas escolares.

Además, se realizó un importante trabajo en el piso del estacionamiento, que anteriormente era de terracería. Parte de esta área comenzó a funcionar como cancha de básquetbol.

En general, los hermanos estaban motivados y entusiasmados por servir y trabajar, contribuyendo a reunir fondos para cubrir las necesidades que se iban presentando, siempre con el ejemplo e inspiración de la familia pastoral.

Un mover del Espíritu Santo muy especial

Guiado por el Espíritu Santo, el hermano Lino López convocó a la iglesia a reunirse en busca de la presencia de Dios, a las 5:00 a.m. en oración, durante algún tiempo. Los hermanos Lino y Dina eran conocidos por ser un matrimonio de oración, y como resultado de esta profunda consagración, comenzaron a suceder asombrosos milagros de sanidad entre los hermanos.

Convivencia en el Bosque de la Primavera, de Misión Victoria

Se registraron casos de hermanas que sanaron de cáncer, una de ellas con metástasis, quien decidió bautizarse y recibió el milagro de sanidad. También hubo casos de personas con problemas renales que fueron sanadas, como el hermano Enrique Barrera Hernández, quien recibió su sanidad en un culto de miércoles. Esto motivó a que la asistencia a los servicios de los miércoles se incrementara notablemente, pues se comenzó a vivir la sobrenaturalidad de Dios a través de un asombroso mover del Espíritu Santo en sanidades y milagros.

El 1º de enero de 1992, en una convivencia realizada en el bosque de La Primavera, el esposo inconverso de una hermana fue tocado poderosamente por el Espíritu Santo, recibiendo al instante la liberación de drogas y alcohol, simultáneamente con su conversión.

Asombrosamente, cuando el hermano Lino visitaba enfermos en compañía de hermanos de la congregación, el Señor les respaldaba realizando milagros de sanidad. Tal es el caso de un joven que sanó de SIDA en el hospital, después de haber orado por su sanidad.

La congregación era conocida como ese lugar en donde se derramaba el Espíritu Santo, haciendo milagros sorprendentes.

Migrantes con una misión

Paralelamente, al desarrollo de la congregación en Zapopan, en la capital del país, se gestaba el inicio de lo que sería un parte importante de esta historia, formación y continuidad de la congregación que Dios deseaba edificar en dicho lugar. A continuación, se presenta un relato detallado de estos eventos.

En 1989, el Reverendo Gilberto Jiménez y su esposa, Guadalupe Figueroa, emigraron con sus dos hijos, Luis Alfonso y María Cristina Fernández, y las familias de ambos, desde la Ciudad de México hasta Guadalajara. A su llegada, se unieron a la Misión Victoria, liderada por el hermano Lino López Camacho. Sin embargo, la vocación pastoral del hermano Gilberto y el hermano Luis Alfonso los llevó a abrir un nuevo grupo.

La iglesia desde una casa, Los Orígenes de Monte Sión

Mientras tanto, en ese mismo año, la obra de Dios continuó a través del trabajo, amor y dedicación de los hermanos migrantes procedentes de la Ciudad de México.

La casa del hermano Luis Alfonso en la colonia Arcos de Guadalupe en Zapopan fue el lugar donde comenzó a reunirse un pequeño grupo de familias simpatizantes del evangelio en 1992. Algunos de ellos eran vecinos simpatizantes, otros, eran familias ya creyentes que también habían emigrado a Guadalajara, oriundos de otras ciudades. Entre ellos se encontraban los hermanos Gonzalo Garmendia y Judith Castañón, junto con sus hijos. Jorge y Lili Mendoza con sus hijos. Los vecinos Jorge Pérez y Rosalinda López, también Sara Marrón con sus tres hijos.

Al inicio realizaban estudios bíblicos los miércoles y viernes; y poco después se establecieron las reuniones dominicales. Para ese entonces, la casa entera se convertía en iglesia. En el espacio de la sala y el comedor, se desplegaban sillas para que funcionara como santuario.

La cocina y el cuarto de servicio eran salones de escuela bíblica, lo mismo que el despacho contable que el hermano Luis Alfonso tenía en la segunda planta de su hogar. En la cochera y el jardín se realizaban convivencias con regularidad para fomentar la fraternidad entre esta nueva familia espiritual.

Toda la familia se involucró alegremente a este nuevo proyecto. Mauricio y Rodrigo, hijos del hermano Luis Alfonso, junto con Cristina, su sobrina, eran maestros de los niños. David, su sobrino mayor, apoyaba al hermano Gilberto en la música.

