Organización de la iglesia
La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (IAFCJ), desde su fundación en México ha seguido el proceso natural de desarrollo a que se someten, consciente o inconscientemente, todos los grupos evangélicos y que regularmente se inician en circunstancias modestas. Esta iglesia de tradición unipentecostal aceptó en su momento como propio el reto que Jesucristo lanzó a sus seguidores de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16.15). Asimismo, se constituyó, conforme a la idea del apóstol Pablo: en una Iglesia edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, que toma a Jesucristo como la principal piedra del ángulo y en la cual se va erigiendo como edificio bien coordinado que crece para ser un templo santo en el Señor para morada de Dios en el Espíritu; asimismo, crece en todo “en aquel que es la cabeza, esto es Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 2.20-22; 4.15,16). En esta forma, la IAFCJ nació con la idea de crecer en todo y con la convicción de que para ello necesitaba la dirección del Espíritu Santo y de una organización adecuada. Por lo tanto, al aumentar exponencialmente el número de miembros (jóvenes y adultos) bautizados, se organizaron congregaciones en diferentes lugares, ordenaron ministros y a la par se dio un crecimiento estructural congruente con ese aumento numérico.