1a Guerrero Negro, Baja California
Corría el año 1992 cuando el hermano José Arellano Salas, presbítero y pastor de la iglesia en el poblado de Villa Alberto Alvarado Aramburo, tuvo la visión de adquirir un terreno en la localidad de Guerrero Negro para iniciar un campo evangelístico. La posesión del terreno estaba a nombre de un matrimonio, Refugio Valdez y Julia. Tras acordar el precio, ellos endosaron el documento de posesión a nombre de nuestro hermano José Arellano.
Posteriormente, en una confraternidad presbiterial que reunía a iglesias de La Laguna (hoy poblado L.E.A.), Santa Rosalía, Mulegé y Loreto, el hermano José Arellano extendió una invitación para trabajar en la obra evangelística en Guerrero Negro. Solicitó un matrimonio que deseara establecerse como evangelistas voluntarios. Un hermano llamado Ramón Sarabia y su esposa Isabel levantaron la mano. Después de orar y recolectar una ofrenda para ellos, los encomendaron a nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Sin embargo, a los quince días de estar en Guerrero Negro, Ramón e Isabel regresaron a Villa Alberto Alvarado Aramburo. Se presentaron ante el hermano José Arellano y le entregaron la responsabilidad que habían aceptado voluntariamente, argumentando que la situación era muy complicada y difícil, pues apenas había hermanos en el lugar; solo un matrimonio, Jesús Medina y su esposa Bernardina Zambrano, con su familia. Citando un dicho popular: "mejor que digan que aquí corrió y no que aquí se quedó", el hermano Ramón Sarabia y su esposa Isabel regresaron a su hogar. Así concluyó el primer intento de establecer la obra apostólica en Guerrero Negro.
Cabe mencionar que años antes, el hermano Carmelo Ramírez también intentó establecerse como evangelista en dicho pueblo, pero nunca se concretó por diversas situaciones que solo Dios conoce.
PIONEROS
A pesar de los desafíos, el hermano José Arellano no quitó el dedo del renglón. Continuó buscando y anhelando que Dios proveyera los medios para encontrar a un "valiente" que dejara su tierra y su parentela para venir a hacer obra evangelística en el sur de la península, específicamente en Guerrero Negro. Gracias a Dios y a su gran misericordia, Él tocó el corazón de un varón de una de las iglesias apostólicas de Tijuana, quien respondió positivamente a la invitación del hermano José Arellano. Este hermano se trasladó a Guerrero Negro junto con su esposa, dando comienzo a la obra apostólica de manera permanente. Su nombre es el hermano Enrique Ramos.
Hay dos aspectos importantes a destacar de nuestro hermano Enrique Ramos, como dice la Biblia: "al que honra, honra y al que respeto, respeto". Primero, en Tijuana, él poseía propiedades y gozaba de una economía cómoda y estable, lo cual no le impidió venir al sur de la península, dejando atrás todas las comodidades que le brindaba su estabilidad económica. Como segundo punto, el hermano Enrique Ramos era diácono en la iglesia donde se congregaba, y como requisito, solicitó la ordenación ministerial. Esta solicitud fue aprobada por el entonces obispo supervisor del Distrito Noroeste, el Reverendo Josué Mendoza Mendoza. Gracias a Dios por hombres como nuestro hermano Enrique Ramos; hay pueblos que, después de estar asentados por muchos años en tinieblas y sombras de muerte, ahora resplandecen con la luz gloriosa del evangelio de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
El hermano Enrique construyó un templo de madera que, hasta el año 2013, seguía funcionando.
PASTORES
Debido al sistema de cambios pastorales, el hermano Enrique Ramos entregó la congregación que para ese tiempo ya había formado y recibió la congregación de Francisco Zarco, en el Valle de Guadalupe. Así mismo, el hermano Ricardo López Negrete y su gentil esposa recibieron la congregación de Guerrero Negro, dando continuidad a la obra apostólica en el nombre de Jesucristo. Cabe mencionar que el hermano Ricardo López Negrete, con una visión misionera, adquirió un terreno para la iglesia en la cercana comunidad de Villa Jesús María, Baja California, buscando de esta manera impulsar la obra apostólica en esas tierras, para que hombres y mujeres lleguen al conocimiento de la verdad y sus espíritus sean salvos en el día de Jesucristo.