La hermana Victoria y la hermana Lupita estaban siempre al pendiente de todos los detalles y necesidades, siendo la ayuda idónea en el pastorado de sus esposos. Por su parte, la hermana Cristy Fernández, siempre fue apoyo para el pastorado de su papá y de su hermano, sobre todo en la parte de evangelismo y proyectos de índole social. Su gran empatía por los más necesitados le animó a acercar a muchas familias al evangelio.

Fue de esta manera, con el trabajo de estas familias, que nació la Misión Monte Sión.

Rev. Luis Alfonso orando por las familias de Monte Sión en los primeros años de la congregación en su casa.
Grupo Monte Sión, en el Jardín de la casa donde se reunían
Familias Fernández Valle, Jiménez Figueroa, Garmendia Castañón, Mendoza Inzunza y Méndez Fernández, entre otros.
Desayuno de las señoras
Victoria Valle, Evelia Parra, Judith Castañón, Cristy Fernández, Cristy Villalpando, Lupita Figueroa y Agustina González.
Culto en casa, Monte Sión

El sueño sigue creciendo: Monte Sión, Una Iglesia familiar

Hno. Gilberto Jiménez Ríos y Predicando en Monte Sión

Unos años después, Monte Sión recibió el apoyo temporal de una pareja de la 1era iglesia de Guadalajara, Rafael Cárdenas y Rocío Ponce. Además de ellos, otros miembros de su familia junto con algunas amistades comenzaron a asistir a las reuniones, como la hermana Evelia Parra, el matrimonio de la hermana Agustina González y el hermano Aurelio Esquivel, la hermana María Elena Rentería con sus hijos y varios miembros de la familia Ponce.

Gracias al trabajo de evangelismo de estas familias, nuevas personas comenzaron a llegar, entre ellos la hermana Ana María Sánchez y sus hijos, y la hermana Gloria Medina y su familia.

En el año de 1993, el hermano Luis Alfonso recibió el pastorado de la 1era Iglesia de San Pedro Tlaquepaque. Los hermanos Gilberto y Luis Alfonso decidieron continuar con el liderazgo de ambos grupos: Monte Sión y la iglesia de Tlaquepaque.

David Méndez, Rosalinda López, Rev. Gilberto Jiménez, Rafael Cárdenas, Cristina Méndez, niños de la congregación, Evelia Parra y María Elena Rentería.
Monte Sión en casa del Hno. Gilberto y la Hna. Lupita

Consideraron que sería de mucha ayuda para el pastor Luis Alfonso que la pequeña Misión se mudara a casa del hermano Gilberto y la hermana Lupita, quienes vivían en la casa contigua.

Las reuniones continuaron con normalidad en Monte Sión, estando el hermano Gilberto al frente cuando así era necesario.

Un año después, en 1994, el hermano Luis Alfonso fue nombrado miembro de la Mesa Directiva Nacional de la IAFCJ.

Sus responsabilidades eran inmensamente mayores, pero el apoyo y trabajo de toda la familia permitieron que Monte Sión siguiera su curso. La congregación continuó creciendo y desarrollándose, fortaleciendo la fe y la unidad de sus miembros, y llevando el mensaje del evangelio a más personas en la comunidad.

Con el tiempo, el sueño de Monte Sión se convirtió en una realidad sólida y duradera, gracias a la dedicación, el amor y el compromiso de todos los involucrados en esta maravillosa obra de Dios. Hoy en día, Monte Sión sigue siendo un faro de luz y esperanza para aquellos que buscan la verdad y el amor de Dios, y continúa creciendo y expandiéndose en su misión de llevar el evangelio a todas las naciones.

Una vocación compartida, Impacto Social de Monte Sión

La hermana Cristy fue el brazo derecho del hermano Luis Alfonso en temas de asistencia social, en Monte Sión y también mientras él estuvo al frente de la Secretaría de Asistencia Social a nivel nacional.

Juntos fundaron el Albergue Mi hogar, donde niños en situaciones difíciles eran atendidos. Los pequeños asistían a Monte Sión cada domingo.

Juntos también establecieron vínculos de trabajo con el DIF Jalisco y el IJAS; y por varios años, desayunos escolares fueron repartidos semanalmente en Monte Sión.

Fue así como Monte Sión creció con un sentimiento de familia y unidad.

En junio de 1995, la hermana Cristy Fernández falleció, dejando un vacío en la congregación y en la vida de su familia. Sin embargo, su legado de amor, servicio y dedicación a la obra de Dios continúa vivo en la memoria y en el corazón de quienes la conocieron y compartieron su vida con ella.

Podemos apreciar el crecimiento de la obra de Dios y su respaldo a través de gratas experiencias, aprendizajes, actividades. La forma en que el Señor favorece el desarrollo personal de sus hijos, así como de la congregación y de su obra. Y, por otra parte, también podemos ver los momentos complicados, tristes y dolorosos que, como congregación, inevitablemente debemos enfrentar.

Talento Musical en Misión Victoria

Mientras Monte Sión se fortalecía en su impacto social, Misión Victoria lo hacía en aspecto musical; el hermano Lino Isaac López Gaxiola, hijo del hermano Lino, demostró un gran talento musical al componer más de 100 cantos apostólicos. Otros hermanos, como Ricardo Herrera Barrera, también contribuyeron en la composición de himnos.

Surge el ministerio de alabanza denominado NAAM “Necesito Adorarte y Alabarte Más”. Este ministerio fue grandemente bendecido y usado por Dios, ya que no solamente servían dentro de la congregación, sino que ministraban en distintos lugares, acompañando los cantos con el anuncio del Evangelio, siendo reconocidos a un nivel similar al de los cantantes cristianos famosos.

Dios les dio la oportunidad de ministrar a cantantes seculares que más tarde se convertirían al cristianismo.

El Señor les abrió puertas en Fonovisa Radio, otorgándoles un espacio para la alabanza, la predicación, e inclusive, consejería. En aquel tiempo, José M. Topete, un hombre de Dios, se encontraba como líder de la radio.

Desafortunadamente, tiempo después, surgen algunas situaciones, por lo que el espacio en la radio es clausurado por la iglesia tradicional. Se presentan divisiones en el grupo, lo que provoca que dicho ministerio llegue a su fin.

El talento musical y como compositor del hno. Lino Isaac lo sacó de su padre quien también componía hermosos himnos. El himno más conocido y que ha bendecido a muchas personas en muchas naciones es “Ayúdame a llegar a ti” de José Lino López

Letra del himno “Ayúdame a llegar a ti”

Se que si mi vista la quitara yo de Ti que si mi mente la cambiara por maldad nunca podría disfrutar de la felicidad.

Aunque ahora me encuentro en un duro navegar, el mar me ataca sin tener de mí piedad, seguro estoy que venceré y llegaré a Ti.

coro ¡Oh Señor ! Yo sé que falto muchas veces a tu voluntad, yo sé que nada en este mundo te puedo ocultar; yo sé que Tú me estas mirando desde aquel lugar.

¡Oh Señor ! Yo hoy te pido que perdones mis errores, yo he comprendido que sin Ti yo no soy nada, y hoy te pido que me ayudes a llegar a Ti.

Un acontecimiento difícil en la Misión Victoria

El 25 de mayo, la congregación de la Misión Victoria sufrió una gran pérdida con la partida de la hermana Dina Gaxiola, fiel sierva de Dios, quien trabajó incansablemente para su obra. Su partida fue dolorosa para la congregación, ya que era una hermana ejemplar y muy amada. Considerada madre espiritual de las hermanas e inclusive de toda la congregación, por su trato amoroso y acompañamiento incondicional para con la iglesia. Descanse en paz la hermana Dina Edith Gaxiola.

A pesar de este difícil momento, la congregación de la Misión Victoria continuó unida y fortalecida en su fe y compromiso con la obra de Dios. Los miembros de la iglesia se apoyaron mutuamente en el proceso de duelo y siguieron adelante con la misión de llevar el evangelio a aquellos que lo necesitaban. Tiempo después, el hermano Lino, quien también formaba parte activa de la congregación, contrajo matrimonio con la hermana Cristina Tejeda Martínez.


La unificación de Misión Victoria y Monte Sión

En el año de 1997, el hermano Lino López decide comenzar una congregación de forma independiente a la IAFCJ.

Como ya se ha mencionado, años antes, con el apoyo de la IAFCJ, la Misión Victoria había adquirido un inmueble que fue acondicionado como templo en la calle Virgen en el Fraccionamiento La Calma. Este inmueble fue desocupado por ellos al emprender su nuevo camino.

El inmueble de La Calma fue reasignado a Misión Monte Sión, lo que permitió a esta congregación continuar su labor de predicar el evangelio y servir a la comunidad en un nuevo espacio. A pesar de los cambios y desafíos, la iglesia siguió adelante, confiando en la guía y provisión de Dios en cada paso del camino.

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