Mientras pastoreaba en Guerrero Negro, Ricardo López Negrete tuvo la necesidad de ir a estudiar teología a la ciudad de Guadalajara, por lo cual fue necesario enviar a alguien que se hiciera cargo de la congregación en su ausencia. Así, enviaron al hermano José Luis Hernández de manera interina. Al término del pastorado del pastor Ricardo López Negrete, en el siguiente cambio pastoral, la responsabilidad recayó en el hermano Martín Soqui.
Durante el pastorado del hermano Martín Soqui, se dividió el presbiterio de Vizcaíno. Guerrero Negro se convirtió en la cabecera presbiterial hacia el norte, agrupando Villa Alberto Alvarado Aramburo junto con su misión en Bahía Tortugas y Laguna de San Ignacio (hoy poblado L.E.A.). Hacia el sur, Santa Rosalía quedó como cabecera presbiterial, agrupando la iglesia de Mulegé y Loreto.
En el siguiente cambio pastoral, recibió el hermano Raúl de la Toba. Durante su pastorado, los dos presbiterios se unificaron nuevamente, quedando Villa Alberto Alvarado Aramburo como cabecera presbiterial, agrupando a las iglesias de Guerrero Negro y la ya misión distrital de Bahía Tortugas, teniendo como encargado al hermano Marcos Pérez Luna en calidad de evangelista voluntario.
Al término del pastorado del hermano Raúl de la Toba por cambio pastoral, la iglesia de La Laguna (hoy poblado L.E.A.), Santa Rosalía, Mulegé y Loreto recibió al hermano Efraín Carrillo, quien trabajó en la pastoral por espacio de dos o tres meses, optando por regresar a su ciudad e iglesia donde se congregaba. Entregó la responsabilidad pastoral a nuestro hermano pastor y presbítero Pável Miguel González Escarrega en el Valle de Vizcaíno, quien asumió dicha responsabilidad de forma interina por espacio de cuatro meses. Al término de este tiempo, entregó la responsabilidad pastoral de forma titular al hermano Juan Carlos Covarrubias, quien pasó a hacerse cargo de la congregación. Cabe mencionar que el hermano Juan Carlos Covarrubias, al momento de recibir la iglesia, estaba soltero, contrayendo nupcias posteriormente con una señorita de la Primera Iglesia de San Quintín.
Después, por motivos familiares, el hermano Juan Carlos Covarrubias hizo una permuta con el hermano José Juan Gaitán, quien estaba pastoreando en El Rosario, Baja California. De esta manera, comenzó un nuevo pastorado en la congregación de Guerrero Negro, el cual duró alrededor de cinco años y medio. Durante este periodo, un grupo de quince hermanos decidió formar otra iglesia y, con la anuencia del obispo supervisor en funciones, el Reverendo Irad Sem Arellano, formaron lo que hoy se conoce como el Campo Evangelista Núm. 5, estando al frente como encargado nuestro hermano Rafael Saldaña.
Debido al sistema de cambios pastorales, el hermano José Juan Gaitán fue cambiado a la Colonia Trique en la Colonia Vicente Guerrero, donde recibió una nueva responsabilidad pastoral. Al entregar la congregación de Guerrero Negro, la recibió de manera interina el hermano Daniel Pimentel Guardado. Dicho interinato duró del mes de octubre de 2011 al 1 de marzo de 2012, fecha en que se realizó un nuevo cambio pastoral.
En esta ocasión, el hermano Marcos Pérez Luna recibió la responsabilidad de pastorear la congregación que forma la iglesia en Guerrero Negro. "Gracias a mi gran Dios y Salvador Jesucristo, que me tuvo por fiel y me puso al frente de su pueblo para que los apaciente con ciencia y con inteligencia". Durante el año 2012, bauticé a más de veinte personas, logrando obtener el primer lugar porcentual en bautismos. También logramos, por primera vez en la historia de esta congregación, tener un pastor con credencial de Pastor Asociado, pues todos los que habían estado al frente como pastores (salvo error u omisión) sus credenciales habían sido como evangelistas, ministros y/o encargados. Gracias a Dios, rebasamos el número necesario como congregación para tener el estatus de iglesia y que de esta manera quien está al frente (obviamente siendo ministro ordenado) reciba una credencial que lo acredite como Pastor Asociado de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús A.R. ¡A Dios sea la honra y la gloria desde el siglo y hasta el siglo, amén!
Atentamente:
Pastor Marcos Pérez Luna
Guerrero Negro, B.C.S., 14 de mayo de 2013